Un informe emitido en el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) mostró el costado humano de quienes trabajan en la salud pública y privada de nuestra provincia durante la pandemia del Covid-19. Se trata de dos testimonios que bien pueden representar a los miles de trabajadores y profesionales de la salud entrerriana.

Desde los médicos recién recibidos que se arriesgan en lugares inseguros trabajando en servicios de emergencia, pasando por los residentes que se están formando con pocas horas de sueño en medio de una pandemia, hasta los intensivistas que pelean día a día en el límite con la muerte de sus pacientes.

Todos y todas poniendo el cuerpo y la mente en el combate a una pandemia que nos condenó al aislamiento aún en los momentos más críticos, donde los familiares sólo pueden comunicarse por videollamadas con los pacientes gracias a los profesionales que tienen a cargo.

El informe incluyó dos testimonios de quienes están en la primera línea en el combate contra la pandemia. Se trata de Ana Bejarano, enfermera intensivista del sanatorio La Entrerriana, y el doctor Pablo Ríos, médico asistente del control de infecciones del Hospital San Martín de Paraná.

El relato de una enfermera intensivista de La Entrerriana

Ana Bejarano es enfermera intensivista del sanatorio La Entrerriana de Paraná. “Desde marzo no hay otro plan, todos nuestros días son por y para esto. Nosotros fuimos formados para cuidar al otro y nunca aprendimos a cuidarnos nosotros, algo que tampoco hizo el sistema de salud. Nos dimos cuenta que no sabíamos cuidarnos y que el sistema no estaba preparado”, comenzó.

“Sufrimos lo mismo que la sociedad y sumado a eso el miedo de estar en primera línea, porque nunca dejamos de sentir miedo, pero es un miedo que te lleva a la acción. Veníamos haciendo terapias intensivas abiertas y de golpe volvimos a trabajar sin la familia con un paciente solo, acompañado solamente de nosotros y muchas veces pasar en soledad su proceso de muerte que es lo que más nos estrés a quienes trabajamos en salud”, lamentó.

Bejarano se refirió al proceso de la muerte que durante la pandemia se da con protocolos de aislamiento y los familiares no pueden acudir a los ritos habituales vinculados al fallecimiento de un ser querido: “Lo que hacemos es facilitarle que estén en nuestros servicios, implica un elemento de protección personal extra, pero es impagable. Hay un montón de ritos que esta pandemia no lo está permitiendo, entonces le permitimos entrar, se visten igual que nosotros. Pero la familia puede entrar a despedirse”.

Respecto a las mejoras del sistema de salud durante la cuarentena, Bejarano dijo: “El sistema de salud mejoró, se aumentaron un montón de cosas. Es muy difícil formar el recurso humano capacitado en cuidados intensivos en pocos meses. Ahora bien, esto es todo lo que tenemos, más no va a mejorar el sistema de salud. Lo que nos desvela es que no nos falte ninguna cama, saber que no podamos atender a un paciente”.

Se le preguntó por aquellas personas que descreen de la pandemia y afirmó que “cada uno decide como quiere pensar, cada uno es libre” pero que “esperemos que no nos toque elegir a quien atendemos y a quien no si el sistema de salud se satura”.

“Esto no es un problema de Paraná o de Entre Ríos, es un problema mundial. La falta de camas, el agotamiento y la enfermedad del personal de salud pasó en todo el mundo. En Jujuy y Río Negro no hay personal de salud, no hay camas, no hay oxígeno”, finalizó.

Un infectólogo que trabaja día a día en el San Martín

“No es tan fácil ampliar o reforzar el capital humano y los profesionales de cuidados críticos, enfermeros, camilleros, todos los que están abocados a esta tarea, no es fácil aumentarlos considerablemente en pocos meses”, comenzó relatando Pablo Ríos, médico asistente en el área de control de infecciones del Hospital San Martín de Paraná.

El infectólogo hizo referencia a las dificultades para ampliar los recursos humanos a pesar de la cuarentena adoptada a tiempo: “Hay países del mundo con un sistema de salud mucho más robusto que el nuestro y no pudieron prever todo lo que esta pandemia demandó”.

“Me consta que se han hecho esfuerzos por mejorar, pero partimos de un sistema de salud que por décadas está en una situación caótica. Por más que se haya hecho lo que se hizo, lamentablemente no creo que sea suficiente”, aseveró Ríos.

En el día a día, el médico explicó que cuando el sistema sanitario está colapsado “lleva a un cansancio físico y psicológico porque estamos atravesando una situación estresante continua”, y que esto genera que “surjan situaciones de tensión entre nosotros mismos”. “Muchas veces uno se vuelve con un sabor amargo a la casa porque estamos hace meses trabajando a la par, pero el estrés que genera la situación en general nos pone en situaciones que uno no quisiera vivirlas”, agregó.

Describió que ha vivido situaciones de garantizar un vínculo virtual entre familiares que no se veían durante dos semanas y que “se generan cosas lindas, pero son muy emotivos y fuertes esos momentos”.

Reconoció sentirse “frustrado” por quienes relativizan el impacto de la pandemia pero los diferenció de quienes están siendo afectados por la crisis económica y aseguró que entiende esa situación como algo diferente.

“Para mí es muy frustrante como se expresa ese sector minoritario que descree de la cuarentena. Entiendo a quienes están pasando una situación angustiante desde lo económico. No quiero decir que desconocemos esas expresiones, duelen cuando uno las escucha pero no tenemos tiempo de quedarnos en eso porque el día a día nos come”, explicó.

Para finalizar, destacó a “todo el personal de salud que se levanta todas las mañanas y va a trabajar. Admiro mucho a los médicos residentes, a los más jóvenes que nunca quisieron esquivar esta situación”. 

“Nosotros también sufrimos las consecuencias del aislamiento, no podemos ver a nuestros familiares, una situación muy angustiante como pasa la mayoría de población. Con el agregado de vivir esta situación personal sumamente estresante”, finalizó.