El mítico Luna Park vio la primera consagración de Débora Dionicius en el peso pluma. Por decisión unánime, la entrerriana venció a Marcela La Tigresa Acuña y se quedó con el título Mundial interino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). El récord de la villaguayense es ahora de 32-3-0.

Débora Dionicius tuvo este sábado uno de los combates más importantes de su ya extensa carrera. No sólo por lo que se puso en juego, que es el título Mundial interino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), sino porque su rival era nada más ni nada menos que Marcela La Tigresa Acuña.

La púgil formoseña, a sus 45 años, ostentaba un récord de 50 victorias, siete derrotas y dos empates; mientras que la entrerriana llegó con 31 halagos y tres caídas. Para la villaguayense era una gran oportunidad en el mítico Luna Park de quedar en la historia del boxeo argentino.

El combate tuvo tres rounds muy parecidos en el arranque. Marcela Acuña fue dueña del centro del ring, pero con su movimiento alrededor del cuadrilátero y los pequeños golpes conectados por la Gurisa, hacían pensar en una ligera ventaja para la entrerriana.

Esto se confirmó en el cuarto round cuando conectó su primer golpe claro. Un zurdazo dio de lleno en el rostro de Acuña y por primera vez la corrió del centro del ring. Con Dionicius en el medio del cuadrilátero llegó una secuencia de golpes que favorecieron a la villaguayense.

Dionicius mantuvo el dominio en el quinto round, pero en el final llegó el golpe de Acuña que modificó el desarrollo del combate y devolvió la paridad al ring. Hasta ese momento parecía ser todo de la entrerriana.

De allí en más Dionicius entendió mejor el combate. Sabiéndose con ventaja por lo hecho en los rounds anteriores, comenzó a administrar mejor sus golpes y sus defensas. Mostrándose más sólida y más entera en el cuadrilátero, aprovechó el cambio de estrategia de Acuña para conectar algunos golpes más.

Pese a que en el séptimo round Acuña conectó dos claros golpes sobre la villaguayense, las escaramuzas que se formaron dentro del ring siempre tuvieron balance favorable para la entrerriana. Es que por cada golpe que daba Acuña, Débora conectaba dos.

Con inteligencia, Dionicius controló los rounds finales e incluso dio algún sólido golpe más. En el último round apostó a ensuciar la pelea y le terminó saliendo favorable.

La victoria de la Gurisa fue por decisión unánime de los jueces. Dos de las tarjetas la dieron como vencedora por 97-93 y la restante por 96-94, por lo que se hizo del cinturón de peso pluma interino de la OMB. Ahora podrá aspirar a retenerlo organizando un combate internacional.

Pero más allá de todo eso, lo sentimental pesa más: Dionicius fue mejor ante la que es una de sus ídolas del boxeo y logró una victoria que podrá enmarcar en su carrera a la que aún parece quedarle tiempo.