El Gobierno incorporará a la diputada nacional Gabriela Cerruti, que antes volcarse de lleno a la vida política se desempeñaba como periodista, para asesorar a la administración nacional sobre temas de comunicación. Su rol exacto no está claro, pero desembarca tras la salida de Juan Pablo Biondi por presión de Cristina Kirchner y luego de los cuestionamientos que llevaron al presidente Alberto Fernández a introducir cambios en su perfil público, por segunda vez, tras el revés del Frente de Todos en las PASO.
Según fuentes oficiales, Cerruti se sumará al equipo de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia, que hasta hace tres semanas comandaba Biondi, el amigo de Alberto Fernández que fue desplazado de ese rol por presión de Cristina Kirchner hace tres semanas. El malestar de la Vicepresidenta quedó de manifiesto en la carta que publicó cuatro días después de la derrota en las PASO, con duras críticas hacia el “vocero”, como lo denominó, a quien calificó como “operador”. El cargo de Biondi quedó en manos del abogado entrerriano Juan Ross, que estaba a cargo de la Dirección Nacional de Publicidad Oficial.
Como adelantó Nancy Pazos en Infobae, la figura de Cerruti fue elegida y consensuada con el asesor presidencial Juan Manuel Olmos; el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Pero en el Gobierno negaron las versiones de que Cerruti vaya a tener un rol de “vocera” del Presidente. “Alberto Fernández no necesita de ese cargo en la gestión. No lo tuvo hasta ahora, ni lo va a tener”, aclararon ante una consulta de Infobae. Tanto Biondi como el Presidente siempre resistieron la calificación “vocero” para describir su papel en el Gobierno.
Cerruti es amiga de Alberto Fernández desde hace 20 años, destacaron fuentes oficiales, y estuvo en la Casa Rosada esta semana, por invitación del Presidente. Alberto Fernández la recibió en su despacho para conversar sobre “comunicación de políticas de Gobierno”. Hasta ahora, las fuentes sólo declararon a Infobae que brindará asesoramiento, pero por ahora no está claro si tendrá en sus manos el vínculo con la prensa, o de qué modo.
Tampoco se adelantó la fecha en que asumirá su nuevo rol, pero en Balcarce 50 aventuraron que ocurrirá en pocos días. De todas formas, a Cerruti se le termina en diciembre el mandato que comenzó en 2017, cuando integró la lista de candidatos de Cristina Kirchner bajo el sello Unidad Ciudadana. Antes había cumplido dos períodos como legisladora porteña por la fuerza Nuevo Encuentro, de la que forma parte prácticamente desde el comienzo.
Entre sus actividades del último tiempo, además de su gestión en la Cámara baja, se encuentran el lanzamiento y la organización de un colectivo feminista llamado “La revolución de las viejas”, y su apoyo a la campaña a favor del aborto legal, seguro y gratuito que terminó aprobándose por el impulso del Gobierno al final del año pasado.
Desde el comienzo de su gestión, en 2019, la comunicación de Alberto Fernández se caracterizó por mantener la presencia en los medios que había mostrado durante la campaña del Frente de Todos, al brindar entrevistas de todo tipo, en distintas plataformas, de manera, en general, espontánea. Este estilo descontracturado, aunque controvertido por la falta de preparación, también era aplicado a los discursos oficiales. Y lo llevó a cometer varios errores que repercutieron sobre su imagen ante la opinión pública.
Desde la segunda mitad del 2020, en el Frente de Todos crecieron los cuestionamientos a la comunicación del Presidente. Y esas críticas desembocaron en la introducción de cambios. El primero que se realizó con profundidad fue apurado después del acto que protagonizó Alberto Fernández junto al presidente español, Pedro Sánchez, desde la Casa de Gobierno, donde dijo que “los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos”. Tras el escándalo, se decidió que el primer mandatario leyera sus discursos, entre otras modificaciones.
El segundo giro de timón tuvo lugar después de las elecciones primarias, donde el Frente de Todos perdió en 16 distritos, incluida la provincia de Buenos Aires, contra Juntos por el Cambio. En la coalición oficialista en su conjunto apuntaron contra estas polémicas características de la forma de mostrarse a los ciudadanos, virtuales electores.
Desde entonces, en la Presidencia dejaron saber que habría un nuevo giro en la forma de expresar la gestión y las posturas del Gobierno. Así, en las últimas semanas, Alberto Fernández redujo al mínimo sus discursos públicos y prácticamente eliminó sus declaraciones de manera directa a la prensa, además de realizar visitas puntuales al territorio bonaerense todos los días y “escuchar” a los vecinos. La incorporación de Gabriela Cerruti a la Presidencia representará una nueva modificación en el esquema comunicacional del Gobierno, aunque con características aún inciertas. (Infobae)