Al tomar conocimiento del robo, Mario Gómez –uno de los propietarios de la editorial- dio cuenta que “estos libros no se venden en librerías, no los van a poder comercializar de esa forma”.
“Tengo 30 años de actividad y es la primera vez que nos roban en cantidad. Por ahí cuando hay mucha afluencia de público se llevan algún libro pequeño, pero nunca esto. Uno puede esperar algo así en las grandes ciudades, donde se está más expuesto, pero en pequeñas localidades uno no se lo imagina”, indicó a El Once.