Una ola de antisemitismo e islamofobia inunda al mundo

Por Gabriel Michi (*)

En muchos países del Mundo aparecieron expresiones antisemitas e islamofóbicas.

Hay un común denominador: el odio. Un odio traducido en intolerancia, persecuciones y muertes. Y en el inhumano sentimiento de que el otro tiene que desaparecer. Una verdadera locura. En los últimos tiempos una ola de antisemitismo y de islamofobia ha crecido en el Mundo. Incluso en varios países considerados "desarrollados". Y en geografías muy distantes del epicentro del conflicto en Medio Oriente. Desde que comenzó este nuevo capítulo de la guerra entre Israel y Hamás, tras ese siniestro 7 de octubre en que milicianos de ese grupo ingresaron violentamente a territorio israelí y asesinaron a 1.200 personas y secuestraron a unas 240, algo que fue respondido con un feroz contrataque que se tradujo en más de 20.000 víctimas fatales en la Franja de Gaza, los odios de un lado y del otro (a la par que los apoyos más radicales) se han multiplicado. Tanto en el escenario en disputa, como en el resto del planeta. Las manifestaciones en defensa a Israel y condenando el accionar de Hamás, como también aquellas que denostan los bombardeos infinitos de ese país y que defienden a los palestinos, aparecieron por los lugares más dispares. Como también en las redes sociales, donde los discursos del odio se diseminan sin control alguno.

Ese clima de intolerancia ha llegado a casos extremos como el asesinato de un niño palestino-estadounidense llamado Wadea Al Fayoume de apenas 6 años que fue atacado en Illinois, EE.UU., a mediados de octubre, en un episodio considerado como "crimen de odio" y en el que su mamá sobrevivió de milagro.  Por otro lado, en lugares como Alemania, Francia y Austria hubo desde apuñalamientos hasta ataques con bombas molotov a sinagogas. Esta situación también se vio representada -aunque no llegando a esos extremos- en masivas manifestaciones tanto en Estados Unidos como Europa en favor de unos u otros.

Ese clima de tensión retroalimentado desde el 7 de octubre puso en alerta a muchas naciones, incluso a la Argentina que debió reforzar la seguridad en instituciones judías (sobre todo teniendo en cuenta los dos ataques terroristas sufridos por el país contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994), por las amenazas crecientes.

Pero Argentina no fue el único país que debió repensar su estrategia para evitar posibles daños extras.  El 1 de noviembre, la Casa Blanca anunció que elaborarían una estrategia nacional para luchar contra la islamofobia y el antisemitismo. Lo propusieron a través del Consejo de Política Interior y el Consejo de Seguridad Nacional, que ya viene registrando desde hace tiempo ataques contra musulmanes. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, señaló que “el Presidente Joe Biden se presentó a las elecciones para restaurar el alma de nuestra nación. Es inequívoco: En Estados Unidos no hay lugar para el odio contra nadie. Durante demasiado tiempo, los musulmanes de Estados Unidos, y los que se consideran musulmanes, como los árabes y los sijs, han sufrido un número desproporcionado de ataques motivados por el odio y otros incidentes discriminatorios”.

Ese anuncio llegó después de que muchos musulmanes que viven en ese país sintieron enojo por el fuerte apoyo que Biden le dio a Benjamin Netanyahu en medio de los bomardeos incesantes sobre la Franja de Gaza, tras los ataques de Hamás. De hecho, una encuesta realizada por el Instituto Árabe Estadounidense reveló que, por primera vez desde su creación en 1997, la mayoría de los árabes estadounidenses no se identifican mayoritariamente con el Partido Demócrata. Desde el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR), le plantearon a Biden que "debe exigir un alto el fuego en Gaza”. Las denuncias por violencia contra la comunidad musulmana se han triplicado, según CAIR. Hasta el 25 de octubre habían recibido 774 denuncias desde el 7 de octubre. Para comparar, en agosto recibieron 63.

Por su parte, el director del FBI, Christopher Wray, advirtió que el antisemitismo en el país está alcanzando “niveles históricos”. Y subrayó que el 60% de todos los crímenes de odio religioso son perpetrados contra personas judías. Es más, según la Liga Antidifamación, se incrementaron un 400% los incidentes en octubre de este año con los del año pasado. "Hemos visto un aumento en las amenazas en todo el país. Están centradas en los judíos y en gente de la comunidad musulmana", dijo Robert J. Contee III, del FBI.

Frente a ese escenario fue que desde el goberno federal comenzaron con una campaña para advirtir a escuelas y universidades que debían tomar medidas para frenar la islamofobia y el antisemitismo ante el “alarmante aumento” de amenazas y situaciones de acoso. Eso ocurre en medio de las numerosas manifestaciones al interior de los campus estudiantiles, ya sea a favor de un bando o el otro, y que han provocado que estudiantes judíos y musulmanes planteen que no se está haciendo mucho para mantenerlos a salvo. De hecho las manifestaciones pro palestinas en las universidades estadounidenses alcanzaron una dimensión nunca vista. En el medio se metió la discusión entre la libertad de expresión de las manifestaciones y los discursos de odio.

