Por Ricardo Leguízamo (*)
Ayer fui a pagar la Tasa General Inmobiliaria y mientras eludía pozos o agarraba alguno de lleno, le comentaba a mi compañera el sueño de comprarme un Unimoc. Ese camión 4x4, nos permitiría salir fácilmente de los cráteres y desagües profundos de nuestro barrio, llevar la basura que se acumula en los contenedores cuando los municipales están de paro y sacar a más de un vecino atrapado en el lomo de la huella. Decía eso mientras puteaba por la injusticia que sufren los que cumplen con sus obligaciones, porque al final, uno termina sintiéndose más boludo que Iúdica.
Entré a pagar al Pago Fácil que está en el Chango Más y la cola llegaba a la puerta. Decidí hacerla, a pesar que sentí que me estaban dando dos medallas, una por boludo y la otra por si la pierdo.
Hablando de impuestos y de mi ciudad, hace poco le mostraba a un amigo archivos de diarios que tengo guardados. En uno se puede ver al ex Intendente de Paraná José Carlos Halle (Partido Justicialista, gestión 2007 - 2011) hablando de la herencia recibida. Según Halle, recibía una Municipalidad fundida por el ex Intendente Julio Solanas (Partido Justicialista, gestión 2003 – 2007). En otro diario se la puede ver a Blanca Osuna, ex Intendente de Paraná (Partido Justicialista, gestión 2011 - 2015) hablando de la herencia recibida y diciendo que se avergonzaba de la Intendencia de Halle, que no había sido en nada prolijo y que dejó una Paraná que será recordada por los pozos, sus calles sucias y los aprietes a los trabajadores. Demás está decirles que Varisco (gestión Cambiemos 2015 - 2019) dijo lo mismo, que la herencia recibida fue de una Municipalidad con más de 600 millones de deuda, una Municipalidad con mucha desprolijidad, etc. etc.
¿Qué creen ustedes que dirá el nuevo Intendente? No creo que Bahl asuma cantando con su acordeón el tema de Carlitos Balá:
“¡Aquí llegó Adán Bahl, llegó, llegó! El show va a comenzar ¡ya llegó, ya llegó! Les traigo lo mejor de mi repertorio… Ea, ea eaaa, pepe”...
¡Sería genial comenzar una gestión así, sería algo distinto!
¿Para qué nos van a hablar de la herencia recibida? Los que vivimos fuera del círculo rojo, ya conocemos los problemas de transporte, de la emergencia hídrica, que alumbrado público tiene menos materiales que un iglú, que los camiones están atados con alambre, etc., etc. y que primero se solucionan los problemas de los que dejan propinas o se arreglan las calles donde viven funcionarios.
Lamentablemente, al próximo jefe municipal, no le va a quedar otra que comenzar hablando de la herencia recibida. Nos dirá que de 32 camiones andan 7, que a su escritorio le falta una pata y que en un cajón encontró dos ravioles y una foto de Mauri diciendo ¡SÍ SE PUEDE!
El próximo alcalde debe estar asustado, estresado y no es para menos. El barco está al garete, sin un remo y The Weather Channel anuncia vientos huracanados y sagnorop de puntas.
El Intendente que se va está internado porque hace tiempo que nos ganó la barbarie y modificar lo que nos sucede parece más difícil que pellizcar un vidrio.
En estos casos y dada la situación, creo que deberíamos darle ánimo al que asume. No tengo el gusto de conocerlo, pero yo le diría que no tiene de qué preocuparse.
Antes de empezar, seguramente ya figurará en Wikipedia por haber tenido el honor de haber sido elegido Alcalde de Paraná City y aunque su gestión sea para olvidar, tendrá asegurado algún puesto de relevancia como sucedió con sus antecesores y cuando muera, pondrán una calle con su nombre, porque en estas tierras, la muerte redime todo.
