Salas dejó atrás su etapa competitiva como ciclista y triatleta, para pasar al deporte motor. (Foto: Facebook Gonzalo Salas)
por Juan José Noguera, de ANÁLISIS DIGITAL
Después de décadas de dedicación al ciclismo y al triatlón, donde ganaba competencias en función de la exigencia física y donde la única máquina que debía preparar era su cuerpo, Gonzalo Salas decidió dedicarse a un deporte totalmente nuevo para él. El paranaense comenzó con el karting hace un par de temporadas y ahora se animó a una de las categorías más populares del automovilismo provincial: el TC 850. Su debut en el Club de Volantes Entrerrianos (CVE) en la primera fecha de la temporada se coronó el pasado 12 de marzo con un nada despreciable noveno puesto.
“Venía de 10 años intensos de triatlón y previo a eso tenía muchos años de ciclismo competitivo; llegó un momento que me di cuenta que la autoexigencia para la edad que tenía no era del todo sana. Busqué una actividad la que no supiese nada y tenga que arrancar desde lo más básico; así me inicié en la escuela de pilotos de Martín Palavecino (también expiloto a nivel nacional). Junto a otros alumnos que tenía fuimos de a poco, avanzando lentamente. Comencé en el karting Río Paraná que está ubicado dentro del trazado del autódromo del Club de Volantes Entrerrianos”, comentó sobre sus inicios al volante en 2017, en diálogo con ANÁLISIS DIGITAL.
El ganador de la prueba del TC850 fue Alejandro Cisneros, quien tardó 22m09s444 para completar las 16 vueltas al trazado intermedio del circuito enclavado en Sauce Montrull. Lo siguieron Rubén Degeneve y Ramiro Albisu, quienes completaron el podio. Por su parte, Salas tardó casi un minuto más que el ganador (57,963), pero poco le importó al ver por primera vez la bandera a cuadros.
“De mi debut me quedó una enorme satisfacción de haber logrado y cumplido ese objetivo, teniendo en cuenta que el proyecto llevó mucho tiempo. No es algo que puede comprarse hecho; lleva un proceso artesanal que viví muy de cerca y creo que muy poca gente valora el esfuerzo y el trabajo de los integrantes del taller donde se ensambló. Eso me genera la satisfacción más grande, pude recorrer prácticamente todas las vueltas de la carrera, ir mejorando y puliendo algunos detalles en el transcurso del fin de semana y devolverle al taller el auto en las mejores condiciones, sin haber roto nada y sin haber cometido grandes errores. Creo que esa fue la mejor experiencia que me puede haber dejado la primera fecha”, valoró quien comparte la pasión por el ciclismo junto a su hermano, Gastón y su papá, Mario.
Es que el vehículo que utilizó Salas fue armado “de cero” en el taller del Pepurry Racing, ya que se trataba de un Fíat 600 de uso particular que fue transformado con arduo trabajo por parte de Sebastián Spoturno y su equipo de colaboradores. “Quiero darle un agradecimiento a la familia Spoturno completa; a Virginia Annichini, que aportó su auto de uso personal. A todos los integrantes de la peña del Pepurry Racing que estuvieron siempre dando una mano, siempre colaborando desinteresadamente. Les debo un montón a ellos. A mi familia, que me hace el aguante y está para este tipo de cosas y para lo que uno necesite. Desde acá quisiera hacerle llegar mi agradecimiento. A todos mis auspiciantes y sponsors que me dieron una mano para que este sueño se cumpla”, destacó el piloto de 48 años.
No se trata de un improvisado. Salas desconocía el trazado que debía recorrer durante su debut absoluto en las categorías provinciales del automovilismo entrerriano. Por eso se dedicó con anticipación a estudiar el dibujo minuciosamente, mirando videos por internet. “Lo conocí al autódromo por el karting, pero al recorrido o al circuito que me tocó transitar en esta primera fecha -que es el intermedio- nunca lo había hecho. Por eso me vi todas las carreras que están en YouTube del TC850, las históricas; encontré algunos videos del año noventa y pico o 2000 hasta hoy, y las recorrí a todas y de todos los autódromos. Eso me ayudó un montón, porque tenía en la cabeza al autódromo; nunca lo había transitado, pero me pareció muy lindo, me encantó. Espero que el de Concepción del Uruguay, Concordia, Gualeguay, que es nuevo para todos y se inaugura este año, me gusten de la misma manera. En el karting siempre tuve mis preferidos”, confesó.
–¿Con qué ambiente te encontraste?
–Me encantó rodearme de la gente que me acompañó en este recorrido del karting y ahora en el automovilismo, ni hablar. Siempre recibí muy buenos consejos. Al bajar mis pretensiones competitivas o mis intenciones de solamente traer excelentes resultados deportivos, yo siempre estuve en búsqueda de otro tipo de emociones, otro tipo de vivencias y cada fin de semana que volví de una carrera encontré algo positivo y algo para destacar, así que el ambiente me parece excelente. El nivel del karting entrerriano siempre fue muy bueno. Tuve la suerte de compartir competencias y finales con el Gurí Omar Martínez, que para nosotros era un orgullo tenerlo cerca; mi entrenador Martín (Palavecino) también estaba disputando esas mismas competencias, y el resto de mis compañeros de equipo siempre se comportaron de maravilla y no tengo nada que decir al respecto.
