Los de Gregorio Pérez apostaron por un juego de anticipación, presionando sobre las cartas fuertes del conjunto de Ricardo Gareca sin correr demasiado y logrando dificultar su conocido circuito ofensivo. Consiguieron así entibiar la incidencia de Maximiliano Moralez, mientras que Juan Manuel Martínez, Augusto Fernández y, en menor medida, David Ramírez, pudieron aportar algo de su juego individual pero no asociarse demasiado.
Sin embargo, fue el local el que vislumbraba un mayor dominio en los instantes iniciales, cuando Moralez lo tuvo con un disparo afuera y Martínez con un mano a mano por derecha cuyo disparo débil despejó Pedro Portocarrero. También amenazó Manuel Maciel en la visita, pero Franco Razzotti sacó su tiro en la línea.
Hasta que, a los 20 minutos, Fabián Cubero habilitó por derecha a Augusto Fernández, quien pasó al frente a pura potencia, acaparó al arquero y los defensores y mandó un pase al medio que Moralez pudo empujar a la red recostado sobre la izquierda. Vélez se desahogaba.
Pero el gol no logró que Libertad perdiera la brújula ni desarmara su cerrojo. Más bien motivó su adelantamiento, con los peligrosos Rodolfo Gamarra, Víctor Cáceres y Sergio Aquino como abanderados de un mediocampo atento y agresivo. El protagonismo guaraní se tradujo entonces en llegadas de peligro, como cuando Cáceres disparó alto desde afuera del área y Maciel, solo por la izquierda, le entregó una masita a Marcelo Barovero.
El inicio del complemento fue el peor momento para el equipo argentino. El reacomodamiento del descanso no había dado resultado y Libertad, ahora potenciado por el ingreso de Rodrigo Rojas, no dejaba salir con su presión a los de Liniers, que veían cómo se le venían una y otra vez. Barovero entró en acción frente a Gamarra, Maciel la tocó afuera y Rojas remató sin puntería. Sólo un cabezazo desviado de Sebastián Domínguez que despejaron en la línea interrumpió el asedio.
Tanto sufrimiento motivó el esperado ingreso de Ricardo Álvarez. Y, de a poco, la joyita que había arrancado en el banco neutralizó los ímpetus de los ya más cansados paraguayos, que ahora veían en él un nuevo y serio motivo de preocupación. Una asociación de Ricky y el Burrito terminó con la atajada de Tobías Vargas, hasta que en otro avance Martínez quedó con el balón tras un error del fondo por darse vuelta en las narices del arquero y éste lo bajó. Penal y oportunidad para el local.
Martínez la pidió y, a los 30, anotó el segundo con un disparo a la derecha del arquero. Pero la dureza de los paraguayos motivaría aún más intentos por alcanzar el descuento. En uno, Barovero salió mal y se salvó con un despeje que encima se fue cerca, y en otro Miguel Samudio exigió al uno del Fortín.
Pero a los 35, volvió a aparecer el Burrito, se la dio a su izquierda a Álvarez y éste se la devolvió para que definiera frente a Vargas, al que se le escapó la pelota bajo sus brazos por la izquierda sin poder evitar que llegara a la red. Una goleada, impensada minutos antes, se materializaba en la Bombonera. Por último, con tiempo cumplido, un tiro libre de Álvarez fue bien salvado por el guardameta visitante.
Así, con mucho sudor y trabajo, Vélez salió airoso de un partido dramático, bien típico de Copa Libertadores. La abultada victoria del Fortín que le da aire para la revancha del miércoles en Asunción constituye, entonces, el triunfo típico de un candidato, consigna TyC Sports.