“Viniste al popurri”. Eso le dice al cronista una amiga, a quien hace un montón que no ve. Ambos ríen. Sí, la Fiesta de la Playa –o mejor, la propuesta musical de cada noche de la Fiesta, porque la Fiesta no es solo eso– es algo parecido a un popurrí, o a una ensalada. Ojo, que no suene despectivo: es una hermosa ensalada, una fascinante heterogeneidad. Que nos enseña a todas las personas que estamos aquí, en un clima de relajada celebración, un muestrario de la imponente panoplia de géneros musicales que se cultivan en Concepción del Uruguay. “Esta ciudad es una cajita de música”, dijo hace como veinte años una funcionaria cultural de la Municipalidad. Es cierto. Es incontable la cantidad de uruguayenses –nativos o por opción– que hacen música en géneros dispares, y en todos ellos brillando, haciéndolo de una manera que a nadie tiene nada que envidiar (y que se nota cuando actúan en la Fiesta de la Playa, gracias a un sonido impecable). Algo de eso, porque todo sería imposible en solo cinco días, es lo que se ve sobre el escenario. Y también abajo: la diversidad del público corre pareja con la de la programación. Abuelas y abuelos, saltan y celebran al lado de quienes podrían ser sus nietos y nietas. Y, cada vez más, gente de todos lados se da cita en el precio de la Fiesta, dando mayor colorido y realce al encuentro.

Pogo y diversidad. Ese popurri se expresa en muchas cosas. Pero como para muestra basta un botón, se puede señalar que Juampi Gavino y Los Del Rincón, que hacen cumbia en teoría (y pusieron a bailar a toda la gente que se dio cita) terminan su actuación con un tremendo y poderoso pogo-tributo a los Redondos, con el Juampi –que confiesa a todo el público presente que se siente pleno por estar alli, algo que cinco años atrás no soñaba– cantando y saltando entre la gente. En ese mismo escenario otras personas (y acaso muchísimas de las mismas) disfrutaron de una banda de músicos con décadas de trayectoria que decidieron honrar a Los Iracundos, u otra formación sorprendente para muchas personas, como es Chakota, que tiene 25 años de punk con canciones propias. La señora que no los conocía escucha con respeto y aplaude con cariño, por más que ella está esperando al Pato Viganoni, crédito mayor del folklore en el departamento Uruguay. Las chicas de Amatistas, con su propuesta de pop/rock feminista y ambiental también tienen su espacio y reciben el cariño y el respaldo de vecinos que no las conocían. 

Reggae y cumbia, cumbia y rock. Otro apunte sobre la diversidad: Suma Paciencia –que en esencia hace reggae aunque mixtura otros detalles en su propuesta musical– se presenta en el escenario de la Fiesta de la Playa por novena vez. Con sencillez y modestia creíbles, sus voces cantantes (los hermanos Seba y Pablo Glezer) dan cuenta de la satisfacción de preceder a Ke Personajes, la banda uruguayense de cumbia que es todo un fenómeno de proyección nacional e internacional. Y piden (de nuevo, con gran humildad) que levanten la mano quienes no conocían Suma Paciencia. Al ratito comienza la actuación de “Keper” como les dicen sus seguidores. Arrancan con una potente intro solo instrumental, con una polenta casi rocker, compuesta con pedacitos de sus éxitos. Al ratito llega “El Ema”, el más personaje de Ke Personajes (y que merece nota aparte, sin duda, como la que le dedicó Lali Biagi ver enlace). 