En las universidades de EE.UU. el conflicto viene escalando cada vez más. En Tulane, por ejemplo, se han registrado protestas que han tenido un giro violento, mientras que estudiantes judíos de la Universidad de Towson debieron interrumpir sus oraciones luego de que otro llegara al lugar y escribiera improperios en la pizarra referentes a su origen. En Yale, por otro lado, estudiantes musulmanes se lamentaron al encontrar escrito en una pizarra “muerte a Palestina”, mientras que en la Universidad de Stanford se investiga si el atropello con fuga de un estudiante árabe musulmán fue motivado por el odio.

“El aumento de las denuncias de incidentes de odio en nuestros campus universitarios a raíz del conflicto entre Israel y Hamas es profundamente traumático para los estudiantes y debería ser alarmante para todos los estadounidenses”, señaló en un comunicado el secretario de Educación, Miguel Cardona. Y continuó: “El antisemitismo, la islamofobia y todas las demás formas de odio van en contra de todo lo que defendemos como nación”.

Muchas personas se vieron sorprendidas por los apoyos a Palestina en las universidades de EE.UU.

Pero ese clima de tensión no sólo ocurre en EE.UU. En Europa también. Desde la UE, la coordinadora de la lucha contra el odio antimusulmán, Marion Lalisse, explicó que “hemos observado una clara tendencia al alza del odio antimusulmán y los discursos antisemitas. Este lenguaje del odio abarca desde microagresiones hasta amenazas claras, y hemos observado que la mayor parte se produce en las plataformas de las redes sociales”. La especialista describió además que: “el odio hacia los musulmanes, en particular, tiene que ver con estereotipos negativos que consideran a los musulmanes como un grupo monolítico implicado en la violencia. Estos prejuicios se extienden por todas las naciones de la UE”.

Por su parte, Yossi Mekelberg, profesor de Relaciones Internacionales y miembro asociado del Programa de Medio Oriente y Norte de África (MENA) de Chatham House, explica que “cada vez que el conflicto israelo-palestino se recrudece, se produce un efecto colateral -muy inquietante y preocupante-: el conflicto se desborda y se manifiesta en actos deplorables de antisemitismo e islamofobia en Europa y Norteamérica, como agresiones físicas, amenazas, intimidación o incitación al odio, vandalismo y discriminación”.

En Lyon, Francia, hubo un ataque con arma blanca contra una mujer judía. Ella se encontraba dentro de su casa cuando tocaron el timbre y afuera la esperaba una persona que había rayado una esvástica nazi en la puerta, y que, al abrirle, le dio dos puñaladas. Previamente en París aparecieron pintadas estrellas de David en edificios en los que supuestamente viven ciudadanos de origen judío, marcándolos como en el nazismo.

En tanto, en Alemania, la Fundación Antonio Amadeu dio a conocer un informe en el que se explicita que la extrema derecha ha tenido cierto éxito en la promoción de una nueva narrativa histórica que pretende liberar a Alemania de dicha carga, según consignó la agencia Reuters. Pero, también en los espacios liberales/progresistas, se ha abierto el debate sobre las críticas a Israel. En el país germano, una sinagoga fue atacada con cócteles molotov y un edificio en Berlín donde residen judíos fue pintado con esvásticas.

Por todo eso, tanto Alemania como Francia han prohibido manifestaciones de grupos que abogan por la causa palestina, porque las consideran una incitación al antisemitismo, lo que ha sido criticado como una violación del derecho de protesta y de libertad de expresión. En el caso galo, el Consejo de Estado -el más alto tribunal administrativo- declaró ilegal a esa medida.

En el Reino Unido hubo masivas manifestaciones en solidaridad con los habitantes de la Franja de Gaza. Y entre quienes participaron de las marcha hubo quienes pedían la desaparición del Estado de Israel. Eso llevó a que la secretaria del Interior británica, Suella Braverman, describiera las protestas como “marchas de odio” sin hacer distinción entre la mayoría de los participantes pacíficos y la minoría radical.

La intolerancia también se vio reflejada en Deguestán, una república del Cáucaso en Rusia donde una numerosa multitud irrumpió en la pista de un aeropuerto, gritando consignas antisemitas y buscando a pasajeros israelíes que supuestamente llegaban en un vuelo procedente de Tel Aviv. Fueron cientos de hombres jóvenes que inundaron la terminal y 60 personas terminaron arrestadas.

Según Benjamin Ward, subdirector para Europa de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), “antes del 7 de octubre ya existían preocupantes expresiones de antisemitismo e islamofobia. Pero ahora se ve un aumento alarmante desde el comienzo de hostilidades entre Hamás e Israel, principalmente en los países europeos con considerables comunidades judías y musulmanas como Reino Unido, Francia y Alemania". Y continuó: “Frecuentemente hay una correlación entre los eventos en el Medio Oriente y el aumento de incidentes antisemitas en Europa”, recalcó aunque aclaró que muchas veces no cuentan con los datos de casos de islamofobia porque existe un subregistro muy grande.

