Mientras, Liliana Negre de Alonso (Peronismo Disidente-San Luis) aseguró que es necesario “abrir las puertas de participación, no cerrarlas”, y el líder de la bancada del FpV en la Cámara Alta, Miguel Pichetto (Río Negro), destacó que se están “consolidando los grandes partidos nacionales. Es la única herramienta para terminar con un sistema de fragmentación, con el armado de partidos como si fueran quioscos”. Además, el legislador rionegrino explicó que “los partidos provinciales deberán adherirse a uno nacional” ya que de lo que se habla es de “una elección nacional”.
Continuando la línea de críticas hacia la iniciativa, el legislador del interbloque del Frente Amplio Progresista (FAP), Rubén Giustiniani (Santa Fe), manifestó que la oposición deberá adecuarse “a reglas de juego que benefician al oficialismo”, y detalló que “esto es inclinar la cancha para un lado. Claramente avanzan en la súper sábana”.
Luego, según detalló Parlamentario, el jefe del interbloque del Peronismo Disidente, Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), sostuvo que el proyecto “quita seriedad institucional” y que la ley es “proscriptiva”, y dijo que espera ver cómo el kirchnerismo y sus aliados “defienden todo al revés de como lo hicieron la semana pasada”.
Su compañera de bancada Sonia Escudero (Salta) señaló que el texto en cuestión “afecta el juego de alianzas electorales”, y “va en sentido contrario de lo que fue la idea original de democratización del Consejo de la Magistratura”, ya que “está afectando el proceso electoral que ya se inicia”.
Desde el oficialismo, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Aníbal Fernández (Buenos Aires), que lo que se pretende hacer es “que no haya una apertura que termine siendo un festival de discusiones políticas sin sentido”, y resaltó que luego de la crisis de 2001 llegaron a haber “648 partidos”.