“Tus vecinos te amamos”. Entre quienes esperaban la llegada de “Keper”, el cronista tiene a su lado a una pareja joven, con varios gurises, todos felices de ver a Ema y su grupo. Tienen un cartel que dice: “Tus vecinos te amamos”. Les pregunto si de verdad son vecinos o si es solo una forma de decir (después de todo, cada uruguayense es vecino del Ema Noir). “Sí, somos vecinos de verdad, vivimos al lado de él, en la Delio Panizza”, me aclara ella, sonriente y muy amable. “Y lo re bancamos al Ema, no solo porque nos gusta lo que hace, sino porque además es una gran persona, de una gran bondad. ¿Nunca fuiste a visitarlo?”, preguntan. Y cuentan algunas de las anécdotas que ilustran esa bonhomía del tatuado cantante, que, cuando aparece en el escenario, despierta una ovación. “Por ejemplo, el otro día, en la playa, compró cinco docenas de churros, bolas de fraile y eso para regalarles a toda la gurisada que había ese día. Él es así, un alma generosa”, cierran.  

Abel hace llover. Los memes de factura local sobre la vinculación entre Abel Pintos y la lluvia arrecian en cuestión de minutos. Es que en años anteriores la actuación del músico se frustró por intensas precipitaciones. Y el viernes, a la nochecita, la tormenta anunciada para el sábado decidió adelantarse. De repente las numerosas seguidoras (y seguidores también, pero ellas son sin duda mayoría) vieron peligrar la presentación de su ídolo. Un rato después las noticias llevarían respiro: el show se confirmó y Abel estará “en breve” en el escenario. Paraguas y protección improvisada, o directamente la decisión de disfrutar de las gotas que aún caen, a veces más profusas, a veces más tenues. “Nadie ha hecho tanto por la agricultura como Abel Pintos”, bromean por las redes. O comparten la estampita de San Abel Llovedor. La creatividad no se toma descanso por lluvia. Más bien al contrario. Quienes no lo pasaron tan bien fueron los artesanos que cada noche ofrecen sus trabajos a las personas asistentes a la Fiesta. Una de las feriantes contó a este cronista que debieron desarmar todo. ¿Todo? “Sí, todos los artesanos, algunos se quedaron otros se fueron e incluso algunos regresaron más tarde… pero no por vender, sino a ver a Abel Pintos. Si hubiera algo techado… sería mejor para todos”, concluyó.

Cantar con fundamento. Las bandas uruguayenses no dejan de utilizar los espacios para llevar no solo su arte y su pasión, sino también sus ideas. Las Amatistas o Che Gramajo reivindicando la presencia de artistas mujeres en el escenario, Sub-System con su discurso de conciencia ambiental, Suma Paciencia desplegando la bandera en reclamo de una Ley de Humedales para proteger esos espacios amenazados, destruidos en buena parte del planeta (y de los cuales depende la vida humana). El escenario de la Fiesta es también un lugar de encuentro de esas miradas que nos pueden ayudar a ser mejores, entre nosotros y con nuestro entorno. Otro elemento común es la reivindicación que todas las bandas, sin excepción, aprovechan para hacer respecto de la presencia de artistas locales, incluso instando a quienes aún no han tenido oportunidad de estar sobre el escenario a presentar su proyecto para cumplir el sueño de actuar allí. O, desde Chakota hasta Keper, reivindicando el orgullo de ser uruguayenses, lo cual en un país tan duramente unitario, es un grito de rebeldía. Parecieran así, acercarse a aquella copla del Martín Fierro: “Procuren si son cantores / el cantar con sentimiento / No tiemplen el instrumento / Por sólo el gusto de hablar / Y acostúmbrense a cantar / En cosas de fundamento”.

Conservadoras. Entre las disposiciones de la Fiesta se prohibía llevar conservadoras. Al respecto, una feriante dijo a El Miércoles que hubo algunas quejas en la noche gratis y el segundo día: “Es que tuvimos que ir temprano, alrededor de las 17, y hubo un par de personas que se les bajó la presión por el calor que hacía en los stands. Y no había servicio de emergencia hasta las 19. Lo cual es una locura, eso me parece que hay que preverlo. Los artesanos pagan un seguro, no puede ser que en esas dos horas, las de más calor, no haya cobertura. Eso es algo que debe reverse. Para colmo ni agua fría teníamos, porque no nos dejaban entrar conservadoras tampoco a los artesanos ¡cómo no se nos va a dejar llevar conservadoras!”. Con un código QR como el que se utiliza para el ingreso de la prensa, se solucionaría el asunto. Un detalle importante para que anote la Comisión Organizadora.

