"Voy a seguir impulsando la reforma de la Constitución hasta el último día de mi mandato", ya había anunciado el gobernador Miguel Lifschitz ante las trabas políticas en la Legislatura y el escaso apoyo que había cosechado entre los partidos políticos su anuncio.
El pasado 16 de abril, el mandatario envió a la Legislatura provincial el proyecto de reforma de la Constitución de Santa Fe el cual, aseveró, apunta a "fortalecer las instituciones, pensar en la provincia y el país que queremos, y construirlo entre todos".
El proyecto declara la necesidad de reformar la Carta Magna provincial y promueve, entre otros puntos, la autonomía de los municipios, la implementación de la figura del ballottage y limitar a dos períodos de cuatro años todas las funciones electivas, incorporando la hasta ahora vedada reelección del gobernador. El propio Lifschitz aclaró: "El texto de reforma de la Constitución que estamos proponiendo en ningún lugar habla de mi reelección".
Ante los argumentos opositores de que la reforma "no es prioridad en la agenda de los santafesinos", Lifschitz apeló a la ironía: "¿Será que en 1853 o en 1962 o en 1994 no había problemas en el país?", publicó La Capital.
"Tenemos una gran oportunidad de mostrar una Santa Fe ejemplar. Una Santa Fe sin grietas, donde el pluralismo político sirva para enriquecer y enaltecer la política. Si lo logramos, el gobernador que asuma en diciembre de 2019, lo hará en una nueva provincia, con nuevas herramientas y nuevas posibilidades", indicó.