Cuenta la leyenda que aquél 28 de noviembre de 2005 en el que Néstor Kirchner destituyó a Roberto Lavagna como ministro de Economía no le perdonó haber desobedecido la orden de que no participara del tradicional Coloquio de IDEA en Mar del Plata, que recibía al entonces funcionario estrella del Gobierno a puro aplauso cuando Kirchner, como Presidente, siempre evitó participar del encuentro.

Las tensiones entre el kirchnerismo y el Coloquio fueron una constante en los últimos 15 años. Ni Néstor ni Cristina asistieron a la cumbre siendo presidentes y la actual Vice incluso llegó a armar un acto paralelo en 2017, en plena campaña electoral por una senaduría siendo oposición, cuando trasladó a buena parte de la militancia peronista hasta Mar del Plata.

"¿Qué nos decían en estos coloquios? Que la inflación era producto de que había mucho consumo y entonces la demanda recalentaba la economía", apuntaba Cristina contra el Coloquio que, casi en simultáneo, cerraba el entonces presidente Mauricio Macri.

Más moderado, aun en el inicio de un confrontamiento duro con la oposición y de radicalización de su gobierno, Alberto Fernández participó en la pandémica edición 2020 del Coloquio, virtual en su totalidad. Y en la actual, un mes exacto después de que el Frente de Todos perdiera la elección legislativa, sorprendió al confirmar su participación durante el propio transcurso del evento. Diametralmente opuesta la estrategia a la empleada en tiempos de kirchnerismo más duro.

Ya pasaron por el evento varios funcionarios de primera línea del gabinete, como el ministro de Economía Martín Guzmán, vía Zoom desde EE.UU., su par de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz, o referente sociales vinculados al albertismo como Alex Roig, titular del Inaes, o Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP.

Y el mismo viernes estará Victoria Tolosa Paz, participando de un panel que compartirá con Diego Santilli y el resto de los candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, Florencio Randazzo y Cyntia Hotton. Quien no aceptó la invitación fue Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

"Va a cerrar el viernes a las 13.30", fue el aviso que pasaron desde Presidencia el miércoles a la hora del almuerzo. La visita a Costa Salguero, reducto porteño y emparentado con el PRO por haber sido búnker en varias elecciones, se interpretó como un gesto directo hacia un empresariado con el que se reunió el martes en Casa Rosada y que un día después se desayunó con la noticia de un congelamiento de precios hasta fin de año.

Alberto tendrá el desafío este viernes de hablar frente a un auditorio que espera respuestas sobre cómo el Gobierno va a contener en el último trimestre una inflación que en septiembre tocó el 3,5% y que se perfila para cerrar el año al borde del 50%. Y ante el que desde el Vaticano y por video, el Papa Francisco envió un mensaje bien explícito en el que se expresó en contra de la asistencia por medio de subsidios. Casi lo mismo dijeron en el Coloquio los citados Roig y Onorato: "Más trabajo, menos planes".

La visita a Costa Salguero será un día después de que diferentes grupos piqueteros cortaran por segundo jueves consecutivo casi todos los accesos a la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué pidieron?: "Trabajo genuino", frente al Ministerio de Desarrollo Social. Hace unos días, Clarín reveló que en planes y desde que terminaron las elecciones, el gobierno ya gastó más de $135.000 millones que manejan La Cámpora y los piqueteros.