Soledad Comisso
_¿Dónde nació?
_Nací en Victoria, en febrero de 1947. Estoy muy orgulloso de mis orígenes, porque tuve buenos abuelos y padres. Soy de una familia de trabajadores.
_¿A qué se dedicaban sus padres?
_Mi madre era ama de casa y mi padre era empleado en varias actividades, pero sus raíces estaban en la construcción, al igual que mi abuelo. Somos de una familia de pegar ladrillos y eso me encanta. Siempre lo ayudé a mi padre en ese oficio tan noble de la construcción. Como me gustaba tanto, terminé la escuela técnica recibiéndome de maestro mayor de obras. Luego cursé unos años de la carrera de Ingeniería en Construcciones en la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
_¿Y su amor por la militancia cuándo comenzó?
_Cuando nos tocó ayudar a la gente que impulsaba a Frondizi-Gómez con la conformación de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente), en la década del 60. Yo era muy chico, pero colaboraba haciendo engrudo para las pegatinas. Eso fue cuando tenía unos 10 u 11 años. En el peronismo comencé durante la época en la que estaba proscripto, pero siempre se inventaba algún nombre para camuflarlo. Siempre acompañé a la democracia y la política, pasando estas vicisitudes, para luego generar una gran expectativa que se profundizó con el regreso de Juan Domingo Perón al país. Ahí fue cuando tuve una mayor decisión de seguir participando más activamente.
_¿Cuál fue su primer cargo político?
_En un momento comencé a pensar en porqué criticábamos todo lo que estaba pasando en la ciudad. Entonces un día decidí que no solamente había que criticar, sino que se debía proponer algo. En ese momento, el grupo justicialista de mi pueblo me invitó como candidato a intendente, en el año 1991; ganamos las internas del PJ y luego la elección. Esa fue una muy buena experiencia, porque dejé de criticar lo que estaba mal y comencé a hacer cosas. Trabajé mucho para mi pueblo.
(Más información en la edición 998 de ANALISIS del 19 de diciembre de 2013)