Pero volviendo al tema de darle ánimo, podríamos comenzar una cadena de apoyo y cualquiera que lo vea por la calle, acercarse al nuevo alcalde, darle una palmada en la espalda y decirle, “¡vo´ sí que la tené fácil eh!”. Porque hablando en serio, no es tan complicado. Es simple lo que tiene que hacer. Lo único que tiene que hacer, es no hacer lo que hicieron los otros. No tiene que prometer nada, ni que va a hacer el corredor bioceánico (puente Paraná-Santa Fe), ni que va hacer un estadio único, que no prometa termas, parques acuáticos, que no done terrenos sin saber para qué. Díganle que no prometa nada y si no aparece su foto en afiches, mejor. A la gente le revienta que hagan publicidad de los actos de gobierno, que empapelen la ciudad, que cuelguen gigantografías en el Palacio de Educación, publicidad en colectivos, etc. etc.
Estamos agotados de afiches que dicen: “Estamos cambiando la historia”, “Paraná es tuya”, “Paraná de Pie”, “Paraná en obras”, “Primero los Gurises”, “Entre Ríos todos los verdes”, “Una ciudad para ser vivida”, etc., etc.
Este es un pueblo chico, todos nos conocemos, sabemos a qué hora Bordet saca la basura en pantuflas ante la mirada del guardia, en qué kioscos venden ravioles y quién es la amante del diputado Caracachufla que cobra un flor de sueldo y no va a trabajar.
Yo sé que el nombre Adán es tentador para los publicistas. Teniendo en cuenta que fue el primer hombre, más de uno le va a proponer una foto en taparrabos con la leyenda: “Llega el primer hijo de Dios, él conoce a las serpientes y no acepta de coima ni una manzana”. Mil afiches séxtuples a 2.500 mangos cada uno son dos palitos y medio para comenzar. Se lo digo yo, que en mi última obra de teatro, solo pude pegar diez afiches.
Todos conocemos el negocio de la publicidad, es más, por ese motivo está procesado el compañero Urribarri y el cuñado. Sería bueno que por una vez alguien lo termine.
Pero volviendo al tema de darle ánimo, sería apropiado que todos le digamos que no piense en grandes obras, solo queremos que nos junten la basura, que no se corte el agua en el verano, tener una ciudad limpia.
No tiene que embarcarse en lo que no pueda cumplir, si termina una obra que la inaugure una sola vez, no cinco veces. No tiene que gastar más de lo que entra y cumplir la palabra. Haciendo eso, la gestión es cosa de chicos y será recordado como un gran intendente.
Ahora, si quiere quedar en el corazón de la gente, como decía mi abuela, es otra cosa… ¡eso es otra cosa! Va tener que pelearse con sus compañeros, no va a tener que poner amigos, familiares, a su mamá, a su hija, a su sobrina, etc, etc.
Va a tener que poner a los mejores.
De chico cuando me iba a jugar al campito y mamá no estaba, le pedía permiso a la abuela Titina, ella hablaba poco, me autorizaba y cuando me estaba yendo me gritaba: “¡mandále saludo a los peores!”. Y se reía como una nena. Yo lo interpretaba como un saludo a los vagos, la abuela los conocía desde la cuna. Era la única que tenía teléfono en el barrio y todos los vecinos pasaban por su casa.
Siempre me repetía “¡mandále saludo a los peores!”. Me costaba mucho entenderla, hasta llegué a pensar que estaba feliz porque yo no estaba con los mejores.
Cuando cumplí 11 años, la abuela Titina estaba bajo la parra haciendo ñoquis caseros para festejar mi cumpleaños. Tenía un utensilio de madera estriado donde pasaba los ñoquis uno por uno. Yo la miraba apoyando la pera sobre la mesa y le pregunté: ¿para vos quiénes son los mejores?
Se limpió las manos en el delantal, se pasó el brazo por la frente blanca de harina y me dio un sermón que nunca escuché ni en la iglesia.
Comenzó diciendo: “Los mejores son gente complicada, no es gente cualquiera, son personas que te quedan en el corazón para siempre”.
¡Qué lástima no tenía un grabador para que quede registrado! Pero algo de lo que me dijo, usé de texto en mi última obra, fueron palabras sueltas que me dejaron su marca. La escuché decir, “los mejores no buscan el reconocimiento, en silencio ayudan a su pueblo, se preparan, estudian, trabajan, hacen lo que hay que hacer sin que nadie se los pida, no aceptan sobornos ni regalos”. Me estaba diciendo no transan, no aceptan coimas.
