Antonio Tardelli
El peronismo de Entre Ríos acaba de abjurar del kirchnerismo. Irá a las urnas como Frente Justicialista Entrerriano. El desgaste del gobierno tornó inconveniente el empleo de la denominación Frente para la Victoria. Ya no es tan redituable ser oficialista. En todo caso, una llamativa identificación con la administración nacional crece desde lugares relativamente impensados. Por ello, ante quienes lo acusan de no ser fiel al movimiento, el kirchnerismo puede esgrimir una condición que lo identifica absolutamente con el peronismo histórico: presenta tantas facetas que otros actores de la política hallarán en él lo que prefieran ver. Y así, pragmático, acumula apoyos de variados orígenes. Ya tendrá tiempo, si cabe, de desembarazarse de los respaldos que recoge a cambio de poco.
Nacido en el interior del PJ como una alternativa al bustismo, motor de la después llamada Concertación Entrerriana, el Nuevo Espacio siguió atentamente el despertar del kirchnerismo. En aquel acercamiento original había cierto grado de identificación ideológica. Pero también un inocultable interés. El sector conducido por los hermanos Martínez Garbino abrigaba la ilusión de que el poder sureño, con el que había cultivado buenas migas en un espacio bautizado La Corriente, le diera una mano en su lucha distrital. Fue en vano. Jamás llegaron los gestos que el Nuevo Espacio esperó de Néstor y Cristina Kirchner. No hubo guiños, ni señales, ni afiches de campaña. Al momento de escoger, pragmáticos, los pingüinos se refugiaron en el poder constituido. Jorge Busti y Pedro Guastavino fueron sus referencias entrerrianas.
En algún sentido, la estrategia kirchnerista en Entre Ríos fue un anticipo del modo en que después terminaría construyendo a nivel nacional. Privilegió claramente la estructura del PJ, su aparato, frente a un ensayo alternativo como el Nuevo Espacio, donde confluían dirigentes llegados desde otras fuerzas partidarias y de ámbitos sindicales renovadores como la CTA. No hubo caso. En Entre Ríos, indisimuladamente, los Kirchner se apoyaron en los viejos liderazgos. Acordaron, en definitiva, con Jorge Busti y su bloque, en el que militaba el hoy gobernador Sergio Urribarri.
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