Se cumplieron cuatro días de la desaparición de José Bicho Romero, el corredor de 46 años domiciliado en Villa Zorraquín, Concordia. La familia está desesperada y designó a un abogado querellante, Martín Jáuregui, quien solicitó más personal a la Policía de Entre Ríos para sumar a la búsqueda.

Romero se ausentó de su domicilio el lunes a las 7 de la mañana y no regresó. Efectivos de la comisaría quinta realizaron una búsqueda en la zona de la Tortuga Alegre, cerca del río Uruguay, pero para el abogado querellante, los rastrillajes deberían orientarse en dirección inversa, en cercanías de Osvaldo Magnasco. La causa está en manos de la fiscal Julia Rivoira.

“Estamos esperando que vengan más refuerzos para el rastrillaje para ver dónde se prioriza la búsqueda”, indicó el letrado al dar cuenta que los esfuerzos para dar con el atleta hasta el momento han sido estériles.

Los efectivos policiales priorizaron la exploración en la zona de la Tortuga Alegre porque tenían datos que los orientaban en esa dirección. Pero no hubo novedades al respecto. Para el abogado, debería buscarse en dirección oeste y no este. “Hay que empezar a buscar para el lado de Magnasco, en la zona de quintas (porque Romero) tenía más hábitos de ir para ese lado que para el otro”, apuntó Jáuregui.

El abogado pidió más personal policial para dar con Romero dado que, según remarcó, "es el único desaparecido que tenemos en la provincia”. Lo hizo al comparar este caso con la búsqueda de Gonzalo Calleja, cuyo cuerpo fue hallado sin vida en un descampado en Paraná.

Sostuvo, además, que los vecinos de Zorraquín se están organizando para colaborar en el rastrillaje. No obstante, remarcó que la zona de quintas “es enorme”. Por ello, Jáuregui pidió más móviles, perros rastreadores y hasta drones para sumar al rastrillaje. “Es importante aunar los esfuerzos, unificar criterios de búsqueda y contar con mayores recursos. Eso lo tiene que aportar la Policía de Entre Ríos”, apuntó.

Por otra parte, informó que la esposa de Romero amplió su declaración y explicó algunos detalles que no habían quedado claros en relación a la situación laboral de Romero. Es que el corredor, empleado del complejo termal Vertientes de la Concordia desde hace más de dos décadas, recientemente se había quedado sin trabajo. “Aparentemente lo hicieron renunciar medio forzadamente y eso se lo escondió a la mujer. Nunca le dijo que se había extinguido el vínculo”, aclaró el abogado.

Llegado a ese punto, el letrado acotó que esa aparente renuncia, forzada o no, puede haber incidido psicológicamente en la salud de Romero. Cuestión que, según sostuvo, “no es reprochable desde el punto de vista penal”, pero sí lo sería desde el punto de vista laboral. “Habrá que analizarlo”, remarcó.

Jáuregui informó que Romero realizaba múltiples tareas en el complejo y era “un tipo de confianza”. Por ello, subrayó que, “el quedarse sin sustento laboral luego de haber trabajado más de 20 años, debe haber tenido un impacto fuerte”.

Por otra parte, para el abogado, no hay elementos que abonen la hipótesis de un abandono voluntario del hogar. Por un lado, por la falta de recursos para ello. Por el otro, por las repercusiones que alcanzó el caso. En consecuencia, sería inverosímil a esta altura que esté escondido en algún lugar. La conjetura de la familia es “pensar lo peor”. “Lamentablemente en la familia lo ven en ese escenario”, reconoció Jáuregui. En esa línea, comentó que el sábado llegó tarde a la casa. “Anduvo medio como deambulando”, remarcó.

(Diario Junio)