Claudio Cañete
La vocación en el espejo. Testimonios autobiográficos de escritoras entrerrianas, es la obra que la escritora Iris Estela Longo dejó terminada antes de su sorpresivo fallecimiento, ocurrido el 26 de enero. Con ella desapareció una de las plumas contemporáneas más lúcidas, pero su herencia literaria y docente es enorme para las generaciones futuras. El libro fue editado por Editorial Dunken y ya está en las principales librerías. ANALISIS presenta un recorrido por sus páginas y por la vida académica de su notable autora.
“No requiere comprobación el hecho de que en los últimos años han cobrado auge todos los temas referidos a la mujer y su nueva ubicación en la sociedad. ¿Acaso porque se ha cumplido un hito perturbador en la marcación del tiempo? Puede ser: pero ya en el siglo XXI, parece razonable cosechar algunos frutos de esa batalla –de a ratos silenciosa, de a ratos estridente- que ha librado y sigue librando la mujer para ocupar su lugar en el mundo de la cultura”, explica Iris Estela Longo en lo que sería el prólogo de su último libro, La vocación en el espejo. Testimonios autobiográficos de escritoras entrerrianas.
La obra es un poderoso ensayo sobre una lista importante de escritoras de la literatura entrerriana. El análisis de sus contextos, de sus escritos y el relato de la intimidad de la sensibilidad que caracterizó a cada una de ellas, proponen un recorrido tan ameno como sorprendente. El libro de Longo es una cuestión de género, sin dudas. Pero ése no es su límite, al contrario, sus potencialidades desafían a otros a que continúen la investigación que comenzó en estas páginas. Un verdadero estudio que testimonia la arqueología literaria de cada mujer incluida en este listado y que permite conocer a otras escritoras que fueron retomadas por aquellas a quienes Longo seleccionó. Un verdadero rescate que trae nuevamente a la luz, afortunadamente, nombres y publicaciones que habían desaparecido del imaginario cultural actual.
“Tampoco hace falta explicar por qué el lector recoge con avidez los escritos de carácter biográfico, llámense estos memorias, autopresentaciones, testimonios, entrevistas, coloquios; ni se exagera al sugerir que en muchos casos la trayectoria realizada por una vocación, interesa al público tanto o más que la propia obra concretada durante su recorrido. Lo real es que documentos como los nombrados contribuyen a hacer ‘viva’ la historia; y cuando un escritor consigue aunar belleza de estilo y verdad, ¡cuánto ayuda a esclarecer la comprensión del acontecimiento que lo contó como privilegiado testigo! La autobiografía, por otra parte, abreva en la historia, la sociología, la psicología, las Ciencias de la Educación. Obviamente, en la literatura”, argumenta la autora en las primeras páginas acerca de esta cuestión.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)