Pablo Rochi
Emmanuel Cliffton vive en Argentina desde hace cuatro años, tiempo suficiente para que el actual extranjero de Echagüe se hiciera notar como uno más entre los nuestros. El moreno reconoció que tiempo atrás sólo relacionaba al país con Emanuel Ginóbili, la súper estrella de la NBA. Sin embargo, apenas pisó suelo argentino se identificó de tal manera con el país que hoy pretende retirarse de la actividad luego de jugar varios años más aquí. El basquetbolista admitió que le encanta la forma de ser de los argentinos, a quienes considera “muy buenos y divertidos”. No se cansa de repetir que es un país agradable, aunque no le gusta que haya tantos perros en la calle. Dice que acá la comida es rica, aunque prefiere el Mc Donald's. Aún no se explica cómo a la gente le gusta tomar mate, es como “juntar pasto de la calle, meterle agua caliente y chupar”, dice. Señaló que el tereré y el dulce de leche es lo que más le gusta del invento argentino. “A mis amigos les cuento que Argentina es un país muy lindo y que su gente es muy buena. Les cuento contra quién juego, cómo son los jugadores de acá, el torneo… No te preocupes que de Argentina siempre hablo bien”.
Acaba de finalizar el entrenamiento de Echagüe. La nota recién comienza. Pasa Oscar Heis y lo carga: “¡Callate negro sucio, dejá de mentir!”. El protagonista, rápido de reflejos y de léxico, lanza su devolución: “¡Callate y andá a tu casa, que sino tu mujer te va a retar!”.
Emmanuel Cliffton hace cuatro años que juega en Argentina, pero sus compañeros no se cansan de afirmar que tiene todas “las mañas de nuestro país, que es uno más. Aprendió castellano en este tiempo. No sólo lo maneja muy bien, sino que además tiene asimiladas las costumbres criollas que nos identifican: “Está todo bien”, “No seas pecho frío”, “Qué amargo que sos” y “¿Tu hermana cómo anda?”. Estas típicas frases Cliffton las utiliza a diario. Se hace ver, se hace notar, carga a sus compañeros, al utilero. Es una broma tras otra. No para.
Tatuajes en todo su cuerpo, que por cierto impresiona de lo musculoso. Le gusta usar lo que está de moda y como típico yanqui, el oro es el metal predilecto. Su sonrisa ilumina. No precisamente por su rostro angelical, sino porque tiene dientes cubiertos en oro.
-Tus compañeros de Echagüe coincidieron en que sos un personaje… ¿Sabés a lo que me estoy refiriendo?
-Sí, sí.
-¿Y… es cierto?
-Sí, puede. Me gusta mucho joder, estar con amigos, hinchar las pelotas. Pero todo bien. Me gusta mucho estar acá. Me gusta la gente, me gusta todo.
-Dicen que sos más argentino que estadounidense.
-(risas)… No sé, puede ser. A lo mejor es cierto. Depende de cada uno, de cómo me conozcan.
-¿Te gusta mucho estar en Argentina?
-Me encanta, me gusta mucho. Me gusta este país, me gusta todo. Me encanta cómo es el argentino de divertido, por eso yo también lo soy.
-¿Y cómo es el argentino, cómo lo definirías?
-El argentino es muy buena persona. A mí me gusta mucho porque ustedes acá si tienen un peso y otro lo necesita se lo dan. No tienen problemas de ayudar. Dan porque sí. Eso me llamó mucho la atención cuando llegué a este país. En Estados Unidos también pasa eso, pero no tanto como en Argentina. Ustedes acá son más buenos, más desprendidos. A mí me encanta cómo son ustedes, la forma de ser que tienen.
-Volvamos el tiempo atrás. Cuando tu agente te avisó que había una oferta para venir a jugar a la Argentina, ¿cuál fue tu reacción? ¿Te agradó la idea o mucho no te gustaba venir para acá?
-Cuando me dijeron de la idea de venir a la Argentina yo me asombré porque no conocía nada de este país. Nada de nada. No tenía ninguna información, ninguna noticia. De Argentina lo único que me sonaba era Manu Ginóbili, nada más. No sabía nada. Entonces cuando mi representante me dijo de venir para acá le dije “bueno, vamos”.
-¿Sólo conocías a Ginóbili? ¿A Maradona no?
-¿Maradona? No. Sólo a Ginóbili. Bueno, ahora a Oberto, Nocioni, Hermmann, Delfino y Scola. Son los más conocidos allá.
-Ustedes respetan mucho a Ginóbili.
-Sí. Pasa que es muy buen jugador. El tiene hoy tres anillos de campeón de la NBA. Eso no es fácil de conseguir. Es muy importante.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
