Federico Malvasio
(Especial para ANÁLISIS)
A la frase “hay que pasar el invierno”, que inmortalizó Álvaro Alsogaray, en Casa de Gobierno la readecuaron a la coyuntura: “Hay que pasar las Fiestas”. El 1º de enero es el día en que al gobernador Sergio Urribarri le gustaría decir: “Felices Fiestas, no hay sangre en Entre Ríos”. En ese esperable destino se enmarca el largo receso anticipado que impulsó la administración provincial: desde el lunes pasado hasta el 15 de enero. Se han tomado todos los recaudos para las jornadas del 19 y 20 de diciembre, siempre inspirativas para los desmanes. Una marca de la historia que el año pasado tuvo su brote en Concepción del Uruguay.
¿Qué quedó de la fatídica jornada de hace dos semanas, que tuvo como saldo tres muertos y múltiples destrozos como consecuencia del acuartelamiento de sectores de la Policía? Temor, en principio.
Una conjunción de elementos configuró un escenario que hasta 15 días atrás era complejo y ahora se tornó peligroso. Sectores de la fuerza lograron, por vía de la extorsión, un salario de 8.434 pesos. Ésa es, aparentemente, la cifra que quieren establecer gremios opositores.
Un ministro le confió a ANÁLISIS que el desembolso para hacer frente a esa concesión, que además implica una bonificación de 3.700 pesos retroactiva a noviembre, no está. El Presupuesto 2014, aprobado unos días antes en la Legislatura, contempla que los incrementos salariales están atados a la recaudación de impuestos. De ahí la premura por aprobar una reforma tributaria de urgencia.
(Más información en la edición 998 de ANALISIS del 19 de diciembre de 2013)