El médico jujeño Augusto Ittig analizó la situación del país en relación con la pandemia y el avance del plan de vacunación.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Ittig refirió que el coronavirus “es un virus que no para de sorprender, y cuando uno cree que lo va entendiendo cambia, literalmente muta y al hacerlo va tomando otra agresividad, causando otros síntomas, infecta al que está vacunado, toma grupos etarios más jóvenes, etc”.

De todos modos, aclaró que “en esto cualquier afirmación puede cambiar porque la variabilidad es muy grande; y ahora va tomando a grupos etarios más bajos, en general con patologías coadyuvantes, y es todo el tiempo una batalla”.

“Por un lado hay que destacar este avance de la vacunación, y aunque si nos comparamos con países que producen las vacunas estamos muy atrás, si nos comparamos con países que no producen vacunas, vamos con una velocidad regular. Independientemente de eso, lo que avanza es sobre el virus pero la vacuna no evita el contagio sino que minimiza, mitiga los síntomas que se hubieran tenido de no tener la vacuna”, explicitó al contar su experiencia personal de haberse contagiado tras ser inoculado.

Respecto de las expectativas con la vacunación, el profesional explicitó que “hay que entender lo que es una vacuna; que no es un medicamento que cura sino que mitiga y previene. No hay que perder el horizonte y hay que entender el proceso, hay que seguir vacunándose aunque la vacuna no evite el contagio”. En este punto destacó el avance en el plan de vacunación en algunas provincias del país.

“Hay un manto de primera dosis que pronto llegará al 50% de la población en general y al grupo más crítico, solamente faltando niños y jóvenes, tendremos una coraza bastante interesante. De todos modos, por otro lado el virus va buscando grupos etarios más jóvenes y muta todo el tiempo haciéndose más grave, por eso es una batalla todo el tiempo que hay que seguir dando, con mucha paciencia”, reflexionó.

Consultado sobre la respuesta del sistema sanitario argentino, Ittig afirmó que “comparado con sistemas sanitarios del Primer Mundo, de países como Canadá, Reino Unido y Francia obviamente que el nuestro era muy deficitario; pero si se lo compara con sistemas de otros países emergentes de Latinoamérica y con el de Estados Unidos –tomando al sistema sanitario como sistema social- la cobertura nuestra es muy buena”.

Por otra parte, en cuanto a la posibilidad de lograr una cercanía a la normalidad en septiembre u octubre, analizó que “el sentido común al virus le importa un comino y puede ser que lo que digo ahora en tres meses sea un disparate, pero por el momento el sentido común me dice que si avanzamos en la vacunación, pasamos esta ola y el invierno con su cuestión climática que condiciona mucho y ganamos tiempo siguiendo con la vacunación y haciendo un grandísimo esfuerzo social por respetar el distanciamiento y los protocolos, lo vamos a ir cercando y terminará siendo una enfermedad compleja pero minoritaria”.

En ese punto, explicitó que “la mutación viral es un hecho pero hasta dónde muta pasando la barrera de la vacuna no se sabe, y si lo hace, el científico deberá desarrollar una nueva vacuna para seguir al virus desde atrás. Reitero que es una batalla que creemos que en un año puede terminar, y ya le regalamos dos años y medio de nuestras vidas; es una batalla que seguimos de atrás porque se va haciendo sobre el modo en que se mueve el virus y hay que tener paciencia”.

Por último, lamentó los planteos de quienes generan miedo hacia las vacunas: “La vacuna es un veneno, dijo una política; y debería existir la mala praxis para los políticos como existe para los médicos que cuando nos equivocamos nos pueden juzgar, condenar, ponernos presos y quitarnos todos nuestros bienes e inhabilitarnos para trabajar como médicos. Esa política que dijo algo tan aberrante es responsable indirecta de miles de muertes de personas que no se vacunaron porque creyeron que es un veneno. Y también del lado de los periodistas hubo casos del mismo tenor, que generaron indirectamente la muerte de personas por alejarlos de la vacuna. La mala praxis debería ser para cada uno de los ejercicios profesionales de la vida”.