-El diputado. A menos de 72 horas de haberse incomodado por las pretensiones de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas de pretender el cargo de primer diputado nacional más siete constituyentes, Jorge Busti termina convalidando a Antonio Alizegui, del gremio de Camioneros, como candidato a legislador en tercer orden. Cuando sonaron las pretensiones de las 62, sosteniendo a Alizegui, el gobernador hizo alusión a maniobras de dirigentes de otros distritos ajenos a la provincia, lo que hacía presumir la mano de Hugo Moyano, secretario general de la CGT y referente excluyente de Camioneros, el gremio de Alizegui. Así son en definitiva las cosas pues Busti hizo el anuncio sobre el tercer lugar para Alizegui, del brazo de Moyano. Qué sucedió en el medio es difícil precisarlo. El propio Busti trató de relativizar el tema al señalar que en realidad el tercer diputado carecía de importancia ya que estaba fuera del alcance del justicialismo. “Para concretar un tercer diputado, la fuerza electoral de los otros partidos tenía que ser muy minoritaria”, enfatizó el mandatario. Por rápido que se lo mire, las reflexiones del gobernador no responden a la realidad. Sin ir más lejos, Nelio Calza puede ser diputado por dos años si se concreta la Senaduría para la actual diputada Blanca Osuna (PJ-Entre Ríos). En esta fluidez que tiene la política, el tercer diputado queda -como se dice- en la puerta y ante cualquier suceso que afecte al primero o al segundo se produce el corrimiento y el tercero queda adentro de la Legislatura.
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-La construcción electoral. No es la primera vez que Busti vuelve sobre sus pasos con tal de no quedar pegado en el pantano. De todas maneras, esta marcha atrás en las pretensiones de ubicar a Enriquito Cresto en el tercer lugar de la lista pasa a ser una de las más notables. En las reflexiones que generan estas movidas también hay que computar que en otras circunstancias, donde el gobernador no tuvo reparos en dar pasos atrás, de última su figura resultó favorecida. Esta situación que se marca y la formación del sub-bloque fantasmal en apoyo a Urribarri que supo promover el diputado electo Eduardo Jourdán, decantan la inestabilidad que rodea al mega bloque que ostenta el justicialismo en la Legislatura, que empezará a funcionar luego del 10 de diciembre. Aunque haya tenido una existencia fugaz, vale como muestra el entramado extraño que presenta dicho agrupamiento. Recorriendo los nombres no surge con claridad la relación que pueden tener entre sí y cada uno con el conjunto. Incluso hay algunos de los exponentes del pretendido sub-bloque que resulta difícil establecer la relación que tienen consigo mismos.
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-Como ganar. “Con el Hugo (Vázquez) de nuestro lado, Julio (Solanas) no va a poder salir de Paraná, va a tener un conflicto laboral todos los días”, fue el comentario de un caracterizado gestor de la campaña provincial del justicialismo cuando se estaban armando las listas legislativas. El pronóstico del grupo de campaña del peronismo oficial se cumplió al pie de la letra. El gremio de trabajadores municipales de Paraná (SUOYEM) que dirige Vázquez, en toda su existencia, nunca tuvo tanto activismo gremial como en el tiempo que duró la campaña electoral del 18 de marzo. En efecto, el intendente Julio Solanas se fue enredando de patas y manos ante la sucesión interminable de reclamos de los trabajadores municipales, con el consabido corte de calles, no recolección de basura y vuelco de desperdicios en el frente del municipio paranaense. La deserción de la Concertación Entrerriana por parte de Zacarías fue el empujón para el desbarranque definitivo de ese agrupamiento político como opción de cuidado en las elecciones de marzo. Es cierto que cuando Zacarías decide saltar de bando, la Concertación Entrerriana venía tambaleando, pues los resultados electorales de octubre del 2005 habían sido notoriamente más bajos a los esperados y la tendencia que marcaba la mirada de la sociedad iba para abajo. Pero el abandono de esas filas por parte de Zacarías y su reingreso al bustismo dejaron maltrecha toda la estantería de ese agrupamiento.
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-Lo que vendrá. Además, se puede decir en el análisis de los otros componentes del sub-bloque urribarrista y las razones de su integración en las listas del justicialismo oficial que son del mismo tono a las que movilizaron la postulación de Zacarías y Vázquez. Incluso, si se sigue en el detalle de cada diputado electo integrante del mega bloque se puede dar cuenta de que son excepciones aquellos que su postulación responde a construcciones de militancia, a las que tienen que dar cuenta de sus actos con alguna coherencia. Basta ver el comportamiento del agrupamiento Mupee, recientemente lanzado en Tala por la mayoría de los referentes que integraron la lista 100. En la declaración de ese agrupamiento fundamentalmente inspirado por el senador Hugo Berthet y la familia Cresto, se reivindicaba el tercer lugar en la lista de diputados nacionales para Enriquito Cresto. Al día siguiente Busti sale ungiendo en ese lugar al camionero Alizegui, tal como se da cuenta en la primera parte de la nota. Al otro día del día en que Busti nomina a Alizegui, sale el diputado Rubén Adami, destacado protagonista de la reunión de Tala, bendiciendo la decisión del gobernador y restando importancia a las pretensiones del Mupee de pedir ese lugar para Enrique Cresto.
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-La caída de los indultos. La Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba por anular los indultos a los jefes genocidas. Como bien señala un destacado miembro de la Corte, Raúl Zaffaroni, “a partir de este fallo se remueven todos los obstáculos para que no haya impunidad con los delitos de lesa humanidad”. De esta manera el país hace una contribución de imponente a una cultura que quiere vertebrar su convivencia en el respeto a los derechos humanos. En la medida en que la vida en sociedad se va abrazando frente en este crisol de valores es posible establecer un futuro previsible de justicia social. El terrorismo de Estado, las diferentes escalas de represión popular, son formas de impedir que las capas más humildes de la sociedad avancen asegurando dignidad en sus condiciones de vida. No es un dato casual que el terrorismo de Estado sobrevino cuando los trabajadores disputaban para sus ingresos como asalariados el 50 por ciento de la renta nacional. Tampoco constituye un dato anecdótico que más del 50 por ciento de los desaparecidos eran trabajadores pertenecientes a las capas más variadas. Tanto trabajadores fabriles pertenecientes a los principales centros industriales, trabajadores rurales, pequeños campesinos, compusieron la galería del terror que dominó al país durante largos años.
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