Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay no pudo con Boca Unidos de Corrientes y en su tercer partido consecutivo en calidad de visitante, cosechó una derrota. Es que el Lobo cayó 2 a 1 en tierras correntinas, en un partido que comenzó ganando, pero que se le complicó en el segundo tiempo tras quedarse con un hombre menos por la expulsión de Iván Valente en una confusa jugada. El equipo del Pilo Benítez ganaba con el tanto de Javier Vázquez, pero el local lo dio vuelta en una ráfaga que duró 12 minutos, con las conquistas de Antonio Medina y Alejandro Toledo. En la próxima fecha el equipo de La Histórica recibirá en su casa a Libertad de Sunchales, y volverá al estadio Núñez luego de casi un mes jugando fuera de casa.
Los primeros minutos fueron bastante dinámicos. Gimnasia llegó con un tiro libre de Netto que Amaya mandó al corner y enseguida Armando Kloster debió jugarse la vida ante Martínez para evitar la caída de su arco. Dentro de un trámite parejo, el local quiso hacerse protagonista a través de Matías Padilla y la movilidad de Galarza. A estos se sumó el buen manejo del Beto Fernández y la sorpresa que, por momentos, aportó Urbina por el costado derecho.
Más tarde, una mano de Urbina al borde del área le dejó a Netto un remate a pedido suyo al borde del área. El experimentado futbolista ensayó un buen disparo, la pelota se le escapó a Torresagasti y Campos la empujó al gol. Pero el festejo quedó rápidamente trunco cuando el árbitro anuló la jugada por fuera de juego del delantero. Sin ser un gran partido, el juego tuvo llegadas sobre los arcos y las más claras fueron en el de Kloster. El arquero se mostró seguro y así fue como le tapó un gol casi cantado al Tanque Rojas.
El gol parecía merodear promediando el primer tiempo. Martínez lo tuvo y lo erró solo de cabeza y enseguida volvió a ser Kloster el que salvó mandando la pelota al corner. Ya sobre la media hora, Boca hizo méritos suficientes para ponerse en ventaja. A Gimnasia le costó más llegar con claridad, porque no apareció Vidal y muchas veces se abusó demasiado del pelotazo. Una de las pocas veces que atacó con claridad la jugada se inició por el lado de Garmendia.
A diez minutos del final Medina reemplazó al lesionado Martínez y eso trajo algo de respiro para un Gimnasia que se mostró asediado. En tanto que Boca ya no fue tan incisivo en la recta final del primer tiempo, Gimnasia había logrado salir y desde los pies de Netto llegó al gol. La pelota fue muy bien puesta para Vázquez, Giovenale no pudo cortar y el Gallego definió por encima de Torresagasti para abrir el partido en la tarde correntina. Tras cartón, el Beto Fernández tuvo el empate antes del cierre pero su cabezazo débil murió en las manos de Kloster.
En el inicio de la segunda mitad, el local salió a buscar una rápida igualdad y fue a través de Galarza que casi lo logra. Luego de una gran individual, el remate final salió rebotado y fue a las manos de Kloster. La polémica se instaló minutos después, cuando Medina cayó en el área luego de chocar con Valente. El árbitro Mastrángelo marcó un penal que sólo él vio. De inmediato los jugadores del Lobo rodearon al árbitro y éste fue a consultar con el asistente Conforti, quien dio muestras de no haber advertido tal falta.
Luego de varios minutos, de idas y venidas, el árbitro expulsó a Valente y marcó tiro libre fuera del área. El remate lo tomó Padilla y fue por encima del travesaño. La verdad, una vergüenza. Después de esto el clima se tornó más caliente. Boca empezó a jugar con mayor desesperación y Ribeca agotó las variantes. Una falta de Cergneux sobre Padilla al borde del área, dejó nuevamente abierta la chance del empate. Pero el remate del propio uruguayense fue flojito y anunciado para Kloster.
El equipo correntino hizo pesar el hombre de más y se fue a buscar la igualdad. Rojas lo tuvo tras una buena habilitación de Galarza pero el cabezazo del delantero se fue increíblemente afuera. Sobre la media hora Gimnasia perdió a Netto por lesión y ya todo era de Boca. Al final, Medina quedó mano a mano con Kloster y lo venció con un remate cruzado para la paridad que se veía venir.
Gimnasia no se descontroló, trató de mantener la pelota lejos de su arco, pero el local insistió en busca de otro gol. Pudo ser Giovenale de cabeza o Padilla con un remate que picó mal y forzó otra estupenda reacción de Kloster. Sin embargo, la gran tarde del arquero del Lobo se vio sacudida cuando Toledo metió un zapatazo desde fuera del área que se clavó en un ángulo y trajo la tranquilidad para el equipo local, que logró dar vuelta el partido y quedarse con la victoria.
Los minutos de adición no le alcanzaron a Gimnasia para alcanzar el milagro. Boca, con méritos propios y la ayuda de un árbitro impresentable, se quedó con una victoria que se volvía impostergable, señala La Calle.