-Verdad y justicia. Se quiebra la rutina. La memoria y el reclamo por verdad y justicia ocupan el vasto escenario de la Argentina profunda. En Paraná, una multitudinaria marcha recorrió la ciudad, ocupándose de señalar algunos íconos de la complicidad y el silencio en aquellos años de plomo (la Catedral, la sede del Comando de Ejército y la sede de la UCA). Creativamente los organizadores encontraron la forma de poner blanco sobre negro, y frente a la oprobiosa actuación de la cúpula eclesial se rescató el compromiso de los mártires de la propia Iglesia. De esta manera la tensión generada por la jerarquía católica con el gobierno nacional, a propósito de la firmeza con la que el Presidente Néstor Kirchner actuó frente a las repudiables expresiones de monseñor Baseotto, adquirió cuerpo en el activismo de la agrupación HIJOS. La convocatoria llevada adelante por la Multisectorial por los Derechos Humanos tuvo la suficiente gravitación como para aislar cualquier especulación divisionista y volcar hacia el activismo a un nutrido contingente juvenil. Otro eslabón del éxito de la marcha fue aportado por la concurrencia notoria de los más importantes agrupamientos del peronismo paranaense, incluido el propio presidente municipal, Julio Solanas. Como contrapartida, el recordatorio del 24 de marzo en Concordia fue una muestra patética de divisionismo y oportunismo. Allí se realizaron dos actos. Uno identificado como “oficial” y otro como “no oficial”. En el primero confluyeron las Madres, familiares de detenidos y desaparecidos, ex detenidos políticos, militantes del peronismo, autoridades y un nutrido grupo de Juventud de la CTA, como también de la Federación de Tierra y Vivienda. La convocatoria autotitulada “no oficial” congregó a la izquierda más pituca y antiperonista, que a su vez viene realizando un llamamiento para construir “una coalición política y social que vaya por las profundas soluciones que el pueblo reclama”. Este acto, aun con la atracción de importantes murgas uruguayas, no tuvo la respuesta esperada. Es que esta alternativa cerraba tanto los márgenes de convocatoria que sólo dejaba adentro al núcleo esclarecido que la impulsaba.
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-No todo es memoria. La escalada de cruces de la jerarquía católica con el gobierno nacional tuvo su repercusión local y no de la manera más positiva. Durante la celebración del Domingo de Ramos, el arzobispo de Paraná, Mario Maulión, reiteró en su homilía advertencias de “cuidar la vida”, en obvia consonancia con aquellas líneas argumentales que, en son de embarrar la cancha, atribuyen al gobierno políticas pro-aborto, cuando en realidad lo que cuestiona es la apología realizada por un alto prelado de prácticas tenebrosas como tirar gente al mar, realizadas por la dictadura militar, más allá de que luego argumentara que lo sacó de una expresión bíblica. Los obispos, sabedores del inmenso repudio que aquellas prácticas tienen en el inconciente colectivo, se niegan a discutir las reales expresiones de Baseotto y desvían la atención hacia el aborto. Pero nada del quehacer de Mario Maulión es ingenuo; el hombre sabe cómo alinearse. Sus reflexiones se producen cuando el Vaticano, a través de su vocero, Joaquín Navarro Valls, atizó el fuego al sostener que “la Argentina no está respetando la libertad religiosa”. Recuérdese que el Vaticano no excomulgó al dictador Jorge Rafael Videla a pesar de los reiterados reclamos del ya fallecido monseñor Pironio, y Carlos Saúl Menem lejos de ser cuestionado fue nombrado Varón Romano y recibido por el Papa cuantas veces quiso. El obispo de Paraná no se ha caracterizado en reclamos por políticas que tomen en cuenta la situación social de la provincia, donde los niveles de pobreza siguen siendo escandalosamente grandes, salvo que la pobreza no esté encuadrada como motivo de escándalo.
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-Diálogos. El lunes 21 la actividad en el principal despacho de la Casa de Gobierno fue especialmente intensa. Es que el gobernador Jorge Busti recibía a los jefes de la oposición política con representación legislativa. Tanto Sergio Varisco, de la UCR, como Emilio Martínez Garbino, por Nuevo Espacio, iban a ser recibidos por el primer mandatario en el marco del diálogo político pro reforma constitucional. En verdad, eran aperturas cuya iniciativa fue tomada por Martínez Garbino, que en el medio de la asonada oficial por sacar la ley que reglamente la consulta popular, hizo un llamamiento para recuperar un clima de diálogo teniendo en cuenta la grave situación social de la provincia. Esta iniciativa fue ponderada por el gobernador, que puso fecha a la reunión. El protagonismo de unos y otros se correspondió con la iniciativa frente al acontecimiento. El candidato radical recibió la invitación como si fuera una inyección de coramina. Su incorporación al diálogo lo volvía al juego grande de la política entrerriana. Fiel a su temperamento, hizo esfuerzos por contenerse pero el reactivo era demasiado fuerte y, sin poder contenerse, le hizo una llamada a Martínez Garbino para reunirse antes de la reunión, pero el ex intendente de Gualeguaychú se las arregló para llegar sobre la hora de la cita con Busti.
