El auténtico Diego de la gente

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Maradona estuvo en Paraná y el Estadio Grella fue una fiesta

Álvaro Moreyra

Diego Armando Maradona y el Showbol hicieron delirar a los miles de paranaenses que coparon el estadio de Patronato. El Diez emocionó hasta las lágrimas a sus seguidores, que lo ovacionaron a rabiar y le hicieron sentir su cariño. También hubo un partido de fútbol reducido y Argentina le ganó a Paraguay 9 a 6. Paraná vivió un domingo histórico imposible de olvidar.

Desde el vamos aclararé lo siguiente. Romperé con todos mis ideales y estructuras de redacción, simplemente porque me resulta imposible abstraerme del papel de hincha y fiel admirador del Maradona futbolista. De aquel tipo que me hizo reír y llorar, gritar e insultar. Del fenómeno que hizo que Víctor Hugo Morales, acaso el mejor relator que escuché en mi vida, me erice la piel cada vez que escucho el “arranca el genio del fútbol mundial...” y termina diciendo “gracias Dios por el fútbol, por Maradona, por este Argentina 2 Inglaterra 0”.

Ese mismo individuo que se atrevió a enfrentar y desafiar a los equipos poderosos de Italia, prácticamente solo, y a llevar a una humilde institución como el Nápoli a la máxima gloria de su historia. Ese tipo que apareció en España 82, brilló en México 86, jugó en una pierna en Italia 90 y se equivocó feo en Estados Unidos 94. Ése de los orígenes humildes en Villa Fiorito, que llegó a la mayor gloria deportiva, aunque para eso debió pasar por innumerables muertes y posteriores resurrecciones. El mismo que con una figura pequeña, cabello enrulado y una zurda prodigiosa tiene adeptos por todo el planeta. Ése que con tan sólo hablar produce sensaciones encontradas y hace que su figura sea aclamada y amada por muchos y odiada por otros.

Cada vez que El Diego pisa una cancha, vuelve la magia. Él hace que el fútbol por un instante deje de ser un deporte y se transforme en un arte que pocos (contados con los dedos de una mano) pueden ejecutar.

Por esto y muchos más es que fue inevitable salirme del ser maradoniano y meterme en el papel de quien escribe estas líneas. Fue imposible que no escribiera en primera persona, al menos esta introducción y tal vez más adelante. Ojalá sepan disculparme, pero hice todo lo humanamente posible por escapar a la maquinaria Maradona, pero no pude. Las disculpas del caso.

Crónica de un domingo especial

Desde temprano se sabía un domingo distinto en la capital entrerriana. El clima amagó con arruinar la fiesta y el día amaneció con amenazantes nubarrones. Afortunadamente, el sol asomó más tarde de lo habitual y el cielo comenzó a mostrar, de a poco, un celeste resplandeciente, tirándoles un guiño de ojos a esas personas que tenían sus entradas desde hacía varios días y rezaban plegarias, cualquiera fuera su credo, para que la lluvia no le impidiera ver al mejor futbolista argentino de todos los tiempos. Pero el cielo tampoco quiso perderse un día histórico, no sólo para el fútbol paranaense sino también para la ciudad entera.

Las puertas se abrieron a las 2 de la tarde, a pesar de ello muchas horas antes ya había maradonianos alrededor del Estadio Presbítero Bartolomé Grella esperando por ver a su ídolo nuevamente con los pantalones cortos. Pero eso amantes de Maradona sabían al mismo tiempo que restaba mucho camino para que El Diego saltara a la cancha.

Es que antes había que amenizar la espera con el partido preliminar entre “Las viejas glorias de Patronato” y un combinado de jugadores independientes (equipo Mutual Modelo). El cotejo que entregaron los invitados especiales al magno evento fue entretenido y disputado y su fin fue reconocer a jugadores que en algún momento vistieron la casaca rojinegra y de alguna manera dejaron inscripto su nombre en la historia del club. También formaron parte del cotejo preliminar jugadores nacidos en la capital entrerriana y reconocidos a nivel nacional. Entre los nombres más rutilantes que se pueden mencionar, se destacan los de Mario Belloni, Enrique Ibarra (La Mona mostró que está entero y para atajar en cualquier equipo local, a pesar del paso de los años), Armando Sosa y Juan Ramón Comas, entre otros. El resultado fue anecdótico (empataron en 8 tantos por bando) y si bien la gente aplaudió la entrega de los protagonistas, todos esperaban el plato fuerte.

Terminó el preliminar y mientras los jugadores se saludaban dentro de la cancha, las más de 7.000 almas presentes buscaban un solo punto en su horizonte inmediato: la salida de los vestuarios. El tiempo transcurrido entre la finalización del partido que sirvió de partener y el comienzo de Argentina-Paraguay pareció más largo que la espera entre el día en que se confirmó el Showbol en Paraná hasta el domingo 27 de julio (pasaron casi dos semanas).

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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