Ronaldinho Gaúcho fue la clave del éxito para los dirigidos por Vanderlei Luxemburgo, que se encontraron con un rival ultra defensivo. El resultado previo le abrió las puertas al conjunto boliviano para resguardarse y esperar que los locales no marcasen, y así continuar en la competencia.
Aunque no pudieron con la habilidad del campeón del mundo con Brasil en 2002, en el Mundial de Corea y Japón, Dinho, en el minuto 39 de la primera etapa, ejecutó un tiro libre que depositó en la cabeza de Leo Moura, quien desde la línea del área chica no tuvo más que impactar el balón para abrir el marcador.
El gol conseguido obligó a su contrincante a desarmar su estrategia, avara, para lograr el preciado gol de visitante, que había sufrido la semana anterior.
Durante la segunda mitad, Real Potosí decidió adelantarse para presionar en campo contrario. De esa manera logró detener las permanentes subidas de los laterales y no permitió que el mediocampo brasileño maneje el balón a gusto.
Con el cambio de actitud llegó la preciada ocasión de empate, fue para Edgardo Brittes, pero el cabezazo del entrerriano se fue por centímetros de la valla defendida por Felipe, a 13 minutos del cierre del encuentro.
Después de ese momento de tensión, el dueño de casa se vio favorecido por la expulsión, por doble amonestación, de Claudio Centurión. Con 10 jugadores, la visita no pudo continuar con la táctica establecida por el entrenador, Víctor Zwenger, para el complemento, y con el paso de los segundos vio esfumarse sus posibilidades.
Pero la perla, el toque de magia de la noche, estaba por llegar. Ronaldinho se guardó para el tiempo adicionado lo mejor de su repertorio, y así definir la llave. Mano a mano con el defensor Ronny Jiménez, el ex atacante de Barcelona eludió a su víctima, y, tras una pausa que desparramó al portero, definió junto a un palo para definir la historia.