N.B. de ANÁLISIS

Después de las 9 de este viernes se reanudó la transmisión pública del juicio por el feminicidio de Fátima Acevedo. Tras la enumeración de evidencias que fundamentan la imputación de Jorge Nicolás Martínez -a cargo del coordinador de la Unidad Fiscal de Violencia de Género, Leandro Dato-, la fiscal Ileana Viviani explicó las pruebas y testimonios que se sucedieron desde el lunes hasta hoy en el juicio oral.  

La querellante particular, Alejandra Pérez sumó argumentos a los desplegados por la acusación pública y también pidió la condena para el acusado.

A Martínez le imputan tres delitos: lesiones graves calificadas en contra de su ex pareja en un contexto de violencia de género -Martínez intentó arrojarle ácido muriático en el rostro-; tentativa de defraudación especial y hurto -intentó robarle dinero de su cuenta bancaria, hurtando su tarjeta de débito-; y homicidio agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género, es decir femicidio.

Por último fue el turno de la defensa que cuestionó los testimonios incriminatorios y pidió a los jurados que duden “razonablemente”.   

El debate pasó a un cuarto intermedio de una hora aproximadamente. La juez técnica Carolina Castagno dio las instrucciones al jurado popular para que se retire a deliberar. Recordó que nuestro país sancionó leyes para erradicar la violencia de género y puntualizó sobre la “ley Micaela” que tuvo como origen el feminicidio de la joven entrerriana.  "El castigo no tiene que ver con vuestra tarea, tampoco la fijación del monto de la pena que será mi responsabilidad. Su labor termina con el veredicto que declara culpablo o no a Martínez", pronunció. "Deben hablar y escucharse, discutan y analicen la prueba, intenten llegar a un acuerdo unánime. Cada uno debe decidir de manera individual, depsués de haber analizado en conjunto la prueba". La única manera de llegar a la culpabilidad o no, es a través de un veredicto unánime.

“Todas las pruebas encajan como un rompecabezas”

“¿Quién más si no Martínez?”. Esa fue la pregunta que hicieron los representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF) a los jurados populares, quienes decidirán sobre la culpabilidad o no de Jorge Nicolás Martínez.

La fiscal Ileana Viviani manifestó que creen que acreditaron cada uno de los hechos imputados a Martínez. Mencionó la “denuncia de Fátima del 4 de febrero de 2020, cuando contó que Martínez le decía ‘puta’, ‘regalada’ y relató que hacía una semana le había intentado arrojar ácido muriático en el rostro, que él lo había sacado del Hospital San Martín donde trabajaba”. En esa denuncia Fátima Florencia Belén Acevedo también dijo que Martínez le afiló un cuchillo de modo amenazante. “Ella pidió ayuda para sacar sus elementos de la casa de Martínez, sus tarjetas de cobro, su ropa y medicamentos. Se dispusieron medidas de restricción, medidas tendientes a recuperar pertenencias porque Martínez estaba borracho y se negaba a darle sus pertenencias. No se pudo recuperar la de débito. Esto se vincula con el homicidio porque al momento de detener a Martínez el 3 de marzo, la Sidecreer estaba en su poder y Fátima estaba desaparecida”.

La fiscal repasó los testimonios que dan cuenta del vínculo violento que existió entre Martínez y Fátima. Explicó cómo se dio la tentativa de defraudación especial, dijo que “el 2 de marzo -un día después de matarla-, Martínez intentó hacer en nombre de Fátima distintas operaciones como extraer dinero y sacar un crédito. Resultará ilustrativo que el informe del banco posee fotografías donde se ve a Martínez adentro y afuera de cajero”.

Sobre el homicidio agravado por el vínculo y en un contexto de violencia de género, Viviani señaló que las pruebas encajan como “un rompecabezas perfecto”. “¿Qué fue lo que ocurrió desde el 1 al 8 de marzo? Se acreditó que Fátima abandonó la Casa de la Mujer y se dirigió a lo de Martínez que le iba a comprar celular. Ese ofrecimiento por parte de Martínez tenía un objetivo: atraer a Fátima hacia él. Como a las 8 de la mañana ella se fue de la Casa y no dijo a dónde iba. Sabemos que Fátima acordó encontrarse con una amiga en la playa municipal a las 15 de ese día y que nunca llegó. Sabemos que Martínez usó una cuenta falsa de Facebook y envió mensajes a esa amiga de Fátima haciéndose pasar por ella, diciendo que abandonaba Paraná y abandonaba a su hijo. Martínez tenía como objetivo desviar la investigación. Declaró el remisero que trasladó a Fátima a la casa de Martínez. Y sabemos que Fátima nunca salió de ese lugar. Hubo una última antena que captó llamada de Fátima con su amiga. Es la antena que daba servicio a la zona donde estaba la vivienda de Martínez. Sabemos que Martínez la mató y manipuló su teléfono después de la muerte. Sabemos que el chip teléfono Fátima fue colocado en teléfono de Martínez a las 16.44, y que Martínez se auto envió mensajes a sí mismo haciéndose pasar por Fátima”, enumeró la fiscal.

