En ese sentido, Francisco llamó a no "cerrarnos a la novedad", porque ésta "transforma".
"Permitan que Jesús resucitado entre a sus vidas, denle la bienvenida como un amigo, con confianza: ¡El es vida! Si hasta ahora lo han mantenido a la distancia, den un paso adelante. Los recibirá con los brazos abiertos", dijo en italiano.
"Si han sido indiferentes, tomen un riesgo: no serán decepcionados. Si seguirlo parece difícil, no tengan miedo, confíen en él, estén confiados en que está cerca de ustedes, está con ustedes y les dará la paz que están buscando y la fuerza para vivir como él quiere que vivan", agregó.
La ceremonia comenzó a las 16.30, con la basílica de San Pedro a oscuras; tanto el Sumo Pontífice como los cardenales vestían de blanco y llevaban velas.
Una vez encendido en el atrio el cirio pascual, una gran vela que simboliza a Cristo resucitado, y que sirve para alumbrar las velas de los fieles, se inició la procesión del Papa y sus ministros hasta el altar mayor, momento en que se encendieron las luces del templo.
"Es la celebración más rica y quizá la más bella" de la Semana Santa, había anticipado Lombardi.
El Papa argentino quiso que esta primera liturgia de la vigilia pascual que preside dure menos de lo que solía durar, unas tres horas, explicó Lombardi, y por eso simplificó la lectura del Antiguo Testamento.
Al final de la ceremonia, bautizó a cuatro jóvenes de nacionalidad albanesa, italiana, estadounidense y rusa, publicó Infobae.
El domingo celebrará la misa de Pascua ante decenas de miles de peregrinos y pronunciará la bendición "Urbi et Orbi" ("a la ciudad y al mundo") desde el balcón de la Basílica de San Pedro, y que sólo se realiza en Navidad y el domingo de Pascua, además del día en que se elige Papa.