La diputada provincial Gracia Jaroslavsky (Cambiemos-Victoria) habló de la visita del ex presidente Mauricio Macri a la provincia y analizó la campaña con vistas a la elección general del 14 de noviembre. “La elección va a ser igual o mejor que en las PASO no tanto por nuestros aciertos sino más por los errores del oficialismo”, admitió.

Sobre la visita de Macri a Victoria, en declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Jaroslavsky comentó: “Tanto al intendente como a mí se nos informó que llegaba el ex presidente y lo fuimos a recibir al hotel donde se iba a alojar, y a recibir a toda la gente de la provincia que vino a reunirse con él ya  saludarlo”. “Como anfitriones lo recibimos en el hotel, participamos en el encuentro que tuvieron ellos y luego fue a visitar el Centro de Monitoreo de la Municipalidad que se abrió en Victoria en su gestión, con fondos nacionales. Después estuvo caminando un poco por la plaza y luego se fue”, agregó.

También reconoció: “Nos enteramos el mismo día en que llegó, no teníamos en agenda que fuese a venir a Entre Ríos, y supongo que como estaba en Rosario aprovechó a cruzarse a Victoria”.

Consultada por la baja imagen del ex mandatario, Jaroslavsky definió: “Nosotros nos hacemos cargo de los errores y de los aciertos, Macri fue presidente por  Juntos por el Cambio y a mi juicio cometió un montón de errores, hizo un montón de cosas en las que no estuve de acuerdo y otras en las que sí. Esto forma parte de lo que somos, existe y no lo podemos borrar de la historia, como no pueden borrar los peronistas a (Carlos) Menem o como no pueden borrar los antikirchneristas a Cristina”.

“Cada uno se hace cargo de su historia y la gente la conoce. Que se muestre o no, o que lo vean más o menos en una foto, eso no va a hacer que la gente te vote más o te vote menos. La gente sabe tanto como vos y yo la historia y no le va a cambiar lo que percibe el hecho de que haya una foto de Macri en Entre Ríos o no. Me parece que esa idea es una pavada”, analizó.

Consultada por la campaña y las expectativas para el 14 de noviembre, la legisladora sostuvo que “en plena campaña uno tiene un termómetro que es muy raro porque son todas verdades relativas, de todos modos lo que se percibe es que la elección va a ser igual o mejor que en las PASO no tanto por nuestros aciertos sino más por los errores del oficialismo, ya que todos los días aparee una noticia que no los deja bien puestos en relación al manejo de la realidad social y económica del país”. “Todo hace pensar que el resultado va a ser más que favorable para Juntos, pero a las elecciones hay que pasarlas y ya veremos los resultados”.

Definió que su diálogo con el ex ministro del Interior y actual candidato a diputado nacional por Entre Ríos, Rogelio Frigerio, es “normal”. “Lo he tratado un poco más en esta campaña, tenía una relación muy efímera con él, habíamos charlado un par de veces pero no tenía una relación con él, y ahora lo he visto caminar y relacionarse con la gente. Tiene una empatía de líder que es rara de encontrar, me ha sorprendido enormemente el vínculo que genera él con la gente”, refirió.

“Hay algo en la personalidad de él, en la forma de tratar a la gente, en la forma en que entiende la realidad, esto de que para él la política tiene que ver con el sentido común y con solucionar las cosas desde lo práctico, desde lo concreto que tiene una recepción muy grande. Hacía mucho tiempo que no veía una persona que se relacione de esa manera con la gente. Llama la atención”, apuntó.

Sobre el modo en que esto potencia al sector para 2023, Jaroslavsky aseveró que “más allá del resultado él tiene una energía especial. Argentina  es muy especial con estos líderes o personajes, a la mayoría que venimos de los partidos políticos tradicionales, que nos hemos criado en los conceptos, en las ideologías, en lo que debe ser, en las ideas y no en las personas nos ha costado un cambio enorme de la cabeza adaptarnos a la nueva realidad que es que Argentina elige a las personas, no a las ideas. Eso está clarísimo, al menos por ahora es así”.

“Frigerio tiene esa capacidad. Como la tienen (Facundo) Manes o (Martín) Lousteau. Son personas que tienen algo que despierta un vínculo muy especial con el electorado, y eso hace que tengan muchas posibilidades”, opinó.

Sobre el rol de la Unión Cívica Radical (UCR) en el espacio opositor, afirmó que “el radicalismo está aprendiendo y adaptándose a la nueva realidad, y en eso cada vez va a tener más participación porque la participación se puede reclamar, pero los lugares se ocupan, la participación se ejercita, el poder se ejerce; nadie te lo va a dar porque sí”.

“En la política los espacios se ocupan por prepotencia de trabajo y el radicalismo está en ese camino, está encontrando a través de emergentes diferentes como Lousteau o Manes que tienen una percepción de la política mucho más abierta, mucho más flexible, mucho más moderna, más participativa y que abrazan su condición de ser radical sin avergonzarse. Me parce que eso va a cambiar muy fuertemente de acá para adelante la influencia que tendrá el radicalismo en cualquier gestión de gobierno, ya sea nacional como provincial”, planteó.

Megajuicio por corrupción    

Consultada sobre el histórico juicio por hechos de corrupción que se sigue contra el ex gobernador Sergio Urribarri y otros ex funcionarios de su gobierno, Jaroslavsky admitió que no lo sigue detalladamente porque “son horas y horas de juicio”.

De todos modos, aseveró: “Espero que la justicia simplemente actúe y defina. Celebro que se esté realizando el juicio porque, ya sea que es culpable o inocente, lo peor que puede pasar es que no se defina la situación. Sea lo que sea lo que decida la Justicia, es necesario que lo haga así es un capitulo que vamos cerrando”.

“El límite para las personas que no entienden que lo público merece el máximo de los respetos lo va a dar la sociedad. La justicia actúa sobre los hechos consumados porque está juzgando conductas. La sociedad argentina es la que tiene que madurar, valorar lo que significa la ética, la moral, la honestidad y elegir en consecuencia. La Argentina de hoy es bastante permeable a la corrupción, la gente no se alarma tanto, no le produce un rechazo visceral la corrupción. En una sociedad madura, en un país desarrollado hay muchos más limites respecto a esto. En los países bananeros, con líderes autoritarios que creen que pueden hacer cualquier cosa con el Estado y con lo público hay Estados más corruptos y degradados.  En tanto la sociedad reclame, exija y a la hora de votar elija a personas que representan valores concretos, que tienen una conducta, una ética de la responsabilidad, que son honestos, ahí se va a poner el límite a la corrupción. Es cultural”, concluyó.