La aplicación de la medida divide las aguas entre un sector de la industria frigorífica vacuna y las autoridades. Los frigoríficos exportadores estiman que con el sistema actual se pierde un 10 por ciento del valor total de la media res.
El próximo 1° de noviembre entrará en vigencia el nuevo sistema de distribución y comercialización de la carne en trozos de no más de 32 kilos, es el fin de la media res tras más de 100 años.
El asunto genera posiciones encontradas al interior de la cadena. Un sector importante de los frigoríficos y matarifes afirma que no están dadas las condiciones para avanzar con el sistema y que el resultado será una mayor concentración de la actividad, por quitarles competitividad a las empresas medianas y chicas que no hicieron las inversiones necesarias para adaptar sus plantas al nuevo sistema.
Pero, desde el Consorcio ABC, que reúne a los frigoríficos exportadores, aseguran que con el nuevo sistema se avanzará hacia una mayor eficiencia en la distribución de carne, permitiendo llegar con los cortes más caros como el lomo a los barrios de mayor poder adquisitivo, y enviando a los barrios de menores recursos los cortes que más se consumen allí.
En un comunicado reciente, desde ABC afirmaron que con la forma de distribución actual se pierde un 10 por ciento del valor total de la res, y para ilustrarlo explicaron el caso de la figura de los “lomeros”.
“Cuando el carnicero recibe una media res, vende principalmente los cortes que consumen los clientes de su zona. Pero hay cortes, como el lomo, que no logra vender a las personas de su barrio, pero sí a un actor específico: el lomero, de allí el nombre de la actividad. Los lomeros se dedican a comprar los cortes de carne de mayor valor en las zonas en donde se distribuye la carne vacuna en medias reses y el poder adquisitivo de los consumidores de ese barrio impide comercializarlos a su valor de mercado”, explicaron, y aseguraron que la pérdida total del valor de la media res por esta ineficiencia está en un 10 por ciento del volumen total comercializado, consignó el diario Clarín.
“Ahora el carnicero podrá pedir los cuartos (delantero, parrillero o trasero) que más se venden en su zona, y de este modo obtener un ahorro o una oferta adecuada a las necesidades de sus clientes, que podrá trasladar a los precios para balancearlos a favor de los consumidores. Y, en aquellas zonas donde se demanden cortes de mayor precio, podrán hacer lo mismo al requerir el cuarto que es más conveniente para los consumidores de su barrio”, detallaron desde ABC.
Lo que se viene
Como se indicó, a partir del 1° de noviembre entrará en vigencia la Resolución Conjunta 4/2021 de los Ministerios de Agricultura, Trabajo y Desarrollo Productivo, que establece que las salidas de carnes de los establecimientos de todo el país destinadas a comercio minorista sólo podrán hacerse en trozos de menos de 32 kilogramos. Es el esperado “fin de la media res”.
La aplicación de la norma estaba prevista inicialmente para comienzos de este año, pero fue prorrogada y ahora hay una parte la cadena que quiere que se vuelva a suspender por considerar que no están dadas las condiciones.
La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) y la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) afirmaron que presentarán un recurso de amparo porque consideran que la norma afecta derechos constitucionales.
Sergio Pedace, vicepresidente de Camya, afirmó: “Consideramos que la medida afecta los derechos constitucionales de muchos porque discriminan al mayorista con el minorista. ¿Por qué no podemos bajar la media res con medios mecánicos al comercio minorista? Esto no es ninguna modernización”.
El principal argumento esgrimido para cambiar una costumbre que ya lleva más de cien años en la Argentina es el cuidado de los trabajadores, se busca que dejen de llevar cargas insalubres sobre sus espaldas. Al respecto, Javier Peralta, secretario Fifra, afirmó en una entrevista reciente que el sector exportador fue el que impulsó esta medida, pero que todo el resto de los frigoríficos, matarifes y abastecedores coincide en que aún no están dadas las condiciones para que entre en vigencia la norma. “Respecto de cuidar la salud de los trabajadores, todos estamos de acuerdo. La media res tarde o temprano se va a acabar, pero pedimos algunas modificaciones, estamos en contra de cómo se ha hecho. La medida, así como está, a lo que apunta es a la desaparición de muchos frigoríficos y carnicerías”, aseguró en declaraciones publicadas en el diario Clarín.
Por su parte Daniel Urcía, vicepresidente de Fifra, remarcó: “No conocen la realidad de la actividad, modelizaron de manera teórica un sistema que no es aplicable en lo inmediato. Por esto, hemos presentado una propuesta superadora que es contemplar la utilización de los medios mecánicos, como pueden ser poleas y guinches eléctricos”.
Desde Fifra piden que se acepte el uso de medios mecánicos para el traslado de las medias reses. “Muchos comercios minoristas cuentan con un riel o un carro para el traslado de las cargas pesadas, como sucede en cualquier otra actividad en la que se transporta peso. Nadie va a pedir que se fraccione la bolsa de papas de 40 kilos”, dice Peralta.
Financiamiento e inversiones
Desde las Cámaras que se oponen al cambio de sistema afirman que la mayoría de los establecimientos no podrán llegar a hacer las reformas necesarias por trabas financieras. La resolución oficial establecía que se iba a dar créditos de hasta 100.000 dólares para dicho fin, pero según Peralta adaptar las instalaciones, incorporar cámaras de frío y comprar vehículos implica una inversión aproximada de 200 millones de pesos por establecimiento. “Son muy pocos los que pudieron monetizar créditos”, advierte. Y luego añade: “No es el momento, no llegamos. La media res va a desaparecer, pero antes hay que replantear el estatus sanitario de toda la cadena”.
Según Fifra, en Argentina en 2021 casi 400 mataderos informaron faena a la Dirección de Control Comercial Agropecuario (DNCCA), de los cuales más de la mitad no poseen las condiciones estructurales y operativas básicas para funcionar (agua caliente, frio, cerco perimetral entre otras cuestiones básicas). “Pero aún advertidas esas deficiencias los organismos provinciales y nacionales no ordenan su cese, por ende, cuál sería el razonamiento para pensar que esas plantas van a mejorar sanitariamente por el troceo y por qué debiéramos pensar que el Estado va a hacer lo que hoy omite”, dicen.