Viviani remarcó que “cuando se lo detuvo a Martínez tenía dos chips en su poder”. “El mismo ingeniero informático explicó a quienes pertenecían los chips: uno de Fátima y otro a una línea que se hacía pasar por Fátima y hacía creer que Fátima había abandonado la ciudad y su hijo. El servicio de las celdas que ubicaban a los dos chips en la zona de la casa de Martínez. No quedan dudas. Después de la detención de Martínez esos chips no tuvieron más actividad”. “Todas las pruebas encajan como un rompecabezas. ¿Quién más si no Martínez?”, cerró.

El coordinador de la Unidad Fiscal de Violencia de Género, Leandro Dato, retomó la palabra después de Viviani. Argumentó que el homicidio fue en un contexto de violencia de género. Este aspecto es muy importante para la acusación, dado que el monto de la pena depende directamente de ese agravante.  

Dato habló de la conducta del hijo de ambos. Contó que el nene le decía “puta” a su mamá y que lo aprendió de Martínez. Agregó sobre la metodología de juego del chico “ahorcando a su abuela y sus primas”. “Tenemos que hacernos cargo de la situación desigualdad entre varones y mujeres. Es una posición que se construyó social e históricamente. Los varones que tienen el dominio creen que se es superior a las mujeres y controlan la vida, la manipulan, y le quitan la vida. Los actos independentistas, emanicipatorios de Fátima, el hecho de denunciarlo, de soñar vivir con una amiga. Para Martínez Fátima no tenía esos derechos, pero las mujeres tienen los mismos derechos, somos iguales. Martínez no lo pensaba ni actuaba así, ni con Fátima ni con su otra ex pareja que también la denunció”.

Dato también refirió al vínculo de Martínez con su madre. Cuestionó el testimonio de la mujer: “La madre de Martínez dijo que las parejas de su hijos eran difíciles, no recordaba las cosas, contó que a su hijo le gustaba ir al bingo, que no sabía que su hijo había sido denunciado. Fue muy grave que no se acordara de los chats borrados entre ella y su hijo, dijo que tenía costumbre de borrar chats porque le habían robado muchos celulares. Tampoco recordó haber hablado dos veces con su hijo”.

Retomó el testimonio del padre de Fátima. “Contó cómo era, los episodios de violencia sufridos por el grupo familiar. Dijo que Fátima y su mamá tenían encuentros a escondidas por el control que ejercía Martínez. Que Martínez cortó los cables de la casa que alquilaba Fátima, que hizo problemas con los vecinos. Que ellos intentaron ayudar a Fátima con el alquiler pero como Martínez los amenazaba, la ayuda no se concretaba porque Fátima resguardaba a su familia”. 

El fiscal habló de la pericia psiquiátrica a Martínez. “Tiene facultades mentales conservadas, entiende todo lo que hizo y hace, pero es narcisista, con rasgos psicopáticos, importa solamente él, actuó en relación de desconocimiento a Fátima, sin preocupación por la causa de su muerte, sin responsabilidad por sus hijos, sólo importa él, pone el mal y problemas afuera, él no tiene problemas, los terceros sí . Todo esto fue detectado en la pericia psiquiátrica, la manipulación, el control, la celotipia. Todo esto cierra en la figura de Martínez, por eso remarcamos la idea de ¿quién si no Martínez es autor de los delitos?”, concluyó.

Por su parte, la querellante Alejandra Pérez también pidió la declaración de culpabilidad de Martínez. “Que lo declaren culpable de homicidio agravado por vínculo en contexto de violencia de género. La prueba es contundente”.

La defensa pidió “duda razonable”

Los defensores Román Sainte Marie y Luis Sebastián Lescano pidieron al jurado que duda “razonablemente”. Insistieron con “la distancia entre la casa de Martínez y el aljibe” donde encontraron el cuerpo de Fátima ocho días después de desaparecer. Criticaron los testimonios incriminatorios y abogaron por que “Martínez no la mató”. “Esto está vinculado con la defraudación que intentan probar”. Pidieron “sentido común y razonamiento justo”.

Recordaron que el teléfono de Fátima fue encontrado enterrado en la casa de Martínez el 7 de abril. “Un mes y cinco días después de la detención de Martínez lo encontraron personas que usurparon la casa de Martínez. Ese teléfono pudo haber sido puesto por cualquiera, incluso después de la detención de Martínez. Nosotros tenemos dudas razonables”, alegaron.