Tuvo de todo este partido por el tercer puesto. Es que, antes del inicio, comenzó a llover en Londres y, durante el encuentro, el mal clima obligó a una suspensión de una hora. Hasta que eso pasara, el juego comenzó con el serbio al servicio, donde fue demoledor: saques ganadores y devoluciones imposibles para Del Potro.
Alternando buenos servicios con puntos largos desde el fondo de la cancha, la Torre de Tandil pudo mantener también su servicio. En apenas 23 minutos de juego, ambos demostraron tenis de alto vuelo, incluida hasta una Gran Willy de Delpo, que aunque parecía irse afuera, Nole la terminó en punto con una volea corta.
En el último game hasta la suspensión, Djokovic tuvo una triple chance de quiebre pero con un ace y dos saques ganadores -el segundo cuando la lluvia ya empezaba a hacer su aparición- Del Potro consiguió revertirlo y hasta sacar ventaja cuando el mal clima dijo basta, el “rain delay” se hizo presente en el All England Club y la lona verde se elevó sobre la cancha 1.
Una hora después, a las 10.08, se reanudó el juego y el argentino consiguió con un ace ponerse 3 a 3. La paridad siguió entre ambos y parecía un destino seguro el tie break. Sin embargo, después de un décimo game en el que Djokovic se quejó porque el llanto de un bebé lo desconcentró y tiró una pelota clave afuera, Del Potro consiguió el quiebre en el siguiente con un error no forzado del serbio. Con el argentino al saque, el cierre tampoco fue sencillo: después de salvar dos break points en contra, se llevó el juego y el set por 7-5, informa Clarín.
En el arranque del segundo, Del Potro tuvo dos chances de quiebre pero recién las aprovecharía en el tercero, cuando reapareció el llanto del bebé que lo había molestado en el primer set a Djokovic. Con el marcador 15-40, el tandilense aprovecha el error en la red del serbio para ponerse 2-1 y, en el servicio, ampliar a un game más.
La diferencia sería lapidaria para las ilusiones del ex número uno del mundo de revertir el partido. Es que Delpo sacó 5-4 para partido y no tuvo fisuras: fue 40-30 y 6-4 para quedarse con el primer duelo del año frente a Djokovic y con una inolvidable medalla en su primera participación olímpica, después de jugar su mejor tenis ante el 1 y 2 del mundo. Por eso, las lágrimas del final. Por eso, esa emoción repetida (aunque con un final distinto). Y, por eso, los aplausos de todo un estadio.