Un estudio realizado por investigadores del Conicet revela que si bien el 60 por ciento de los legisladores se declara católico, la mayoría estaría a favor de apoyar en el recinto los proyectos de ley que rechaza la Iglesia.
Los datos, fruto de una encuesta realizada por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales dados a conocer por el diario Página/12, buscan analizar la influencia de las convicciones religiosas en las decisiones parlamentarias.
En tanto, los investigadores indicaron que el 65 por ciento de los legisladores nacionales se expresa creyente en Dios, mientras que el 46 por ciento se considera “muy religioso” y sólo un 26 por ciento declara “no tener religión”.
El dato es que, más allá de las creencias, la mayoría de los representantes del pueblo afirma que apoyaría las iniciativas resistidas por las férreas instituciones religiosas. El caso más destacable es el de la despenalización del aborto, que recibió un 64 por ciento de adhesiones en la encuesta a pesar de la resistencia que genera desde el púlpito. Asimismo, amplio apoyo tuvieron los proyectos de fertilización asistida con un 84 por ciento e identidad de género con un 75 por ciento.
Le sigue, con un 58 por ciento, la despenalización de drogas para el consumo personal, la autorización para la crioconservación de embriones con un 56 por ciento y, por último, la eutanasia, que cosechó un 52 por ciento.
Según reprodujo Recintonet, “como conclusión, casi la totalidad de los legisladores entiende que las convicciones religiosas influyen en los contenidos de los proyectos de ley y en las votaciones del Congreso. Durante la discusión de iniciativas como el matrimonio igualitario y el aborto, estas concepciones se hicieron visibles y dividieron las aguas en el Palacio Legislativo”.