Jorge Riani
“Resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande”
(Joan Manuel Serrat)
Cuando Sergio Urribarri acordó con los policías que se acuartelaron hace un par de semanas en Concordia, como en otros puntos del país, no imaginó –quizás– el conflicto que se le avecinaba. La cascada de reproches y malhumor que sembraría.
Como un efecto de réplica, los trabajadores estatales se volcaron a reclamar aumentos salariales, aguinaldo extra, condiciones de trabajo de mayor dignidad. Y lo hicieron saliendo a las calles como están haciendo por estas horas los maestros, trabajadores de hospitales públicos, empleados de reparticiones estatales que descreen de las cúpulas sindicales de ATE y UPCN, que conduce –ésta última– el gremialista y diputado multimillonario José Ángel Allende.
Desde los gremios más combativos se dijo que con la aceptación de Urribarri a las condiciones de los policías desobedientes, está admitiendo, de hecho, que nadie puede vivir con menos de 9 mil pesos mensuales que es casi lo que el gobernador se comprometió a pagar sin chistar a los uniformados.
(Más información en la edición 998 de ANALISIS del 19 de diciembre de 2013)