El pivote jugó 23 temporadas, obtuvo 11 títulos con Atenas de Córdoba y se retiró en 2011 (Foto: UCU Web).
La vida del pivote Diego Osella no está cerca de los estadios de básquet y mucho menos encima del parqué. Luego de una intensa carrera que lo llevó a integrar legendarios planteles de Atenas de Córdoba y la selección argentina, el interno decidió emprender un proyecto junto a su familia desde que colgó las botitas tras su paso por el Centro Juventud Sionista, hace ya una década, luego de lograr la permanencia en la élite.
“Estoy en una ciudad llamada Nono, en las Sierras de Córdoba. Me vine al día siguiente de terminar mi última temporada como jugador en Paraná, porque con mi familia ya teníamos armado un proyecto para nuestro futuro. Vivimos y trabajamos aquí, en un complejo de cabañas en plena montaña, donde estamos el día entero con diferentes labores de limpieza, cocina y atención a los huéspedes. Abandoné la vida de ciudad y me vine a disfrutar la tranquilidad de la naturaleza”, confesó en diálogo con el departamento de prensa de la Confederación Argentina de Básquetbol.
A diferencia de otros jugadores, el interno prefirió mantenerse al margen del deporte que practicó tantos años al más alto nivel nacional y en la actualidad, apenas mira algún partido: “Mi relación actual con el básquet no es nula, pero sí escasa. Los primeros años luego del retiro iba a en ocasiones a ver algún partido de Atenas, pero hoy la cosa pasa por seguir a Facu Campazzo, un poco de NBA y otro tanto de La Liga. Podría decirse que corté relaciones con el básquet, pero eso hace que no extrañe tanto la vida que hice por muchísimo tiempo”.
Osella, que compartió plantel con jugadores legendarios de Atenas de Córdoba como Marcelo Milanesio, Héctor Pichi Campana, Fabricio Oberto o el entrerriano Leandro Palladino, reconoció que cuando le llegó la propuesta de jugar en el equipo paranaense ya sabía que tenía en mente su retiro para concretar su proyecto. “Creo que hasta mi último año en Atenas pude aportarle lo mío al equipo. Cada año que terminaba pensaba que era el último, pero volvían a llamarme y la expectativa se renovaba. Así se dio hasta el momento en el que desde el club me comunicaron que ya no deseaban contar conmigo y admito que me quedó el sabor amargo de no haber podido tomar yo mismo esa decisión. Entonces, se dio la oportunidad de jugar una temporada en Sionista de Paraná y ahí sí ya tenía la certeza de que sería mi último año como jugador, incluso ya tenía planificada mi vida para cuando esa etapa finalizara”, confesó.
A 10 años de su retiro, el oriundo de Oncativo, Córdoba, sigue siendo el mayor reboteador (6.804) y taponador (970) de la Liga Nacional de Básquet, y es dueño del segundo lugar en presencias de la historia de la competencia -sólo por detrás de Leo Gutierrez- con 1.096 partidos y del quinto puesto entre los máximos anotadores, con 12.358 puntos.
En Atenas de Córdoba sumó seis títulos nacionales (El Griego ostenta nueve, en total), tres Ligas Sudamericanas y un Panamericano, y su dorsal Nº 11 fue retirado en el Polideportivo Carlos Cerutti. Disputó un total de 23 temporadas como profesional, donde también defendió los colores de Banco de Córdoba, Estudiantes de Olavarría y Sionista de Paraná, donde puso fin a su carrera en el 2011. Tuvo incluso dos breves etapas en el exterior, con el Alicante español y el Varese italiano, y vistió la camiseta de la selección durante 12 años.