–¿Cuánto te sirvió tu experiencia en el karting?
–En un primer momento me asusté porque creí que había poco de lo aprendido en el karting en el auto, como que me faltaban algunas vueltas, esa fue mi primera sensación. Una vez que pasó esa primera competencia y puede girar todas las vueltas posibles y terminar la carrera te puedo decir que empecé a encontrar similitudes. Creo tengo que un estilo de manejo parecido al que tenía en el karting. Cuando pase un poco el tiempo y pueda seguir combinando las dos actividades -karting como entrenamiento y competencias en el Fíat 600- puedo seguir encontrando más cosas, pero hasta el momento mi experiencia es muy poca sobre el auto, aunque muy positiva.
–¿En qué proporción los logros dependen del piloto y de la máquina? ¿Y en los otros deportes que practicaste, todo depende de uno mismo?
–Eso es verdad. Todos son deportes individuales, pero ciclismo y el triatlón, como se dice, son de tracción a sangre y uno ya tenía un camino recorrido en lo que significa hacer rendir el cuerpo o el físico de uno al máximo. En cambio, en este caso, creo que un poco de concentración favorece un mejor resultado, una mejor vuelta, un mejor tiempo: es un aprendizaje nuevo. Seguramente un piloto experimentado con un motor no tan bueno puede cosas muy importantes, pero creo que es una conjunción de ambas cosas. Hay que tener un buen auto, hay que saber interpretarlo al auto y hay que saber, sobre todo, transmitir lo que hace el auto para que las personas que saben puedan recibir esa información y hacer lo necesario para que esto vaya mejorando día a día. El motor tiene mucho que ver, pero es algo que tal vez no tengo capacidad o todavía no me logro dar cuenta de cuánto más puede andar con un mejor motor por sobre todo en el auto. En el karting sí ya había empezado a sentir algunas diferencias importantes de ese tipo.
–A pesar de tu incursión en el automovilismo seguís entrenando en bicicleta o nadando, ¿no? ¿Cómo influye la preparación física en un piloto de carrera?
–Sí, sigo en marcha, sigo en movimiento, ya no de forma tan competitiva ni exigente para el cuerpo, pero sí tengo un grupo de amigos con el cual nos gusta salir. Es como que tengo separada cada actividad. Al ciclismo me gusta hacerlo con compañeros de entrenamiento y siempre la pasamos bien con ellos. Tenemos un recorrido bien marcado y seguramente seguirá por esa senda. Lo que es caminatas, largas, cortas, rápidas o lentas, me gustan hacerlas con mi señora. Cuando salgo a trotar por lo general salgo solo con música, que es algo muy importante para mí, siempre estuvo y me acompaña, me gusta escucharla cuando voy trotando. Y me gusta también ir a nadar. Busco momentos en que la pileta esté vacía. En algunos momentos también me he tirado al río, muy relajado, y eso me libera un montón de alguna problemática que pueda llegar a venir del lado laboral, por ejemplo. Pero no pienso en las actividades físicas como rendimiento en el auto, es como que están por separado. Ahora me propuse tratar de empezar gimnasio y hacer algunos trabajos de coordinación, de velocidad, de agilidad, para ponerme algo más rápido mentalmente. Creo que con el paso de los años uno se va poniendo un poco lento para esta actividad, pero entrenándolo creo que vamos a mejorar y a poder disfrutar más de las carreras.
Salas, que supo representar internacionalmente a Paraná arriba de una bicicleta y le dedicó diez años de su vida al triatlón, se refirió a sus metas para esta nueva etapa de su trayectoria deportiva. “Primero, mi objetivo era estar presente en esta temporada tan importante, que es un año de cambios para la categoría, que no venía pasando un gran momento y de repente todo cambió. Creo que, a partir de la construcción de esta nueva unidad y de este humilde aporte que uno puede llegar a hacer, se están generando un montón de cosas lindas. Tanto en la Costa del Paraná como en la Costa del Uruguay se están sumando pilotos a diario. Creo que esto va a duplicar la cantidad de pilotos en muy poco tiempo y va a ser una de las categorías más importantes de la provincia en el futuro”, consideró.
“La incorporación del motor Fire 1.3 es el motivo de este cambio y de este viento a favor que está teniendo hoy la categoría. Estoy orgulloso por eso y después, para este año me gustaría sumar experiencia. El año próximo será mucho más competitivo, mucho más parejo; seguramente el motor 850 va a desaparecer, pero la paridad volverá con el 1.3. Creo que la gente que luchó para que esté hoy en día usándose ese motor, ya lo tiene pensado y analizado y sabe que así será”, completó Salas, que ahora cruza las metas arriba de un Fíat 600.