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-Emilio. Con el desaliño doctoral que lo caracteriza, Emilio Martínez Garbino concurrió a la cita con el gobernador, que estuvo acompañado por un viejo compañero de ruta del visitante: el vicegobernador Pedro Guillermo Guastavino. Peronistas al fin, unos y otro no se privaron de algún que otro gesto de una no tan lejana habitualidad, incluidos los cruces tensos que sobrevuela toda disputa de poder. Con tono pausado Martínez Garbino fue desgranando la posición que lo llevó a hacer pública la necesidad de configurar un marco de diálogo más abierto y transparente. Ante todo, enumeró las urgencias sociales de la provincia y la necesidad de colocarlas en el primer lugar de una agenda gubernamental sobre la que no debería haber desacuerdos. “Para avanzar en todo esos temas no hace falta reforma constitucional”, señaló con contundencia Martínez Garbino y puso como ejemplo el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, que es uno de los logros que más levanta la autoestima gubernamental. A esa altura el hombre de Gualeguaychú no tuvo reparos en señalar que el gobierno debía archivar la iniciativa de la consulta popular, ya que ésta -tal como se plantea- enturbia severamente el ambiente político. Por último, marcó el apoyo al proyecto de Régimen Jurídico Básico propuesto por ATE y AGMER, y sin decirlo tomó distancia del aprobado en comisión a instancias de los diputados José Allende y Emilio Castrillón.
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-Tropezón tras tropezón. Evidentemente, el referente principal del NE salió fortalecido de esta movida. Sin perder identidad, apostó al diálogo, no quedó encerrado y supo ubicar el ajetreado tema de la reforma constitucional en el contexto de urgencias sociales que vive la provincia. Ya en la ruta de vuelta a sus pagos, Martínez Garbino podía paladear los comentarios de los principales medios de prensa. El protagonismo que le había correspondido dejaba perdido en la distancia cualquier argumento que desde el oficialismo se podía esgrimir en pro de la consulta popular. Por su parte, Busti, sin argumentos, quedó atrapado en un silencio que daba más vuelo al referente opositor. Pero eso fue sólo el comienzo. Al arzobispo de Paraná se le ocurrió manifestar su apoyo a la jugada gubernamental en el peor momento de la Iglesia con la sociedad, centralmente por el respaldo oficial de la Iglesia a la conducta de monseñor Baseotto.
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-Atropello o reflexión. Tal como se ha venido planteando desde esta columna, la estrategia en función de la reforma y la reelección continúan carreteando, sin levantar vuelo. En estos días Jorge Busti realizó declaraciones al diario El Argentino, de Gualeguaychú, en las que sorprendentemente ratificó su autoexclusión para intentar un nuevo mandato, en los términos que había sido hecho ante la Legislatura en momento de enviar el proyecto de reforma. Dicha ratificación suena a un virtual agotamiento del tema y una toma de conciencia de que es necesario barajar y dar de nuevo, como acostumbraba decir don Arturo Jauretche. Pero no por agotado el gobernador dejó de mostrar los dientes.
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-Perspectiva. Son muchos errores que se acumulan como para no reflexionar. Es que hay un equívoco de movida que atrapa al gobernador y lo envuelve en la torpeza y el atropello. Su gobierno tiene condiciones constituyentes que es inevitable observar. Su legitimidad está dada por haber prometido a la ciudadanía un temperamento de gestión opuesto al ejercido por Sergio Montiel. Entonces, el diálogo, el respeto a las instituciones y a las leyes configuran los códigos fundamentales de su gestión de gobierno. Violentarlos lleva inexorablemente a erosionar las propias bases de legitimidad. La pasada semana un plenario de secretarios generales de ATE definió un plan de acción con paros para el mes de abril. Seguramente el congreso del próximo día 31 ratificará la decisión del plenario, levantando la apuesta a partir de la mojada de oreja que significó la media sanción de un Régimen Jurídico diferente al impulsado por ATE.
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-El sector forestal y las papeleras uruguayas. La polémica social ya estaba instalada cuando en el marco de las XIX Jornadas Forestales de Entre Ríos realizada en Concordia en noviembre unos 350 productores, industriales y profesionales del sector aplaudieron la presentación realizada por Carlos Faroppa, que detalló con lujos los alcances de la planta celulósica, su impacto en la región y el nuevo escenario que abriría en la cadena foresto-industrial de toda la región. "Envidiamos sanamente a la hermana república uruguaya por haber sido receptiva de este proyecto", argumentó uno de los máximos dirigentes del sector en la tórrida siesta concordiense. Sucede que para el sector forestal entrerriano la nueva planta uruguaya tendría efectos trascendentes. Según las estimaciones de los principales actores, la planta Botnia consumiría alrededor de un millón de metros cúbicos de pasta de madera de este lado del río, más precisamente de Entre Ríos. En tanto, el gobernador Busti se entrevistó el martes con el secretario general de la Presidencia de Uruguay, Gonzalo Fernández, y “exigió que las empresas transparenten los proyectos y se ponga a disposición de los organismos pertinentes toda la información para lo cual se pidió que participe el mundo académico de los dos países”. Es que la celulosa proyectada construirse en la ciudad de Fray Bentos, situada frente Gualeguaychú, según los grupos ambientalistas será devastada por los efectos altamente contaminantes. La inversión proyectada con capitales europeos supera largamente los 1.000 millones de dólares y Busti debió movilizarse hasta Montevideo debido a la presión de los vecinos, que no descartan marchar el 30 de abril hasta el puente internacional para reclamar a las autoridades uruguayas que suspendan la autorización de la instalación de las plantas.
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