Según publicó FM Riel, la causa lleva dos años y medio de instrucción y en la misma se reunieron elementos suficientes para que la jueza de Garantías de Concepción del Uruguay, Alejandrina Liliana Herrero, dispusiera la remisión a juicio, rechazando el pedido de la defensa del único imputado para que la justicia ordinaria entrerriana se declare incompetente y pasara la causa a la Justicia Federal.

Los doctores Ariel Amarillo y Lucas Vallejos hicieron el planto en base a lo expuesto por el Dr. Mario Arcusin, querellante particular, que pidió se aplique “como agravante” el Artículo 2º de la Ley N° 23.592 que reprime los actos discriminatorios.

“Las causas de la Justicia Federal en Entre Ríos que no tienen presos, terminan prescribiendo por el paso del tiempo, porque el Tribunal Oral Federal de Paraná está abarrotado de causas y era como tirar la causa a la basura, lo que no iba a permitir”, dijo Arcusin al justificar el rechazo a que la cuestión cambiara de fuero. El querellante defendió en Tribunales esta cuestión alegando su condición de judío, y reconociendo la “sorpresa” que le generaba la falta de presencia de las autoridades de la comunidad judía de Basavilbaso, “las que llegaron media hora tarde”.

“Me sorprende, más ahora con los resultados de la Investigación Penal Preparatoria, que las entidades (AMIA y DAIA) no se sumaran al ‘carro triunfal’, un logro puro y exclusivo de los dos fiscales intervinientes y la querella...parece que AMIA y DAIA no consideran que el acto no es discriminatorio”, dijo quejoso el letrado.

Arcusin explicó que Hass está imputado de “haber efectuado pintadas en las paredes de la Sinagoga de la Colectividad Israelita (Av. San Martín y Barón Hirsch), fundada en 1911, y quizás la más importante del interior del país, y la sede la AMIA (Uchitel y Barón Hirsch), empleando para ello aerosol de color negro para ‘marcar’ con cruces esvásticas, como así también realizar las inscripciones (en clara alusión a mi persona) ‘Doctor A, sacador de chorros’ y ‘Viva el jabón’. Dañando de manera intencional la estructura de la cosa y cometiendo un odio a una religión”.

El fiscal Mariano Budasoff afirmó tener acreditado la materialidad de los hechos y la autoría del imputado en los mismos. Las pruebas de carácter objetivo colectadas en la IPP “son concordantes en cuanto a la existencia del ilícito imputado, tanto respecto a su ocurrencia material, como a su autoría, y son concluyentes en cuanto al grado de desarrollo del mismo”. Por lo que encuadran el delito que le imputan a Hass de “Daño agravado reiterado por el carácter del bien - Dos Hechos- (arts. 184 inc. 5° y 55 del Código Penal)”.

Arcusin dijo que coincidió con los fiscales en pedir la pena de 4 a 12 años en suspenso, lo que significa que en una eventual condena excluye la prisión efectiva. Pero aclaró que de todos modos el Tribunal puede decidir lo contrario, “menos o más”.

“Creo que influyeron cuestiones personales para que la Asociación Israelita de Basavilbaso no se constituyera como querellante”, respondió ante una consulta periodística. Si admitió que el contador Miguel Bajaroff, en representación de esa institución, hizo la denuncia y mantuvo conversaciones telefónicas con el fiscal y también existió alguna visita de integrantes de la Comisión Directiva. Fueron “inconducentes, anecdóticas y que no constan en ningún lugar...y si bien no soy siquiera socio me parece que el tema mereció una intervención un poco más activa”, criticó.

Arcusin cargó contra la DAIA que no denunció su caso y tampoco se constituyó en querellante. “Quienes nacimos de vientre judío somos judíos, y la agresión fue a un profesional judío, les guste o no les guste; y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas tiene como función específica, por reglamento, intervenir las acciones judiciales en las que esté vulnerados derechos de un judío y en esta causa no intervino”, volvió a cuestionar Arcusin.

El basavilbasense señaló molesto que “no fue la misma actitud para con dos resonantes casos, el ocurrido el 17 de marzo de 2013, a partir de que un hombre denunciara que le llegó una boleta del Área de Rentas de General Campos con la leyenda ‘Haga patria mate un judío!’, y las pintadas antisemitas contra Diego Dlugovitzky, titular de la DAIA Paraná”.

“Estoy convencido que hubo sectores que minimizaron la cuestión, creyeron que la cuestión se iba a dormir, no pensaron que alguien se preocuparía por él y por su pueblo, su etnia...desde el primer momento pensé que debía lograr que el tema llegara a juicio oral porque si no sería una incitación a que se repitan las pintadas, y en la Argentina hay muestras más que evidentes”, dijo el abogado y recordó que “el no esclarecimiento de lo ocurrido con la Embajada de Israel facilitó a los dos años el atentado a la AMIA, que tampoco se esclareció nunca y que deja latente la posibilidad de que alguna otra vez se produzca algún otro atentado”.

(Foto: FM Riel)