Acreditaciones. Y hablando de la prensa uno de los puntitos a revisar en esta gran fiesta  uruguayense es el número de credenciales para los medios pero, particularmente, para los sitios web.  Nos dieron SÓLO UNA (1) ACREDITACIÓN a los medios digitales. El o la que va tiene que hacer las veces de cronista, camarógrafo, fotógrafo y movilero. Lo particular es que hemos visto cómo medios paranaenses tenían, lógicamente, dos personas para hacer sólo redes sociales. No creemos que tengan algún privilegio por ser un medio capitalino, ¿no?

La otra Fiesta. Hay otra Fiesta de la Playa, que se lleva a cabo, con tranquilidad y “total normalidad”, a la vuelta del predio Multieventos. Tanto hacia el sur, sobre calle Belgrano, como en el bulevar Yrigoyen, en las plazoletas o en la placita del Skater, se congregan multitudes, todas las noches. Centenares de personas en la calle Belgrano, miles en el bulevar. Familias enteras, con la cena para compartir en la conservadora o en algún tupper, grupos familiares completos que se dan cita para participar de la Fiesta. Desde algunos lugares de la plazoleta se ven bastante bien las pantallas instaladas dentro del predio, por lo cual podría decirse que no es tan diferente de estar adentro. Se entiende perfectamente: para buena parte de la población uruguayense, abonar una entrada de más de dos mil pesos para cada miembro de la familia, es una utopía irrealizable. No pocos artistas les mandaron saludos y le dedicaron canciones desde el escenario, dando cuenta de esa “otra fiesta” que también forma parte de la comunidad uruguayense. 

“¡Bastante cara ‘taba la entrada!”. Quien lo puso más claramente de relieve fue “el Chucky del barrio La Higuera”. Pero ¿quién es el Chucky? Un desconocido para la mayoría de la comunidad uruguayense hasta ese momento estelar en que Ema Noir, líder de Ke Personajes, anunció que tenía un invitado. Haciendo piruetas llegó Chucky, en medio de su singular actuación, y no se privó de saludar a toda la gente que participa “desde afuera” de la Fiesta. Después de cantar su hit “La plantita” (ver enlace) Chucky mandó saludos a sus hijos, su hija y su yerno, sus cuñados, “suegra, suegro, todos los tíos de mi mujer, y toda la gente de La Higuera que no pudieron entrar y están ahí en la placita del skate”. Y agregó, para que quedara bien claro: “¡Bastante cara ‘taba la entrada! ¡Bastante cara ‘taba la entrada! ¡Tres mil pesos! Somos Cedelú, papá!”. Tiene razón el Chucky: ¿por qué no dos noches gratis, cuando la banda que cierra es local, como Ke Personajes? A pensarlo, Comisión Organizadora, eh.

Noche ¿rockera? La noche del sábado fue la noche del rocanrol en la Fiesta de la Playa: el cierre con tres bandas identificadas fundamentalmente con ese palo así lo anunciaba. Cuatro Pesos de Propina, Mancha de Rolando y La Bersuit. Pero ¿rock? Para algunos analistas del género, la etiqueta ya se queda corta. “Cuatro pesos mezcla diferentes elementos, funk, ska; la Mancha quizás sí es más roquera; pero la Bersuit desde siempre es mucho más que rock, tiene cumbia, murga, algo de folklore y hasta tango”, fue una de las opiniones. “Y la verdad es que sin Cordera suena mucho mejor”. El Gringo Villanova aporta lo suyo: “No sé si suena mejor. Pero al no estar Cordera encontraron un sonido más representativo, como ellos mismos lo dicen, de la argentinidad. Son una banda más armónica, más potente, mucho más que antes”, desarrolló ante el cronista el historiador del rock de la zona. Antes de ese cierre (muy celebrado por el público) hubo un valioso desfile de bandas locales: rock bien pesado con Primer Ministro, el jazz rock de Los Yuyos, la cumbia de tributo de La Bristol, el rock duro de Nuitilfait y el tributo beatle de Sick People. La misma y atractiva variedad de toda la Fiesta, pero orientada a quienes se sienten parte de una raíz roquera común. 

