D. E.
El ex senador provincial Félix Abelardo Pacayut (PJ-Islas) puede transformarse en los próximos meses en el otro hombre fuerte del poder político en los últimos 15 años en terminar con una condena judicial por el desvío de fondos públicos. “En el bustismo hace ya un tiempo que le soltaron la mano”, señalan en altas esferas del oficialismo. Está procesado por defraudación en el manejo millonario de los ATN para la construcción del Puerto Ibicuy, que próximamente irá a juicio oral y público y una serie de movimientos erróneos en su vida política y empresaria le provocaron una abrupta caída. Optó por quebrar, desprenderse de sus bienes -un par de empresas que construyó mientras era legislador menemista-, pero mediante testaferros estaría desarrollando otros emprendimientos en el sur de la provincia y en la zona costera santafesina, según pudo determinar ANALISIS. En las últimas elecciones intentó acercarse al gobernador electo Sergio Urribarri, pero no le dieron lugar, porque ya le habían bajado el pulgar. Se presentó solo como candidato a senador provincial -en la desesperada búsqueda de fueros-, pero volvió a perder, tal como en las internas de 2003.
Hay quienes recuerdan que la última vez que se juntó en la Casa de Gobierno con Jorge Busti fue a mediados de 2005. Esa noche, el gobernador lo sentó en la mesa de la Sala de Audiencias y Félix Abelardo Pacayut sorprendió al pegar un puñetazo en la gruesa madera, por el enojo que tenía. “Los voy a reventar a trompadas a vos y a cada uno de los jefes de la Oficina Anticorrupción”, le dijo, casi a los gritos, a quien tenía en frente, mientras Busti intentaba calmarlo. Molesto, con gesto de fastidio y algo excitado por la tensa situación, el entonces abogado de la repartición de Anticorrupción y Ética Pública, Marcos Rodríguez Allende, trató por todos los medios de explicarle a Pacayut que no había “intencionalidad alguna” de parte de los integrantes de ese organismo contra su figura, en cuanto a que seguían llevando adelante la causa por la defraudación millonaria en el absurdo manejo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) para la construcción de Puerto Ibicuy -que manejaron a gusto y paladar Pacayut y su hermano Carlos-, pero el ex legislador no entraba en razones. El ex hombre fuerte del menemismo en Entre Ríos -desde el primer momento en que se conoció que el riojano se candidateaba para la Presidencia de la Nación, en 1988, cuando el 90 por ciento de la estructura gubernamental entrerriana jugaba para Antonio Cafiero en la interna nacional- se fue casi pegando un portazo y después de realizar cuanta advertencia se le cruzó por la cabeza, tanto contra Busti como contra el acomodaticio letrado, quien días después fue sacado de tal organismo y derivado a la Gerencia de Legales del Ente Provincial Regulador de Energía (EPRE), donde tiene un buen sueldo mensual.
Busti optó por no atenderlo más; por lo menos personalmente. “Se cansó de sus aprietes y quedó claro que le soltó la mano”, dijo un allegado al mandatario provincial. En realidad, Pacayut venía en picada, en cuanto a su relación con los sectores fuertes del oficialismo bustista desde que asumió su último mandato como senador provincial en 1999, con Sergio Montiel como gobernador.
Ya en la anterior gestión de Busti, en determinado momento, cuando era autoridad del Senado el cuestionado vicegobernador Héctor Alanis y se dedicaba al manejo del tema puertos, se le advirtió que “las cosas se le estaban yendo de las manos” y que, más allá de su fuerte vinculación con el menemismo, en algún momento el poder “se la iba a cobrar”.
Desde la primera gestión bustista (1987-1991) Pacayut fue afianzando su poder económico -como ingeniero forestal ya había hecho buenos negocios en Mazaruca, en la zona de Islas del Ibicuy, antes de asumir como legislador- y sus acuerdos económicos se acrecentaron entre 1995 y 1999, en que la fiesta menemista y el desembarco de dinero fresco a Entre Ríos fueron determinantes para inversiones a través de ATN por doquier. Con chapa de “hombre de llegada directa a Carlos y Eduardo Menem”, Pacayut construyó una excelente relación con el titular de Puertos y Vías Navegables de la Nación, tras lo cual nació el megaproyecto de Puerto Ibicuy. A la par, también hizo fuertes vinculaciones con Pedro Pou (ex presidente del Banco Central) y con el ex ministro de Economía Roque Fernández, a los que les abrió canales para que inviertan en Islas e hicieran importantes terraplenes, tal como desarrollara Pou en Gualeguay.
“Él era un gran conocedor de todo el potencial económico de las Islas desde que fue empleado de Yacimientos Carboníferos Fiscales (Mazaruca) y a partir de eso fue haciendo negocios propios y ajenos. Y a veces, también un poco de política”, recuerda un conocedor de la zona. “Pero se cortó solo con lo de los ATN de Ibicuy”, acotan. En el organismo de Puerto Ibicuy puso a su hermano Carlos Pacayut como presidente y a otras personas ligadas a ambos que “muchas veces firmaban sin saber de qué se trataba” y tal vez desconociendo que, en realidad, se estaba orquestado un desvío millonario de fondos. Pacayut se sentía como “el elegido” por el menemismo y sentía que tenía vida propia en la estructura de poder bustista. Por ende, hubo instancias en que no le importaba enfrentarse con el propio gobernador o varios de sus colaboradores directos, como el ex ministro Eduardo Macri o su allegado, el ex diputado provincial y nacional Carlos Scelzi (PJ-Uruguay), también menemista de paladar negro. Macri y Scelzi igualmente querían compartir la torta de los ATN para Ibicuy, pero Pacayut nunca les dejó margen. “Él iba por el lado de Vías Navegables, hacía sus negocios y apostaba a otros, como el proyecto de Paraná Medio, que lo militó como pocos en la provincia, porque era un negocio millonario y hasta se enfrentó directamente con Busti, que trazó una raya, se opuso y hasta hizo sacar una ley en su contra”, se recordó.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
