Con goles de Cristian González (21minutos del primer tiempo), Luisao (45), César Delgado (42 del segundo tiempo) y Adriano (47) Argentina y Brasil igualaron 2-2 en el Estadio Nacional de Lima, y la final se definió por penales. Allí el conjunto dirigido por Marcelo Bielsa perdió 4-2 por penales frente a Brasil en el Estadio Nacional de Lima, y de esta forma no pudo llevarse la Copa América. El conjunto de Marcelo Bielsa buscaba ser campeón del torneo continental por 15ª vez en su historia, y convertirse así en la selección más ganadora del certamen.
El seleccionado argentino cayó por 4 a 2 en definición por tiros penales ante su par brasileño, luego de igualar en los 90 minutos regulares 2 a 2 y, de esta manera, se quedó con las manos vacías cuando su superioridad global lo había hecho merecidamente acreedor al título de la Copa América 2004.
El Estadio Nacional de Lima fue testigo así de una gran injusticia futbolística, porque esta vez las objeciones al técnico Marcelo Bielsa perdieron por goleada con los elogios que se le tributaron por el golpe de timón que le dio al equipo.
Y tal como lo prometió Bielsa en la última conferencia de prensa, la Argentina asumió este domingo el protagonismo y atacó con seis jugadores: Zanetti y Rosales por la derecha, Luis González y Tevez por el centro y Sorin y Cristian González por la izquierda.
En defensa, Ayala se repartía para colaborar con Coloccini en la marca de Adriano y con Heinze en el seguimiento a Luis Fabiano, mientras que Mascherano siempre seguía de cerca de Alex.
Pese al dominio territorial, Brasil fue más profundo en los primeros minutos con una peligrosa penetración de Adriano que interceptó Mauro Rosales, un disparo desviado del propio jugador del Inter y un centro envenenado del lateral derecho Maicon que interceptó Abbondanzieri.
La Argentina se acercó con un remate bajo de Zanetti que Julio César despejó al córner y otro cruzado de Rosales en una entrada por derecha.
Cerca de los 20', cuando el partido transmitía la sensación de vivir un gol en cualquier arco, el conjunto de Bielsa sacó provecho de su asfixiante presión, Luis González robó una pelota a la salida del área, cedió a Tevez, quien le devolvió de taco y Luisao derribó al volante de River.
Cristian González cobró el penal con un zurdazo fuerte y seco al medio del arco y estableció la ventaja en el marcador.
Después del gol, Brasil se sumergió en un bajón anímico, la Argentina mantuvo el control de la marca, Tevez tomó mayor contacto con la pelota y a los 26' Luis González, después de un "slalom" por el centro casi aumenta con un derechazo bajo que tapó el arquero.
El partido consolidó la imagen de superioridad de la Argentina que en el pasaje previo al gol había sido distorsionada cuando hizo contacto el circuito futolístico que conformaban Alex, Luis Fabiano y Adriano.
Sin ser brillante, la Argentina exhibía una incuestionable solidez y solidaridad que fue reflejada en una pelota dividida que Tevez le ganó a tres rivales y motivó el enérgico aplauso de Bielsa, testigo de lujo de la acción ocurrida a los 36 minutos.
Y la prolijidad daba lugar a lo estético cuando Luis González y Tevez mantenía el particular diálogo de los habilidosos cerca del área brasileña.
El primer tiempo tuvo un final inesperado porque Brasil llegó al empate cuando parecía entregado a irse al descanso para replantear su juego.
El conjunto de Parreira arrinconó a su rival con las pelotas detenidas que ejecutaba Alex y en la segunda de ellas, ya con el tiempo cumplido, Luisao marcó la igualdad con un cabezazo cruzado que tomó por sorpresa a la defensa y al arquero argentino.
Pero este golpe que podría haber hecho impacto en el ánimo del equipo argentino fue rápidamente asimilado, porque en el arranque ya la Argentina se mostró nuevamente superior a su rival, creando opciones como para desnivelar que no se concretaron porque no estuvieron finos en la puntada final.
Se lo perdió increíblemente Tevez sobre la línea de gol luego de un centro desde la derecha de Rosales y acto seguido Roberto Ayala llegó al fondo y lanzó un buscapié que nadie tocó.
El desgaste, el dominio, el manejo del balón y la mayor porción de territorio eran patrimonio de la Argentina y en los pies de Tevez estaban las mejores posibilidades de los dirigidos por Marcelo Bielsa, sobre todo cuando se encontraba con Luis González.
El 80 por ciento del tiempo de la segunda etapa se jugó en campo brasileño, donde el equipo de Carlos Parreira se hacía fuerte con la firmeza de su defensa. En el 20 restante Luis Fabiano tuvo una chance pero su fortísimo remate pegó en Ayala y se disipó el peligro.
En un partido donde no hubo espacios, entonces, la búsqueda de la Argentina tuvo su premio a los 42' con un golazo de César Delgado, quien había ingresado por Rosales y aprovechó un yerro de Renato para cruzar el balón de derecha a izquierda con un impecable remate.
En lo muy poco que quedaba, Tevez y D'alessandro se dedicaron a guardar la pelota contra un rincón para dejar que transcurrieran los 180 segundos (sin descuento) que restaban (después el árbitro paraguayo Carlos Amarilla adicionó tres minutos más).
Pero otra vez como en el primer tiempo, cuando no quedaba nada, Adriano, la figura del encuentro, se hizo un espacio para rematar con una volea corta y volver a poner injustamente a los brasileños a la par de la Argentina.
Ese tanto del goleador del certamen con siete conquistas esta vez sí golpeó duramente a los argentinos, que después, en la definición por tiros penales, arrancaron literalmente con "el pie izquierdo", cuando los zurdos D'alessandro y Heinze fallaron los dos primeros remates, mientras Adriano y compañía convirtieron los suyos.
Y así se desvaneció la ilusión de una Argentina que merecía ser campeón, tanto como su técnico, Marcelo Bielsa. Pero otra vez no pudo ser. Quizás el consuelo llegue en los Juegos Olímpicos el mes próximo. Pero por ahora, el dolor es "todo argentino" y la suerte "toda brasileña".
Fuente: Télam