Mariel Ávila, titular de la fundación del Instituto Autárquico Provincial de Seguro de Entre Ríos (Iapser), refirió a su función pública y lo que le depara el futuro. También habló de su vida privada, de su rol como madre y cómo conoció al gobernador Gustavo Bordet.

Ávila contó que nació en Concordia el 6 de octubre de 1973, que es la tercera de cuatro hermanos, que tuvo una madre ama de casa y un padre empleado del correo y posteriormente dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones. Este último falleció en 2014, a los 74 años. Recordó a su padre como “un hombre de trabajo, clase media, que laburó desde chico e hizo un camino importante y reconocido, con las banderas de los derechos de trabajador”.

Fundación y futuro político

Sobre su tarea como titular de la Fundación IAPSER, cargo que se subraya es ad honorem, Ávila destacó que desde esa entidad “trabajamos con una agenda con varias aristas, pero que apunta mucho a lo que tiene que ver con la educación, la capacitación, lo cultural y lo social, y también a la niñez y adultos mayores”. Ese trabajo focalizado le permite decidir sobre temas que le interesan y es “una vidriera de función, pero desde otro lugar”.

En ocasiones anteriores, Mariel Ávila había negado cualquier tipo de postulación para cargos políticos, pero en esta ocasión la respuesta no fue tan determinante. “No lo descarto, pero el día que me anime, será cuando él (por su esposo) ya no esté en cargos importantes, para que no haga ruido mi aparición”.

La esposa del gobernador tiene claro que quiere “llegar como Mariel Ávila y porque la gente confíe en lo que puedo hacer o dar desde el lugar que me toque”. Es por eso que reiteró: “No lo descarto, pero no es todavía el momento. Hoy es su tiempo político, el pueblo lo eligió a Gustavo. Funcionamos bien así. Cuando él decida retirarse, alejarse de todo lo que actualmente hace, tal vez sea el momento”, deslizó.

Familia

La esposa del gobernador contó que conoció a su marido “en un casamiento” y que siguieron ese mismo camino en 1998 “tras cinco años de noviazgo”. Tras el matrimonio llegaron las hijas Delfina y Lara. Hermanas de Florencia, una hija que el mandatario había tenido en una relación anterior.

Puntualizó que “Delfina tiene 20 años y está estudiando Ciencias Políticas en Buenos Aires”, mientras que Lara, de 14, “tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA) y necesita de mi tiempo y atención”. Al respecto, destacó que “al autismo hoy se lo plantea como una condición que tienen los chicos, no como una patología o enfermedad”.

Según contó, desde el primer diagnóstico de su hija menor, decidió dedicarse a acompañarla. “Tomé las riendas para estar presente con ella. Si bien amo la docencia y siempre estuve en escuelas, la prioridad pasó a ser ella”.

Sobre este punto, agregó que afrontarlo “no es fácil” y pidió “no romantizarlo”, ya que se transita un camino “que muchas mamás sabrán entender”, si atraviesan una situación similar.

(Fuente: Paralelo 32)