“Es un gran vacío. Es muy difícil que las autoridades respondan apropiadamente cuando no conocen la escala del problema, no conocen el tipo de incidentes ni conocen dónde están tomando lugar”, expresa Ward.

Ender Cetin es un imán berlinés que dirige junto al rabino Elias Drays el proyecto Meet2Recpect, promotor del diálogo entre musulmanes y judíos. Y está muy preocupado por lo que ve que ocurre. "Sufrimos situaciones que me recuerdan la islamofobia tras los atentados del 11 de septiembre (de 2001)".  Por su parte, Jouanna Hassoun, una palestina que creció en Berlín expresa: "El niño al que se prohíbe ahora llevar el pañuelo palestino puede ser el adolescente que dará la mañana espalda a Alemania, porque se siente excluido de su sociedad". Esta mujer trabaja junto con su colega israelí Shai Hoffmann en promover la tolerancia en la escuela.

Todos esos destacables esfuerzos en busca de la comunión y la tolerancia parecen chocar con una preocupante realidad donde el antisemitismo y la islamofobia se han potenciado en los últimos tiempos. Este nuevo capítulo en la guerra entre Israel y Hamás parece tener su eco también en esas expresiones del odio que se replican en todo el planeta. Como las ondas que se reproducen en el agua cuando cae una piedra. Pero de manera mucho más violenta y despiadada. Y con ese irremediable factor de destrucción llamado "odio".

En Europa hubo muchas manifestaciones en defensa de Israel y también otras por Palestina.

¿Qué pasa en los territorios en conflicto?

Pareciera que, lejos de anhelar la paz, las poblaciones de Gaza y de Israel en su mayoría defienden a los actores bélicos que hoy desconocen el pedido internacional de un "cese al fuego". Y las encuestas así lo demuestran: Un sondeo realizado en Israel muestra que la opinión pública apoya firmemente la ofensiva del país en la Franja, a pesar de que casi 20.000 personas han muerto en el territorio desde que empezó el conflicto. El Instituto de Democracia de Israel publicó los resultados de su más reciente encuesta sobre la operación militar en Gaza. El 91,5 % opinó que las Fuerzas de Defensa de Israel están tratando de respetar el derecho internacional y las normas de la guerra, frente al enojo que despertó también el hecho de que mataran por error a tres rehenes israelíes que les mostraban una bandera blanca y aún así fueron ejecutados por las FDI.

También se le preguntó a los encuestados en qué medida Israel debería tener en cuenta el sufrimiento de la población civil de la Franja de Gaza a la hora de planificar sus ataques. El 41% contestó "en relativamente poca medida" y el 40 %, "en muy poca medida". Y, a pesar de que aún quedan 130 rehenes israelíes en manos de Hamás en la Franja, los encuestados parecen apoyar en forma contundente que sigan los ataques de su país sobre Gaza.

Los ataques de Hamás contra los kibutz y otros lugares hicieron que muchos israelíes apoyen a las FDI.

Del otro lado la cosa no es muy distinta.  Una encuesta de opinión sobre la guerra realizada entre palestinos muestra un aumento del apoyo a Hamás —que parece haber ganado más respaldo incluso en la destrozada Franja de Gaza— y un rechazo aplastante al presidente Mahmud Abás, quien es respaldado por Occidente y gobierna Cisjordania. Casi el 90% cree que Abás debe renunciar.

El sondeo se realizó del 22 de noviembre al 2 de diciembre entre 1.231 personas de Cisjordania y Gaza, y tiene un margen de error de 4%. En Gaza, los encuestadores realizaron 481 entrevistas en persona durante una semana de alto el fuego que finalizó el 1 de diciembre. El trabajo permite conocer la opinión de los palestinos sobre el ataque perpetrado el 7 de octubre por Hamás y otros militantes de Gaza en el sur de Israel, en el que murieron unas 1.200 personas, la mayoría civiles. Allí surge que sobre ese punto los habitantes de Gaza son más críticos con Hamás que aquellos de Cisjordania. Aún así también es cierto que ese grupo normalmente registra repuntes en periodos de conflicto armado. De hecho, el 57% de los encuestados en Gaza y el 82% en Cisjordania opinan que Hamás hizo lo correcto al lanzar el ataque de octubre.

¿Por qué los respaldan? Según surge en el sondeo, una amplia mayoría dijo creer las afirmaciones de Hamás de que actuó para defender un importante santuario islámico de Jerusalén contra extremistas judíos y para conseguir la liberación de presos palestinos. Sólo el 10% dijo creer que Hamás había cometido crímenes de guerra, y una gran mayoría afirmó no haber visto videos que mostraran a los combatientes palestinos cometiendo atrocidades.

Si bien la cobertura de los medios israelíes se ha enfocado en el ataque del 7 de octubre, los medios palestinos se han centrado en la guerra en Gaza y en el sufrimiento de su población civil.

Al mismo tiempo, el 44% de los habitantes de Cisjordania manifestó su apoyo a Hamás, frente al 12% de septiembre. En Gaza, Hamás goza de un 42% de apoyo, ligeramente superior al 38% de hace tres meses.

(*) Publicado en MundoNews

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