Mencionó a su vez que nuestra provincia tiene jurisdicción sobre el diez por ciento de las reservas de agua dulce de la humanidad. “Estamos tratando de sensibilizar en este tema, en la provincia y en la región, y de esta forma generar las herramientas necesarias y poner bajo riego nuestra agricultura”, resaltó. Como lo mencionara en reiteradas oportunidades, aseguró que “no deberíamos tener problemas con las sequías en una provincia que cuenta con un volumen importante de este recurso. Es algo inadmisible”.

Indicó también que esta nueva herramienta que será el Instituto de Irrigación trabajará como “un ente técnico profesional autárquico y de amplia participación de las instituciones que nuclean a los productores y sus organismos técnicos, también de las universidades y de la red de servicios agrícolas”.

Las obras de riego

Por otra parte, en el marco del reciente encuentro mantenido entre las provincias que componen la Región Centro, se puso de relieve el impulso dado por la provincia a los proyectos de riego para multiplicar la producción agrícola. Desde el sector privado, Iturburu, destacó que “además de los proyectos de Villa del Rosario y de Mandisoví hay obras privadas que se complementan con las del Estado”. Detalló que en el centro norte entrerriano “se hicieron unas 60 obras de captación de agua superficial, gracias a lo cual se está produciendo arroz al mejor nivel del mundo”. Agregó que hay unas 20.000 hectáreas regadas con agua superficial”.

“Para ubicarnos en este paraíso que es Entre Ríos, creo que en cuanto a superficie terrestre no tenemos que envidiarle nada a Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires. Simplemente somos una provincia más chica”, comentó, y recordó que hace unos años la provincia no figuraba en los mapas de la Pampa Húmeda y en este 2012 sí, ya que tiene el mejor agua del mundo, superficial y subterránea”. La prueba está en que, solamente por la parte privada, ya se han sistematizado entre 200 y 350.000 hectáreas de riego.

Estado y sector privado

Opinó que “ahora necesitamos estar unidos con el Estado para construir y diseñar propuestas que contemplen a todos los interesados en producir una infraestructura capaz de pegar el gran salto y hacer de Entre Ríos una provincia de agricultura regada, porque los recursos hídricos dan”.

En tal sentido, expresó: “Vemos al gobernador muy interesado y con una gran predisposición. Concretamente, nos llama para saber sobre los proyectos y los avances.

En la reunión hicimos también una propuesta para hacer un Instituto de Riego con asiento en el epicentro de las áreas regadas. El gobernador utomáticamente nos invitó para trabajar este tema, lo cual agradecemos. Creo que todo el sector productivo está esperando aunarse con el Estado para hacer las grandes obras”.

Comentó también que mantuvieron contacto con los responsables del Ministerio de Producción y de Planificación, “quienes están muy interesados en colaborar” desde sus áreas respectivas. “La decisión política está, creo que estamos en un gran momento”, aseguró.

Estudios previos

Iturburu explicó que hace unos 20 años se iniciaron las primeras obras de riego superficial. Entonces, la Universidad Nacional de Entre Ríos publicó un libro sobre la captación de aguas superficiales, donde afirma que son óptimas y sin ninguna alteración. “Se han hecho ensayos con esa misma agua superficial respecto a las aguas profundas y las han podido validar en la gran cantidad de nutrientes que tiene que se nos van por el río. La idea es que estos recursos puedan ser captados e integrados para beneficio del hombre”, afirmó.

Recordó que en 1978 trajeron los primeros equipos de riego de citrus por goteo y comentó que en esa oportunidad “aprendió muchísimo”, trabajando cinco años con expertos en riego de Israel. “Ellos recorrieron la provincia y decían: ustedes son hijos de ricos, la tienen y no la saben valorar, nosotros tenemos lugares que hemos tenido que levantar 300 metros para regar un desierto”, expresó.

Los proyectos

El especialista enumeró entre los proyectos de riego el de Villa del Rosario “ya licitado, y el de Mandisoví, a licitar, destinado a hacer fructíferas otra parte de las tierras improductivas o semiproductivas que tenemos”. Respecto de este último dijo que “los estudios de impacto ambiental realizados en la zona norte de la provincia han demostrado que no afecta para nada agrandar el área cultivada; estas tierras no tienen acuífero, y no se desarrollan porque no tienen napa. Por eso el gobernador puso tanto énfasis en estos proyectos que hemos estado propulsando; fue él quien consiguió la partida de dinero para hacer este estudio”.

“Ya está entregado el estudio de factibilidad, con dinero del BID, del Instituto de Cooperación Agrícola. Entre sus dirigentes tiene como presidente a un representante del sector arrocero y como vice a un citricultor. Hay que seguir contagiando este tipo de iniciativas que se generó en el norte entrerriano”, precisó.

Además, subrayó que “no sólo tenemos el agua y la tierra a favor” para seguir impulsando proyectos de esta naturaleza, “sino que los resultados en lo producido están a nivel de los más competitivos del mundo”, ya que la producción se multiplica en cantidad y calidad.

Recursos humanos

Para concluir valoró la excelencia en la formación de recursos humanos que egresan de nuestras universidades. “En la Facultad de Oro Verde, por ejemplo, hay mucha gente especializada. Cuando elaboramos el proyecto Mandisoví incorporamos alumnos que hacía dos o tres años estaban temerosos de tomar una lapicera y hoy dominan todos los programas de computadora, lo que optimiza el estudio”, concluyó.