En el marco del tercer juicio oral y público que se tramita en los tribunales locales se concretaron seis jornadas en las que el único imputado mantuvo su hipótesis de inocencia. La defensa, como se recordará, elevó un pedido de nulidad para todo el proceso ya que, tal como lo comentó en su momento el abogado Claudio Villasboas, el sistema judicial por el que se condenó al imputado aún no está vigente por los cambios que se introducen en el Código Procesal Penal.

Lo cierto es que el tribunal desestimó por unanimidad las nulidades planteadas por la defensa y dio lugar al pedido de la Fiscalía a cargo de Graciela Parma y Juan Pablo López Rosas, quienes solicitaron en su alegato la máxima condena posible en Santa Fe: la prisión perpetua, que consiste en 25 años de reclusión.

En primera instancia, se rechazó la nulidad interpuesta en el momento de la discusión final por la defensa y se requirió al Ministerio de Seguridad que aplique una amonestación al personal policial actuante al momento de la detención de Baroni, algo en lo que sus abogados hicieron hincapié desde el inicio del juicio.

Posteriormente se comunicó la condena “a José Luis Baroni -como autor penalmente responsable por los delitos de rapto, abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, homicidio doblemente agravado por alevosía y críminis causa, hurto calificado y defraudación- a sufrir la pena de prisión perpetua con costas a su cargo”.

Lo que aún no fue determinado es dónde quedará alojado Baroni, teniendo en cuenta que hasta ahora esperaba la resolución en la Unidad Penitenciaria Modelo de Coronda, más precisamente en el pabellón de Los Hermanitos, donde gozaba de la seguridad que le brindaban los pastores evangélicos residentes.

En la sala, a la espera de la sentencia, estaban algunas de las compañeras de Alejandra Elizabeth Cugno, que pudieron llegarse hasta la capital provincial. Ellas festejaron la pena aplicada por el tribunal y recordaron a la docente fallecida, por quien pidieron que se eleve una plegaria.

Mientras tanto en Cañada Rosquín, la escuela donde dictaba clases la víctima, las actividades curriculares fueron suspendidas, y educadores, autoridades, padres y alumnos se reunieron para escuchar la determinación del tribunal.

Mable Manasseri, presidenta del Club de Madres de la Escuela se mostró muy emocionada. “Pedíamos justicia porque Alejandra era un ángel. Pedíamos justicia y llegó”, dijo. “Eso nos deja la tranquilidad de que ella va a poder descansar en paz”.

La comunidad educativa portaba un enorme cartel que pedía: “Justicia por Ale”. La mujer recordó que al principio del proceso se quiso “manchar la imagen” de la víctima, pero se alegró de que eso no se haya conseguido y se estableciera finalmente la culpabilidad del imputado, publicó Notife.