Peñarol comenzó el partido de la misma manera que como lo había hecho en los dos primeros: jugando una dura defensa e intentando correr la cancha. Como en el inicio de la serie, los errores por parte de ambos equipos hicieron que el partido se convirtiera en vertiginoso, pero con pocos aciertos. Así y todo, el conjunto visitante logró sacar una ventaja parcial de 14-8 a falta de dos minutos para el cierre del primer chico, producto del buen trabajo de Lamonte (7 puntos) y del siempre bien ponderado Leo Gutiérrez.

Pero Atenas reapareció a tiempo y, a partir de las buenas actuaciones de Williams y Gerlero (que llamativamente ingresó al partido desde el banco de suplentes) el Griego terminó el cuarto 14 a 12 abajo y mostró una cara completamente distinta a la que vimos en Mar del Plata.

En el inicio del segundo cuarto Atenas terminó de confirmar la levantada, sobretodo desde lo anímico, pero con tres triples consecutivos que lo pusieron al frente en el marcador por 25 a 23 en cuatro minutos de juego. Lo mejor del equipo cordobés pasó por el trabajo defensivo, donde provocó numerosas pérdidas de Peñarol que le permitieron correr la cancha con muchos espacios, para aprovechar la velocidad de un perímetro bajo conformado por Gerbaudo, Lábaque y Gerlero.

Pero Peñarol, como es su costumbre, no bajó los brazos y se puso rápidamente en juego. Leo Gutiérrez tomó la lanza nuevamente y llevó a su equipo para adelante, que a partir de buenos porcentajes de tiros de cancha se puso 35 a 31 arriba a falta de 2’11’’ para el final del chico. En el cierre del cuarto, Peñarol mantuvo su filosofía de juego, tomando buenos tiros y apostando a sus jugadores más importantes (Kyle Lamonte, goleador con 14, y Gutiérrez, 12), para irse al descanso largo 43 a 35 al frente.

Un triple de Tato Rodríguez marcó el inicio del tercer período, pero a pesar de que parecía que el visitante iba a tomar la posta del juego, el trámite se convirtió en muy parejo. Los internos de Atenas, Lewis y Williams, fueron quienes delinearon el andar del dueño de casa, más allá de la siempre efectiva defensa presión a campo entero, como también el aporte de Matías Lescano desde la línea de 6,75.

Con un parcial de 10-7, el equipo de Sebastián González se puso 50 a 45 abajo a falta de 4’35’’ para el final del tercero. Una falta antideportiva de Lewis en perjuicio de Leo Gutiérrez terminó de calentar el partido. El jugador de la visita convirtió ambos tiros, pero en la reposición Peñarol no supo capitalizar al máximo esa opción y Atenas volvió a ponerse en partido. Tras un recupero importante llegó una penetración de Lábaque para ponerse 49 a 52 y segundos después los jueces pitaron otra antideportiva, en este caso a Campazzo luego de un saque de fondo, y Atenas tuvo la posibilidad de tener otra ofensiva que no desaprovechó.

Porque un triple de Matías Lescano puso el juego 52 iguales y posteriormente otro recupero de Lábaque le dio la ventaja al Griego por dos (54-52), a 2’25’’ del cierre. Hasta el final, el trámite fue parejo y no lograron sacarse más ventajas, aunque el marcador final tras los primeros 30 minutos sentenció 55-56 para Peñarol.

El último cuarto comenzó de la forma que parecía iba a empezar: Para el infarto. Atenas tomó la iniciativa con dos corridas para ponerse 59 iguales, aunque Leo Gutiérrez se encargó de poner las cosas en orden nuevamente con un triple volado, a su mejor estilo (64-63 para el visitante con seis minutos por jugar). Peñarol tomó tres puntos de ventaja con dos libres de Lamonte, pero Atenas se recuperó rápidamente con un triple de Gerbaudo y otro de Lescano para irse arriba por tres (69-66 con 3’ 44’’ por jugar).

Lo que quedó fue verdaderamente un juego final de Liga Nacional. Lábaque se hizo cargo de su equipo y con un tiro de cinco metros ante la defensa de dos jugadores de Peñarol convirtió el doble del partido, poniendo el marcador 71 a 66. Y aunque parecía que estaba todo dicho y que Atenas se iba a llevar el tercer punto de la serie sin más esfuerzo, un triple de Alejandro Diez puso las cosas 71 a 69. Finalmente, el Griego lo terminó cerrando desde la línea. Un libre de Lewis, otro de Bruno Lábaque y una pérdida de Lamonte tras tomar el rebote defensivo, le dieron el 73 a 69 definitivo para poner la serie 2 a 1.

Cabe destacar el gran corazón con el que jugó Atenas en la noche del tercer partido. Suplió con mucha fortaleza anímica la falta de básquet que había demostrado en los dos primeros juegos en Mar del Plata. Seguramente, el Superdomo Orfeo estará colmado este miércoles para vivir el cuarto juego de esta apasionante final entre Atenas y Peñarol, que comanda el equipo marplatense pero ahora con un márgen más chico, 2 a 1.