No hizo un gran partido pero lo que produjo le alcanzó para adjudicarse un triunfo exigido como importante. Sionista derrotó a Lanús 86 a 82 y de este modo logró su objetivo de hacerse fuerte en su casa. Logró puntos para respirar tranquilo y quedar mejor parado en las posiciones.
Sionista anoche estuvo casi siempre arriba en el marcador, pero un encuentro de nivel mediocre le costó sostener su mejor ritmo. Su rival lo puso en aprietos con más ganas que buen básquet. Fue así que se llegó a un final caliente. Lo bueno es que el dueño de casa supo cómo despegarse de su oponente y cosechar así su segunda victoria seguida.
Más allá de la producción, lo bueno de Sionista es que logró su objetivo de ganar los dos encuentros que tenía de local, ante Gimnasia y ante Lanús.
Era importante dar el primer paso firme. Mostrar concentración y precisión como para darle la menor posibilidad posible a su adversario de acomodarse en el pleito. Y fue así nomás. El local entró bien y de entrada marcó territorio. Tuvo pasta para anotar y se hizo fuerte para defender.
El 10 a 0 inicial confirmo la presencia de un equipo que sabía que entrar concentrado iba a ser vital.
El tema de Sionista que otra vez se fue desdibujando a medida que pasó el primer segmento. Hasta la mitad del parcial lo llevó bien, con una luz de diez unidades (16 a 6). No obstante, y como es de costumbre, se cayó y no cerró el primer cuarto de la mejor forma.
Lanús se hizo más peligroso, anotó con cierta facilidad y quedó mucho más cerca, 19 a 15.
Sionista perdió creatividad para atacar y agresividad para defender. Perdió volumen de juego y se quedó sin ideas. En este contexto, el granate elevó su espíritu combativo y fue otro, tal es así que metió un parcial de 20 a 9 para quedar 25 a 23 arriba.
A partir del repunte de la visita el partido cambió. Sionista intentó recobrar la memoria y Lanús sostener su buen pasaje. Palo y palo pasó el segundo chico, sin dueño de trámite.
Un buen pasaje de Joshua Pittman le permitió al dueño de casa cerrar mejor la primera mitad como para irse al descanso con una luz de 10 unidades, 44 a 34.
Lanús entró con la decisión de recuperar terreno. AL menos empezó a defender fuerte otra vez y a tratar de aprovechar el buen partido de Lorenzo White, quien con 17 unidades convirtió el 50 por ciento de los puntos de su equipo (34).
En sí, el tercer cuarto fue por demás discreto. Ni Sionista supo cómo alejarse aún más, ni Lanús como volver a empatar.
Los dos eligieron mal las opciones y por eso a los dos le costó anotar. Eso sí, como en el primer cuarto, Lanús mejoró y lo ganó por 21 a 13.
Sionista desperdició una buena ventaja. Fue cuando se escapó 53 a 42, la máxima. Sin embargo, con entusiasmo el granate se vino y quedó ahí, 57 a 55
El local le dio vida a su oponente y el último cuarto fue toda una incógnita. Con Sionista ansioso por volver a ganar diferencias en el tanteador y con Lanús ilusionado de dar vuelta la historia, el partido sucedió sin muchas consecuencias.
Al conjunto de Sebastián Svetliza le costó mucho tener claridad y a su vez anotar. Y en un juego trabado fue la visita quien exigió.
Sionista entró a los últimos tres minutos arriba 70 a 64, pero al ratito el Granate quedó ahí, 76 a 73.
En el momento más complicado, Hure clavó un triple decisivo. Sionista se fue 79 a 73. Esa luz fue importante porque por más que Lanús metió presión hasta el final, el local logró festejar, cierra El Diario.