Sin Juan Román Riquelme, el Xeneize resignó posesión de la pelota pero mantuvo su capacidad ofensiva, con un juego más vertical apoyado a Cristian Chávez y, sobre todo, en Pablo Mouche. El delantero tuvo las más claras del primer tiempo: un cabezazo, a los nueve minutos, que pegó en el travesaño, y otro frentazo, a los 12’, que se fue apenas desviado.
San Martín mostró buenas intenciones y complicó con sus carrileros, el paranaense Facundo Affranchino y Federico Poggi, ambos de destacada actuación. De todas maneras, el equipo local sólo generó una situación clara en la etapa inicial (un disparo de Marcos Galarza que Juan Insaurralde despejó por encima del travesaño).
La maldición siguió pesando sobre Santiago Silva. Activo y peleador, el uruguayo tuvo una antes del descuento, que pegó en la nuca de Cristian Grabinski y salió al córner, y otra en el complemento, un cabezazo que se fue besando el poste derecho de Luciano Pocrnjic.
Promediando la segunda mitad, una combinación entre Silva, Chávez y Walter Erviti, definida por el ex Banfield, sentenció el 1-0 definitivo. La respuesta del local llegó en una jugada de pelota parada (el nuevo talón de Aquiles de Boca) que Grabinski mandó por encima del caño horizontal.
Sobre el final, el Xeneize retrocedió peligrosamente y le entregó protagonismo al Verdinegro. De todas maneras, el conjunto de Julio Falcioni logró aguantar y quedarse con tres puntos que le devuelven la tranquilidad tras la tormenta de la semana pasada.