El desenlace fatídico ocurrió cuando Atilio Daniel Savignon, de 14 meses de edad, se encontraba en su domicilio de Calle Matorras 272, junto a su mamá y sus dos hermanos de 13 y 15 años, quienes estaban mirando televisión, y la mamá realizaba quehaceres domésticos.
En un momento determinado, mientras la criatura estaba jugando en el patio, fue dejado solo durante unos instantes por la mujer, que lo perdió de vista. Al salir al patio nuevamente, lo descubrió dentro de un balde de plástico con capacidad para veinte litros, que contenía agua en su interior. Aparentemente, el niño estaba jugando con un juguete que se le habría caído dentro del recipiente, y en su intensión de recuperarlo, cayó de cabeza hasta el fondo, no teniendo ninguna posibilidad propia de salir.
A pesar del desesperado intento de socorro de su madre, que había entrado en una crisis nerviosa, y de un ocasional automovilista que ante el pedido de socorro, detuvo su marcha e intentó reanimarlo, el pequeño llegó sin vida al hospital San Antonio.