Juan Antonio Carniel y su cuñado Manuel Centurión llevan una vida de millonarios en la ciudad de Concordia, ostentando el lujo sin tener ningún trabajo ni actividad legal conocida. Se mueven en ámbitos sociales acomodados, residen en barros privados, frecuentan el ambiente del rugby, convocan a fiestas en propiedades con vistas al lago, viajan por el mundo y cuentan con desarrollos inmobiliarios en el centro. Centurión tiene dos hijos trabajando en la Justicia. Dos investigaciones paralelas de la Policía de Concordia y de Prefectura, en la Justicia Federal, señalan que el origen de la fortuna es el robo y venta de camionetas de alta gama, así como sus autopartes y repuestos. También estaban en el negocio del cambio de dinero, con viajes permanentes hacia Uruguay. En los allanamientos de este viernes encontraron desde camionetas robadas y un desarmadero hasta mucho dinero y armas de fuego. Por el momento, no hay detenidos.
La investigación comenzó en 2023 y fue instruida por el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay (en ese momento no estaba activo el nuevo Juzgado de Concordia), a cargo de Hernán Viri, y por la fiscal federal Josefina Minatta. El inicio fue el secuestro de camionetas de alta gama en Concordia, que tenían pedidos de secuestro por robo en la provincia de Buenos Aires. Las pistas de estos hechos conducían a Carniel, un hombre que tiene antecedentes condenatorios por este delito en la provincia de Corrientes. Se comprobó el nivel de vida que llevaban este hombre y toda su familia, que no se preocupaban en ocultarlo, y a su vez que no mostraban alguna actividad que pudiera justificar tantos ingresos. Por esto, la causa se investigó por el delito de lavado de activos.
El trabajo de Carniel, según las sospechas por evidencias que fundaron los procedimientos, consistía el robo en Buenos Aires de camionetas costosas, especialmente Toyota Hilux, que eran trasladas y guardadas en Concordia. Aquí las desarmada y vendía sus partes, o las modificaba y las vendía para circular de tal manera que no pudieran ser detectadas en controles. Por ejemplo, robaban patentes de vehículos en otras ciudades y se las colocaban a esas camionetas, al tiempo que falsificaban la documentación para que nadie sospechara nada, salvo que chequearan los números de motor y chasis.
Se trata de un mercado que mueve millones y del que participan muchos actores, desde los ladrones bonaerenses hasta gestores y, por supuesto, los clientes.
Mientras tanto, Carniel y su entorno familiar iban quedando bajo la lupa de las pesquisas, que apuntaban tanto a él como a sus hermanas y particularmente a su cuñado, Centurión.
Carniel tiene dos residencias que fueron allanados este viernes. Una propiedad se encuentra en Colonia Ayuí, una zona de casas de fin de semana con salida al lago Salto Grande, donde tienen propiedades empresarios, políticos y funcionarios judiciales. El lugar es denominado por el hombre como Isla Salvatore, donde los efectivos secuestraron: una moto Honda Wave, un motor fuera de borda Yamaha de 8HP, una moto de agua marca Sea cuyo valor puede rondar los 20.000 dólares, un yate de vela nombrado “Kryptonita”, y otro yate con motor llamado “Itatiba”. Además en este lugar encontraron un desarmadero: puertas, ruedas, partes de motores, entre otros elementos correspondiente a camionetas de alta gama.
La otra propiedad de Carniel se encuentra en Ramírez y Alvear, en el centro de Concordia, donde construyó un complejo de departamentos. Acá se encontraba el sospechoso, con la sorpresa de que en el fondo los policías hallaron pruebas que confirman la hipótesis de la investigación: dos camionetas Toyota Hilux con pedidos de secuestro por robos, una del 16 de julio de 2025 y otra más reciente, del 3 de noviembre, y ambas con chapas patente a nombre del acusado. Además, tenía otro vehículo de igual marca con patente duplicada. También se secuestraron las cámaras con DVR de almacenamiento, celulares y notebooks, así como 1.820 dólares, 12.990 pesos uruguayos y 50 euros.
Por su parte, Centurión (casado con una hermana de Carniel) no se quedaba atrás con el nivel de vida de clase alta. Por un lado, tiene una casa de dos pisos en calle Damián P. Garat, donde el personal policial secuestró un arma de fuego semiautomática calibre 22, una camioneta Dodge RAM y dinero (166.680 pesos argentinos, 2.126 dólares, 64.989 pesos uruguayos) así como una máquina de contar billetes.
Por otro lado, tiene su residencia en uno de los lugares más lujosos de la zona, también en Colonia Ayuí y con vecinos de la alta sociedad concordiense. Se trata del barrio privado Complejo Las Garzas, del estilo de Nordelta, con acceso con clave secreta, club privado y acceso al lago.
Centurión tiene dos hijos abogados que están en la Justicia: uno es secretario en un Juzgado Civil y Comercial, y otro es empleado raso en la Fiscalía desde hace bastante tiempo. Se informó que no se han registrado inconvenientes con ellos y que en el ambiente tribunalicio ya era conocido de que el padre de ambos contaba con cierta mala fama por las cuestiones que ahora salieron a la luz con estos allanamientos. Los dos tienen relación directa y fluida con su padre, e incluso en la causa surgió que uno de ellos viaja muy frecuentemente a Uruguay, donde el grupo familiar tiene fuertes vínculos, supuestamente por negocios vinculado al cambio de dinero, otro punto fuerte de ingresos del clan, según pruebas del expediente.
Este sábado se realizaba el casamiento de uno de los hijos de Centurión, dato que fue tenido en cuenta por la Justicia al momento de ordenar los allanamientos, razón por la cual se encontraban todos los familiares en Concordia al momento de los procedimientos. Habían preparado una fiesta tremenda, sin escatimar gastos en ningún detalle, que no se suspendía por la redada policial.



