Hace 10 años ya, durante dos días hubo más de 35 muertos por la represión en todo el país. "Esta era la voz de Sergio (Sánchez), mi amigo", dijo una joven con lágrimas en los ojos, y se acercó al centro de la ronda que se formó en la Plazoleta de la Memoria, en La Siberia, para hacer crujir un puñado de hojas secas, ante la propuesta de buscar elementos en la naturaleza, que recuerden a cada uno de los seres queridos. a imagen era de una tristeza infinita: cajas y cajas de pañuelos tiradas en el piso.
Alrededor, en una suerte de fogón imaginario, cada familiar contó su historia, la historia de su pérdida. La palabra justicia se escuchó en cada uno de los relatos. Justicia que reclaman hace diez años, pero que no ven llegar. "Todos fuimos víctimas del mismo criminal", resumió el padre de David Moreno, asesinado en Córdoba, a manos de la policía, cuando tenía tan solo 13 años.
También, se recordó a Eloisa Paniagua, de Entre Ríos, que siendo todavía una niña murió abrazada a un paquete de fideos, mientras buscaba alimentos para sus hermanos más chicos, a quienes cuidaba desde que murió su mamá. Ayer, cuando su tío Jesús se presentó, para hablar sobre Eloisa, se refirió a ella como un ángel, pero no pudo continuar. La foto de la nena en sus manos lo quebró: la miró y ya no hicieron falta las palabras. Más tarde, casi recuperado, dijo: "Creí que la represión había terminado en el `83, pero no: estaba escondida y apareció en 2001". Para Jesús, "el verdadero problema es que estén sueltos los autores intelectuales de esa masacre; pero están libres, como si nada hubiera pasado", se quejó.
La actividad tuvo lugar en la Facultad de Psicología de Rosario. Hasta allí llegaron familiares de Córdoba, Neuquén, Tucumán, Entre Ríos, Buenos Aires y otras localidades cercanas. La jornada tuvo que ver con conocerse entre sí, y saber cómo eran en vida las víctimas. Además, hubo debates, intercambio de experiencias particulares de cada uno de los asistentes y reflexiones sobre la lucha y los pedidos de justicia. "Creemos que la justicia no se busca solo donde duerme el olvido tribunalicio. La justicia se construye con la memoria de los que entregaron y trabajaron por una vida en dignidad", señalaron los organizadores.
El momento más emotivo del encuentro sucedió pasado el mediodía, en la Plazoleta de la Memoria, justo frente a la facultad. Rodeados de árboles, sol y brisa, cada familia eligió un elemento de la naturaleza. Para representar a Gastón Riva, de Ramallo, sus padres eligieron dos plumas. "Le damos las alas a Gastón, porque a él le gustaba ser libre". Celeste, la hermana de Claudio "Pocho" Lepratti, que fue asesinado mientras pedía a la policía que no disparara hacia el comedor comunitario donde comían decenas de chicos, juntó varias ramitas y las unió en el suelo. "Pocho era como un fogón, porque lograba reunir a la gente: era un facilitador de encuentros. Nosotros no tenemos que dejar que este fuego se apague", consignó Página 12 Rosario .