Tenía 14 años cuando disputó su primer partido oficial de básquet. Cinco años después ya se encuentra estudiando y jugando al básquet en una Universidad en los Estados Unidos. Así de rápido fue la carrera deportiva de Iara Navarro, la joven paranaense que hoy es uno de los más grandes proyectos que tiene el baloncesto femenino argentino.

Iara llegó hace un par de meses a la Universidad de Lake Region State College, en Dakota del Norte. De 19 años de edad y 1,89 de altura, entendió que su futuro podría dar un paso muy importante dejando su zona de confort y aceptando este enorme desafío. Reclutada por una agencia que se encarga de captar jóvenes talentos para llevar al país del Norte, no dudó un instante en decirle que sí a la propuesta.

El lunes pasado debutó oficialmente en el Junior College. Lo hizo con un ajustado triunfo por 61 a 60 ante la Universidad de Jamestown. Iara jugó 21 minutos y anotó seis puntos. “Pensé que mis primeros días en Estados Unidos iban a ser mucho más difíciles de lo que realmente fueron, más que nada el tema de extrañar mi familia y amigos. Pero no, fueron bastantes buenos. Estoy muy contenta de estar acá. Estoy viviendo una experiencia increíble. Día a día aprendo cosas nuevas y eso me motiva muchísimo”, dijo la paranaense en declaraciones a El Diario.

—¿Porqué aceptaste este desafío de estudiar y jugar en EE.UU.?

—La idea me gustó desde un principio. Me encanta el inglés y me apasiona jugar el básquet. Cuando salió la oportunidad me enganché enseguida. Cuando la Agencia me hizo la propuesta no dudé en decirles que sí. Tengo la edad justa como para dar este paso, entonces, tomé la oportunidad.

—Sos muy joven, con muy buena altura y con condiciones. ¿Te proyectás ser jugadora de básquet?

—Mi idea es seguir mejorando. Día a día busco sumar conocimientos y vivir esta experiencia de la mejor manera. Acá el básquet se juega diferente a como lo hacemos en Argentina, entonces, esta oportunidad la tengo que tomar para seguir aprendiendo. Todos los días siento que crezco como jugadora y eso me entusiasma. La verdad, no pienso mucho en el futuro. Sé que hoy quiero jugar y estudiar en simultáneo. Por ahora es meterle con todas las ganas.

Más adelante, Navarro narró: “Mis días acá se basan en ir a las clases y a entrenar. A veces, salimos a caminar como para despejarnos un poco. A las 10 de la mañana arranca el cursado. Igual, mis días comienzan antes porque entrenamos bien temprano. A las 6 hacemos la parte física los lunes, miércoles y viernes. Las prácticas de básquet son martes y jueves después de las 11. Acá la organización es impresionante. Se buscan horarios para que todas las chicas que están en el plantel puedan entrenar sin que les afecte el estudio. También entrenamos sábados y domingos a las 8.

—¿Y cómo son los entrenamientos y los partidos respecto a cómo se entrena y se juega en Argentina?

—Los entrenamientos son diferentes a lo que yo hacía en Argentina, más que nada en la carga horaria. Acá en la Universidad se entrena durante mucho tiempo. Son prácticas prolongadas. Y los partidos están buenos. Igual, estamos en un proceso de adaptación. Somos un equipo nuevo que se está conociendo. Recién arrancó el torneo y entre todas buscamos adaptarnos y conocernos más. El nivel es interesante y tenemos potencial.

—¿Qué es lo que más extrañas?

—A mi familia y amigos. Y extraño muchísimo nuestra comida y la vida que tenemos en Argentina. Sé que algún día voy a volver, pero hoy disfruto todos los días esta experiencia hermosa que tengo.

—¿Hay otras chicas de Argentina?

—Una de mis compañeras es Tiziana Huici. Ella es de Corrientes, jugamos juntas en Talleres y en la selección Argentina. Después, hay mucha gente de diferentes países, de Puerto Rico, de España. Los que hablamos en español nos unimos más y compartimos mucho tiempo. Con la gente de Estados Unidos también comparto. Me hice de amigas y pasamos lindos momentos.

—¿Con qué dificultades te encontraste y qué es lo que más te gustó?

—Me costó adaptarme a un sistema educativo totalmente diferente al que estamos acostumbrados en Argentina. Acá funciona por semestres y con créditos. Uno debe sumar créditos para poder graduarse en el Junior College. Ahora que lo entendí, ya elegí mis clases para el segundo semestre. Y lo que más me gustó, todo: la gente, el idioma, el básquet. Me estoy adaptando al estilo de vida.  Acá cenan a las 6 de la tarde. Costó al principio pero ya me acostumbre.

—¿Qué es lo que te llama la atención de la organización universitaria?

—La organización es muy buena, tanto en lo académico como en lo deportivo. Por ejemplo, nos entregan un calendario mensual con todos los horarios de los entrenamientos, los partidos, los viajes. Todo. Es increíble. Y en lo académico hay mucha ayuda, mucho soporte. La organización es muy buena. Estoy muy contenta.