Sandra Miguez
Entre Ríos ha registrado un importante número de casos de accidentes de tránsito en los cinco meses que lleva este año. En total se han producido 353 accidentes, que causaron 60 muertos. A la cabeza de la estadística -aunque en el medio hay personas- están las ciudades de Paraná y Concordia. Precisamente, en la capital provincial se han agudizado los controles de alcoholemia los fines de semana tratando de revertir este desolador panorama, pero por el contrario, desde que los controles se extendieron en zonas y horarios, el índice de infractores también aumentó. En el siguiente informe, ANALISIS trata de indagar sobre las causas de un fenómeno que cada vez cuesta más vidas.
Los accidentes de tránsito son un tema recurrente, se presentan como noticia permanentemente y cada vez más llama la atención la violencia de los impactos que cobran una y otra vida. En lo que va del año Entre Ríos ya tiene un registro de 353 accidentes que dejaron 555 lesionados y 60 personas muertas, de acuerdo al informe de la División de Relaciones Públicas de la Jefatura Departamental de Policía, que interviene sólo cuando existen personas lesionadas o muertos; existen numerosos accidentes de magnitud, en los cuales no hay lesionados por lo que sólo toma intervención la Dirección de Tránsito de cada municipio. Del total de casos, Paraná se muestra como la ciudad en la que se ha producido el mayor número de accidentes en los cuatro primeros meses de 2005, con un registro de 145 hechos con 221 lesionados y 10 muertos, mientras que Concordia se ubica en el segundo lugar de esta triste estadística, con 35 incidentes, 69 lesionados y 11 muertos.
Sin embargo, uno de los hechos que más preocupa es que el 44 por ciento de los accidentes tiene como protagonistas a jóvenes menores de 21 años, ya que hubo un total de 158 accidentes en los cuales tuvieron participación, y en lo que se registraron 143 lesionados y 15 muertos. Inclusive, en lo que ha jóvenes se refiere, del total de accidentes en los cuales hubo lesionados o muertos, el 55 por ciento corresponde a menores de 16 años, en donde las estadísticas señalan que hubo 80 lesionados y siete muertos en menores de esa edad. Esta estadística marca una falta de cultura y educación vial, en la cual se respete la vida, tanto la propia como la de los demás.
Quienes siguen este tema de cerca explican que en los jóvenes aparece en forma muy marcada el hecho que a ellos nada les puede pasar; otros hablan, sin embargo, de gran desaprensión por la vida, algo que se puede ver cada vez que se analiza alguna problemática social con incidencia en los jóvenes.
Aún así, desde las entidades que toman intervención en accidentes -fundamentalmente en los hospitales públicos, adonde llegan inmediatamente los lesionados- se ha manifestado una gran preocupación en torno a la ingesta tanto de bebidas alcohólicas, como de los llamados energizantes, que se mezclan con alcohol -especialmente bebidas blancas- y resultan un cóctel explosivo. En los nosocomios admiten esta situación, y observan un incremento en cuanto el número de pacientes que llegan en estado de shock por el consumo de energizantes mezclados con alcohol. En este contexto, señalan que muchos chicos llegan agresivos y en una buena proporción esto se relaciona con los accidentes de tránsito.
En el caso de Paraná, la Municipalidad ha dispuesto realizar en forma sistemática controles de alcoholemia para medir el grado de alcohol en sangre -el tope es de 0,5 mililitros por litro- sobre todo los fines de semana, que es cuando se concentra el mayor movimiento de gente. Y desde abril ha modificado e incrementado los horarios en los que se realizan las actuaciones.
Los primeros operativos mostraron que hubo un fuerte crecimiento, sobre todo si se compara con las estadísticas de los fines de semanas de enero, febrero y marzo, de acuerdo a la información suministrada por el jefe de gabinete Jorge González. Si bien esto se debió a la modificación del horario en el cual se realizan los controles -ahora se extendió hasta las 2 de la madrugada- éste sigue siendo un horario en el cual los jóvenes están, en el mejor de los casos, ingresando a los boliches y pubs para dar inicio a la movida nocturna.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)