Rodrigo Rato, Dominique Strauss Kahn y Christine Lagarde, ex titulares del FMI.
Aunque el FMI alega reiteradamente la necesidad de combatir la corrupción para la recuperación económica de los países, mal que solo distingue en los gobiernos “populistas”, nunca asumió su responsabilidad institucional por el daño causado por la alta cúpula de funcionarios corruptos en ese organismo internacional. Puestos en orden: el español Rodrigo Rato, y los franceses Strauss Kahn y Christine Lagarde.
Los tres son europeos. Es que el fundador del FMI fue el norteamericano Harry Dexter White, que en el inicio de la guerra fría fue acusado de comunista por el FBI y la Comisión de Actividades Antinorteamericanas del Congreso. Para evitar nombrarlo en el cargo de director gerente, al entonces presidente Harry Truman se le ocurrió la idea de darle ese cargo a europeos y quedarse Estados Unidos con la presidencia del Banco Mundial (1). En ambas instituciones la influencia del país del norte es absolutamente predominante, aunque las cabezas del FMI provienen de Europa.
Tras las rejas
Rodrigo Rato fue nombrado director gerente del FMI de 2004 a 2007 luego de ser vicepresidente primero y ministro de Economía de España. Llegó a ser, según un periódico español, “una de las personalidades más respetada nacional e internacionalmente” e incluso, se lo mencionó como un posible sucesor del entonces presidente José María Aznar, publicó el diario Página/12.
Pero, su actuación como director gerente duró sólo tres años y con acusaciones de delito fiscal, corrupción y blanqueo de capitales en sus tareas al frente de esa entidad, de acuerdo a un informe de gestión publicado en 2011. También fue acusado de no haber tomado las medidas necesarias para impedir la crisis del 2008. Radicado ya en España y como amigo de Mariano Rajoy, fue nombrado presidente de la institución financiera Caja Madrid, donde fue enjuiciado por desfalco en un caso de tarjetas de crédito.
Desde hace años que ya no reside más en sus lujosas casas de Washington o Madrid, sino en la cárcel madrileña de Soto Real en la que fue alojado a cuenta del Estado español, con una condena de 4 años y medio de prisión. En 2021 se le pidió una fianza de 65,1 millones de euros por delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción, en el marco de una causa sobre el presunto origen ilícito de su patrimonio. La investigación dirigida por el juez instructor concluye que Rato ha mantenido desde 1999 un patrimonio oculto a la Hacienda Pública a través de diversas sociedades con las que habría realizado continuas actividades de inversión financiera mediante cuentas bancarias en Bahamas, Suiza, Mónaco, Luxemburgo y Reino Unido.
También fue juzgado por apropiación indebida de fondos cuando era presidente de un banco, cargo del que fue absuelto en octubre de 2022, teniendo todavía otros juicios en su contra. La “brillante” carrera de Rato está marcada por sus importantes puestos políticos y económicos (vicepresidente de España, director gerente del FMI) y una trayectoria delictiva con diversos actos de corrupción que lo llevaron a la cárcel.
El escándalo sexual
Nombrado ministro de Economía por el ex primer ministro de Francia Lionel Jospin en 1997, Dominique Strauss Kahn se transformó en el “hombre fuerte” del gobierno y del Partido Socialista, favorecido por los buenos resultados de la economía durante su gestión. Lo obligaron a renunciar por tres escándalos: el desfalco de una mutual estudiantil francesa de la que fue su abogado; una aparente corrupción vinculada a la petrolera ELF que pagaba el salario de su secretaria; y maniobras poco claras en el financiamiento de un partido político. Fue enjuiciado y absuelto dos años después por la justicia retornando a la carrera política, destacó el diario Página/12.
Strauss-Kahn tenía, pese a sus traspiés políticos y judiciales, una extendida reputación como experto económico. Nacido en Marruecos, de una familia de origen judío, se doctoró en economía e hizo una fulgurante carrera política desde las filas del socialismo, siempre ligado por amistad a sectores de izquierda. En 1986, fue elegido diputado y en 1991 el entonces presidente François Mitterrand lo nombró ministro de Industria y Comercio Exterior. Esto lo vinculó a círculos empresariales agrupados en defensa de la industria francesa. Strauss- Kahn era tambipen conocido por su afición a las mujeres, y otro punto a favor de su carrera política fue su casamiento con Anne Sinclair, una popular periodista televisiva cuyo programa, basado en entrevistas a figuras políticas, la hizo temible en el ámbito político francés.
Apoyado por el gobierno francés fue designado en 2007 como director gerente del FMI. Su nombramiento resultó cuestionado por algunos sectores en Estados Unidos porque intentaba impulsar a la moneda del FMI, los Derechos Especiales de Giro, como moneda de reserva en lugar del dólar, siguiendo la tradición francesa en este sentido. Sin embargo, su gestión terminó abruptamente en un escándalo sexual en 2011, cuando era también mencionado como candidato a las elecciones presidenciales en Francia.
Fue denunciado por ataque sexual e intento de violación a Nafissatou Diallo, una mucama del hotel Sofitel donde se alojaba y detenido en el aeropuerto JFK de Nueva York. Estuvo arrestado en la prisión neoyorkina de Riker Island, después de que la jueza del caso negó la excarcelación bajo fianza que presentaron sus abogados. Luego de un largo juicio donde las acusaciones fueron probadas, se lo declaró culpable, pero se llegó a un arreglo entre las partes, y Diallo recibió un millón de dólares.
Hoy, Strauss Kahn vive en Marruecos, se casó nuevamente y asesora a países africanos. El ex director general del FMI tuvo también un juicio en Lille donde se lo acusó de proxenetismo y violación en el marco de una causa promovida por dos mujeres que lo acusaban de haberlas forzado a mantener relaciones sexuales por un largo tiempo.
Comportarse como adultos
La sucesora de Strauss Kahn, Christine Lagarde, fue acusada de negligencia en un caso de malversación de fondos públicos a favor del empresario Bernard Tapie, un empresario dueño de Adidas y amigo del entonces presidente Sarkosy, por más de 400 millones de dólares.
Declarada en un principio culpable -era ministra de economía de Francia-, fue liberada de sus cargos sin mancha en sus antecedentes civiles y penales, aunque sin recibir una absolución plena. Su caso generó un escándalo judicial por esa sentencia y avivó preocupaciones en Francia sobre la corrupción en los altos niveles del poder, porque revelaba las relaciones íntimas entre los políticos y empresarios.
Lagarde, que manejaba el FMI desde 2011, fue reelegida en 2016 sin que su situación en Francia empañara su trabajo en el Fondo. Actuó también en la crisis de la deuda griega en el 2015 y les recomendó a los griegos “comportarse como adultos” (2) con una deuda impagable a costa de grandes ajustes que llevó a la quiebra la economía griega en complicidad con el Banco Central Europeo y los miembros del Mercado Común. También fue su dirección gerencial responsable del préstamo de más de 50 mil millones de dólares otorgado a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, tan cuestionable e igualmente impagable como los que originaron la deuda griega . Ahora es Argentina el que debe “comportarse como un adulto” aún a costa de su propia bancarrota.
Referencias
1) Ver Benn Steil, The Battle of Bretton Woods, Princeton University Press, 2014.
2) Ver el indispensable libro de Yanus Varoufakis cuyo título utiliza esa expresión (Ed. Deusto, 2017). Varoufakis fue ministro de Economía griego y allí relata sin guardase nada los sórdidos detalles de la negociación de la deuda de su país.