Me lo decía con las palabras que usaban los abuelos… “los mejores no son botarates, cachivaches ni genuflexos”. Me estaba diciendo, los mejores no se arrodillan.
“Los mejores plantan un árbol donde cayó otro y hacen lo que hay que hacer sin que nadie se los pida, los mejores se esfuerzan como tu abuelo… no es gente cualquiera”.
Con el tiempo comencé a descubrirlos y entendí lo qué decía la abuela, a los mejores no se los ve en cualquier lado, por pudor no se muestran públicamente, ni siquiera desean ser vistos, ellos solo hacen lo que se debe y viven en el corazón de mucha gente.
Generalmente no solo no reciben ayuda del Estado, sino que el Estado los combate. Esa gente existe, son militantes de la vida, hacen jardines en los chiqueros e iluminan sin energía… yo tuve la suerte de conocer a varios haciendo mi última obra, los vi en Suma de Voluntades, en Crisálida, en Arco Iris, son Payamédicos, limpian el río y arroyos sin que se lo pidan, donan sangre cada tres meses, crean fuentes de trabajo, se caen, se levantan sin llorar y continúan, o lloran cinco minutos a escondidas y trabajan un mes con alegría… a muchos de ellos los nombré en mi última obra, no son muy conocidos porque no están en el Bailando y generalmente no aparecen en los diarios.
Fui muy feliz haciendo la obra “Más allá de la grieta”, me permitió conocer gente de otra dimensión, aquellos de los que hablaba mi abuela. Ojalá que si volvemos a hacerla, los funcionarios se hagan un tiempito y puedan ir a verla. Yo sé que siempre están ocupados, pero hagan el esfuerzo, el final es conmovedor, trata de superhéroes y heroínas que cumplen los sueños de los olvidados y lo llamativo de la historia es que existen, no salen de ningún comic, ¡son reales!, van por las utopías y como decía la abuela, eso, ¡eso es otra cosa!
PD: Les dejo un pedacito de una canción que grabé en el 2016. Mis sobrinas dicen que la gente no escucha más de dos minutos, así que la acorté un poco y actualicé algunas fotos. Solo quería mostrar que la mentira, la inoperancia, la ignorancia, la falta de políticas de Estado y de patriotismo de la mayoría de nuestra clase dirigente, lleva muchos años y todos le echan la culpa a la herencia recibida.
Siempre me pregunté ¿por qué aceptan la herencia?
Si la herencia es voluntaria, ¿por qué la aceptan? Aún aquella herencia que recibimos por ley, me refiero a la que nos dejan nuestros padres, tenemos la opción de no aceptarla o de hacerlo, pero bajo beneficio de inventario, tenemos hasta la opción de denunciar que nos están cagando con la herencia.
En Paraná, distintos dirigentes han actuado como aquel que recibió en herencia el usufructo de la camioneta del tío. La usó, la disfrutó, se fue de vacaciones con los chicos; y después de cuatro años devuelve la camioneta como si la hubiese manejado el Chano y nadie se hace responsable, se justifican diciendo que la camioneta estaba mal de cubiertas, no frenó y ¡chau picho!
El seguro no cubre impericia, negligencia, falta de conocimiento, de preparación, hoja de ruta, ¡no cubre nada!, no hay institución que demande al que manejaba y nadie entiende cómo eligieron ese chofer.
¿Y dónde está el piloto? El piloto desaparece por un tiempo y después los amigos, compañeros y correligionarios le consiguen otra camioneta.
Y el cuadro de situación es el siguiente: la camioneta sale cada vez más caro mantenerla, está más hecha mierda, de nuevo tienen que poner todos para arreglarla, debe patentes, multas, no tiene seguro, los repuestos son en dólares y hoy la gente no tiene un mango. Pero el mayor de los problemas, es que les han mentido tanto, pero tanto a los que mantienen la chata, que la mayoría está convencida que haciendo el mayor de los esfuerzos para arreglarla, en poco tiempo o en cuatro años, le vuelven a dar la camioneta al Chano.
¡No me peguen soy Giordano!
(*) Humorista paranaense