Sugerencias. Tanto feriantes como gastronómicos consultados por El Miércoles dijeron haber tenido buenas ventas, en general, a lo largo de las seis noches. La más productiva fue la que tuvo a la banda cordobesa de cuarteto La Konga como número central. También fueron muy buenas las ventas en la última noche de la Fiesta donde se presentaron Los Palmeras. Y la más floja (lluvia y vaivenes mediante), la de Abel Pintos. Desde los stands de artesanos dejaron sugerencias interesantes. Por ejemplo: “Podría haber un día que toda la gente pueda ir a la mañana, para que entre las 9 y las 12 por ejemplo puedan ir tanto turistas como personas de la ciudad, pero en especial la gente que está solo por un par de días porque vino a ver a un artista en especial. Y quizás pensar en una carpa para que quienes están en los puestos no se caguen de calor…” Una de las propuestas surgidas del diálogo entre quienes estuvieron ofreciendo sus artesanías al público de la Fiesta de la Playa. “De paso”, acota otro feriante “se generaría un nuevo atractivo turístico para durante el día”. Para que anote la esforzada gente de la Comisión Organizadora. 

Dónde debe hacerse. La discusión acerca de que debería hacerse en la playa y no en medio del cemento, seguramente no se acabará: parece haber buenos argumentos para un lado y para el otro (la belleza del entorno natural, la magia del río, por un lado; pero la seguridad y la facilidad de acceso para la mayoría de las personas, por el otro, anuncian debates que seguirán). Y seguirán sumándose sugerencias y críticas, propuestas y reclamos: preferencias y gustos sobre artistas y géneros, sobre el cumplimiento casi burocrático del cupo (“ninguno de los números centrales estuvo encabezado por artistas mujeres”, señaló una observadora aguda), sobre si está bien o no llevar conservadoras, sobre cómo mejorar la cuestión gastronómica, sobre la presencia de las cervezas locales, sobre un sinfín de cuestiones. Pero en lo que no hay discusión es en el enorme crecimiento que tiene la Fiesta, que se traduce en la respuesta masiva del pueblo y en la llegada cada vez mayor de público de afuera. 

Orgullo uruguayense. Seguramente habrá muchas cosas para mejorar. Pero no hay dudas de que cada vez se mete más adentro en el corazón de la comunidad: la Fiesta Nacional de la Playa, 34 años después, se transformó en un fuerte elemento de orgullo uruguayense. Se nota en la satisfacción de cada artista de la ciudad que sube a ese escenario y lo grita con tremenda alegría. Pero nada se compara con el momento en que la TV Pública transmite esta fiesta nuestra para todo el país: allí los pechos uruguayenses se inflan de bien merecido orgullo, y eso solo es --quizás-- el mejor reconocimiento para las personas que integran la Comisión Organizadora, y para cada una de quienes trabajan para hacerla posible, poniendo la mejor onda: decenas de trabajadores y trabajadoras de cada uno de los aspectos a cubrir, que cada noche garantizan el tránsito, la atención a los artistas, la seguridad, o cualquier emergencia médica, para que el sonido brille o las luces den el marco propicio, para que pueda operar cada puesto de artesanos o gastronómicos, en fin toda la enorme cantidad de trabajo que se requiere para una fiesta así. La sumatoria de aplausos que reciben los shows (eso sí: mechaditos con críticas, reclamos y sugerencias) son todos para esas personas, verdaderas artífices de la celebración. Agregamos un aplauso desde aquí y que siga creciendo la Fiesta.

Fuente: de la redacción de El Miércoles Digital