El ex intendente de Chajarí Pedro Galimberti dialogó con ANÁLISIS donde repasó su formación política; los primeros años de la democracia; compartió también cuál debería ser el rol del Municipio en estos tiempos a la luz de su experiencia; destacó que siempre está recorriendo la provincia como un compromiso permanente y manifestó su vocación por ser gobernador de Entre Ríos. En ese marco, subrayó la necesidad de restaurar la confianza en todos los ámbitos y fortalecer el diálogo para abrir espacios para vivir la cultura del encuentro. “Es necesario restaurar la confianza en lo que somos y en lo que hacemos y esto es válido para todo el mundo”, definirá no solo como un propósito sectorial sino como un compromiso generacional.
Por Nahuel Maciel
Pedro Galimberti es abogado y escribano, egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Proviene de una familia de productores agropecuarios donde él mismo continúo con esa tradición familiar.
Fue intendente por dos períodos de Chajarí. El primero entre los años 2015-2019, siendo re-electo en 2019, cargo al que renunció en diciembre de 2021 para asumir como Diputado Nacional.
“Nací el 22 de agosto de 1970 en Colonia Belgrano, zona de influencia de Chajarí. Una colonia que todavía sigue existiendo, que está entre la Autovía Gervasio Artigas (Ruta Nacional N° 14) y la Ruta 14 Vieja”, recordará a manera casi de presentación.
Es el menor de cinco hermanos. Sus hermanos mayores como sus padres están fallecidos. “De mi infancia tengo los mejores recuerdos. Nací y tuve una crianza campesina. Hasta que me fui a estudiar la universidad a La Plata, estuve arraigado en la zona rural. Toda nuestra zona de Chajarí tiene como característica la partición de la tierra. La primera colonia que se forma en la Provincia es la Colonia Oficial N° 1, que está a casi 15 kilómetros de Chajarí. Y la anteúltima, que se llama La Fraternidad, fue generada por (Sergio Alberto) Montiel, está un poco más delante de la primer colonia”, indicará como una referencia familiar y social”, señalará como contexto.
En el diálogo con ANÁLISIS, Galimberti marcará que su conducta política lo lleva a recorrer el territorio más allá de los roles circunstanciales de una elección; que es en la capacidad de escucha donde se pueden generar las mejores condiciones para evitar la dispersión de esfuerzos y que es necesario recuperar. “Me parece que el gran desafío del gobierno que viene, más allá de acomodar la economía, es fortalecer el diálogo entre lo público y lo privado. Necesitamos reconstruir esas relaciones con hechos concretos. Y una de las tareas que tenemos que hacer, yo lo vivo en cada recorrida y desde hace años, es que la gente perciba que la escuchamos de verdad y lo hacemos con responsabilidad y compromiso”, señalará acaso como una tarea que no admite demoras.
-Comparta cómo fue su formación académica.
-Tengo una hermana –ya fallecida- que fue docente. Ella daba clases en la Escuela María Auxiliadora. Allí cursé hasta sexto grado; terminé la primaria y la secundaria en el Colegio Marista de Chajarí. Y cuando terminé el servicio militar obligatorio, que fueron casi un año y medio, me fui a estudiar abogacía a La Plata. Para ubicarnos en el tiempo, son mediados de los años ´90. Me recibí el 28 de marzo de 1995 y luego me recibí de escribano también en la Universidad de La Plata.
-Una vez recibido, regresa a la provincia con el título o se queda allá para ejercer la profesión.
-Regresé; pero fue una circunstancia personal fortuita que me marcó, claramente. Una vez recibido había rendido para ingresar al cuerpo de abogados del Estado, había quedado seleccionado pese a que éramos un número importante de aspirantes. La idea era ejercer en el Derecho Administrativo. Rindo un lunes y la entrevista estaba prevista para dentro de 8 días, es decir, al martes de la semana siguiente. En ese entonces, uno de mis hermanos estaba atravesando, pese a su juventud, una problemática de salud. Llegué a visitarlo un viernes por la mañana y él fallece, a los 43 años, al día siguiente. Así que, en el marco de esa situación no prevista, me encuentro laburando al lado de mi viejo como productor agropecuario; pero, fundamentalmente como comisionista de hacienda. La brújula de la vida me cambió en un ratito y me atrevería a decir, casi sin darme cuenta. Con el tiempo me matriculé en Chajarí, me casé y formé una familia.
(Más información en la edición 1139 de la revista ANALISIS del jueves 13 de abril de 2023)
