Hugo Remedi
El Iosper, la obra social más importante de la provincia, se apresta en horas a iniciar un nuevo proceso de conducción que amaneció en aquella jornada electoral del 11 del corriente mes y que finalizará mañana con la asunción de los 7 directores elegidos y la elección del nuevo presidente del organismo por un mandato que recorrerá los próximos 4 años.
El Iosper maneja un presupuesto anual de unos 1.050 millones de pesos (casi como el de la Municipalidad de Paraná), expende unas 80.000 consultas mensuales y tiene un universo de afiliados de casi 300 mil personas.
Lo único que está claro por estas horas que atraviesa la víspera es que nadie tiene aún el caballo atado y que nadie se anima a mostrar todavía la suma de lo que tiene, porque en algunos casos todavía están a la espera de lo que impongan sus organizaciones de base. Todo lo cual implica que las más variadas conjeturas sean hoy por hoy parte del menudeo diario que surca el firmamento del Iosper. Nadie se ofrece a bajar la incertidumbre, hasta tanto no tener los porotos en la mano.
El trazo grueso del debate planteado en la mesa de operaciones en la búsqueda de un nuevo presidente es continuidad o cambio.
Silvio Moreyra, actual presidente, deja el cargo luego de dos mandatos y, según sus propias palabras dichas a este Semanario en un reportaje concedido días atrás, retornará a su puesto natural de trabajo en la Legislatura provincial, pese a lo cual por estos días se especulaba en las galerías del propio organismo con otro destino para él, bastante más cerca de la zona de fuego.
(Más información en la edición gráfica número 1006 de ANALISIS del 24 de julio de 2014)
