La primera presentación de Patronato en el año dejó poco para analizar. Lejos estuvo de su mejor versión el equipo paranaense que apenas igualó sin goles ante el peor equipo de la categoría, aunque lo peor es que por momentos se vio superado por un rival muy mezquino.
La nueva versión del Rojinegro terminó siendo lo mismo que la del año pasado. Es que las dos caras nuevas que sumó durante la pretemporada mostraron poco y nada ya que a Matías Quiroga y Pablo Bastianini no le llegaron prácticamente pelotas y el que mostró más ganas fue el Flaco. En esto también mucho tuvo que ver la floja noche que tuvo Juan Casado, quien no fue el conductor del equipo tal cual se esperaba.
El dueño de casa intentó hacerse de la pelota y por momentos lo logró aunque no tuvo ideas para llevar peligro al arco rival. Fueron contadas con los dedos de una mano las situaciones que creó en los primeros 45 minutos y ni siquiera llevó peligro con la pelota detenida algo que fue un sello en las diferentes eras encabezadas por Marcelo Fuentes.
Cuesta encontrar una jugada nítida de gol, en contrapartida es por demás sencillo hallar situaciones que desnudaron falencias en muchas líneas del Santo, además de imprecisiones y nerviosismo que fueron moneda corriente, sobre todo en la etapa inicial.
Demás está decir que los primeros 45 minutos fueron soporíferos porque en cancha hubo dos equipos que jamás pensaron en el arco contrario.
El segundo tiempo fue más de lo mismo y todo fue un solo bostezo. Patronato intentó a partir de la actitud y el sacrificio, aunque no tuvo la claridad futbolística necesaria como para entusiasmar ni entusiasmarse. De esta manera, y con el ánimo aplacado, el dueño de casa no pudo salir del letargo y su presentación fue de las más bajas de la temporada.
La falta de coherencia para distribuir el balón fue una causa común. Tímido, con poco movimiento y si seguridad para adelantar sus líneas, el conjunto de nuestra ciudad se sumergió en la escasas buenas iniciativas para mejorar.
Chacarita también pecó de ingenio, solamente que tuvo una muy buena que casi hace la diferencia. Piris metió un zapatazo que Sebastián Bértoli pudo desviar con una gran atajada. La pelota no entró, sino la noche hubiese terminado de la peor manera para el equipo paranaense que en las primeras 19 fechas solamente sumó 22 puntos de 57 posibles.